Summary: Necesitamos vivir y andar en el Espíritu Esto significa andar en santidad bajo la guía del Espíritu Santo. Nuestra carne vive en un mundo de pecado, cuando andamos en santidad y huimos de la corrupción, entramos en una dimensión espiritual y santa.

El diablo siempre intentará que vivas en los deseos de tu carne, y eso será una lucha constante.

El no te corrompe del todo, lo hace poco a poco, te deja un pecado, un vicio, un poco de rebelión. algo que será como una base de operaciones para atacar todo tu ser.

Gálatas 5:16-17

16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que

El reino de la carne está dominado controlado por satanás

El reino del Espíritu es el dominio de Nuestro Señor

Necesitamos conocer cómo opera el reino de las tinieblas y salir vencedores.

Hasta que no apareció el Hijo de Dios los demonios estuvieron tranquilos, ellos reinaban a su antojo.

Pero él apareció para destruir toda obra del diablo.

Mateo 12:28

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

Nosotros somos representantes de Dios en la tierra, y donde está un verdadero hijo de Dios, allí está el reino.

Salmos 22:28

Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones

El reino le pertenece al Señor Pero la gente que no cree y vive en pecado en su rebelión colabora con satanás, porque el mundo está bajo el maligno.

1 de juan 5:1

Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Nos enfrentamos pues, cada día a un mundo que está en contra de Dios, que vive de espaldas a la verdad y que se va degenerando día tras día.Los dos reinos se mueven en la esfera invisible y están en una guerra continua.

Esta lucha la podemos experimentar a diario, porque la carne contiende contra el Espíritu.

Es en nuestra carne donde el diablo ejerce su presión,por medio de deseos engañosos.

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo (1 Juan 2:16).

Si no crecemos espiritualmente, si no nos desarrollamos y fortalecemos nuestra mente con la palabra. el enemigo nos engañará.

¿Cómo podemos vencer al sistema?

1- transformando y renovando nuestra mente con la palabra de Dios.

Efesios 4:22-23

22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Romanos 12: 2

. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Si tenemos claro que la escritura es la palabra de Dios, y es el consejo de Dios para nuestro caminar, no nos será difícil cambiar nuestra mala manera de vivir.

Nuestro espíritu es renovado y fortalecido por medio de su palabra.

Hechos 20:27

; 27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.

Si rechazamos, no consideramos o atendemos al sistema de este mundo, caminamos a la par con los que caminan hacia la perdición.

hay que ser valientes para obedecer y perseverar.

Mateo 11:12

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

2- Teniendo claro que somos Hijos de Dios

Cuando tenemos la convicción de que somos hijos de Dios caminamos y actuamos como tales.

El diablo nos va hacer dudar de nuestra identidad como lo hizo con Jesús.

Nos acusará y nos hará dudar de nuestra salvación.

Nos traerá incredulidad y luchará por todos los medios para que nuestra fe se apague.

Pero contrarrestamos todo pensamiento diabólico por medio de su palabra, una vez más la palabra es la base para nuestra victoria.

La escritura dice que somos extranjeros y peregrinos, que nosotros no somos de este mundo, que Dios nos ha trasladado de la potestad de las tinieblas al reino de su amado hijo.

La diferencia entre nosotros y el mundo es que nosotros andamos y vivimos por el Espíritu.

Tenemos un Padre que nos ama, nos cuida, y nos corrige.

La paternidad de Dios hacia nosotros es nuestro sustento y la derrota del diablo.

Jesus le dijo a los fariseos.

Juan 8:44

Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Nuestra paternidad se distingue por el respeto el amor y la obediencia a nuestro padre celestial.

La palabra nos dice

L2 Timoteo 2:19

Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

3-Vencemos al sistema mundo cuando humos de la corrupción

Romanos 8:21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios

La escritura nos dice que nosotros andamos no en corrupción sino en una libertad gloriosa, escogiendo lo que le agrada al Señor y viviendo en santidad, eso es apartándose del pecado.

Gálatas 6:8

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Lo sabemos, pero no es suficiente con saberlo hay que vivirlo en el espíritu

en la mente se sabe, pero no produce resultados solo por saberlo, el espíritu actúa conforme a lo que sabe. y esto produce resultados.

La mente es como un libro lleno de información, pero el espíritu es el que le da vida a todas las cosas por medio de los hechos.

Es necesario crecer y fortalecer nuestro hombre interior, porque un niño no puede conducir, no se le puede dar responsabilidades, no discierne el daño que puede causar sus equivocaciones en otros.

Somos lo que vivimos y hacemos, no lo que leemos y oímos. Al árbol se le conoce por sus frutos. Cuando vivimos y andamos en el espíritu, somos mas que vencedores.