“Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre”. Isaías 45:2-3
Introducción: La semana pasada comenzamos a hablar de este verso, en el que Dios le está hablando al rey Ciro, rey de Persia, que no conocía a Dios ni lo servía, pero que Dios lo iba a usar para dar la orden de regreso a su pueblo Israel que estaba cautivo bajo su autoridad. Por eso lo llama “Mi escogido” en el verso 1
Dijimos que esta promesa no es dada a él personalmente ni a su nación, sino a causa del pueblo escogido, porque el tiempo se había cumplido y ya Dios quería hacerlos regresar a Jerusalén.
Y también dijimos que este rey fue el medio que Dios usó. Por eso lo llama mi ungido, que significa mi escogido, porque él ejecutaría las ordenes de Dios en ese caso.
Como en la semana pasada estudiamos la primera parte de este hermoso verso, hoy vamos a entrar directamente a lo que son los tesoros escondidos que Dios le promete al Rey Ciro:
1) Tesoro es algo de gran valor.
2) Escondido quiere decir que no está a plena vista de todos.
3) Estos tesoros están en lugares secretos. Si los quieres tienes que buscarlos.
¿Qué son los tesoros escondidos?
Ciertamente no se refiere a “oro o plata” En la biblia tenemos referencias a algunas cosas que Dios considera tesoros, pero para nosotros están escondidas, porque cuando nosotros pensamos en tesoros, nos imaginamos cosas de valor material que nos harán ricos. Mas Dios quiere darnos cosas espirituales y virtudes morales que enriquecerán nuestra vida en una forma que es agradable a Dios.
1. El primer tesoro que encontramos en la Biblia es La sabiduría y el conocimiento son un tesoro: Colosenses 2:3 “a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.
El sabio Salomón dijo: Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; 14 Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.15 Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Proverbios 3:13-15
El profeta Isaías dijo así: “Él será la seguridad de tus tiempos, abundancia de salvación, sabiduría y conocimiento; el temor del SEÑOR es tu tesoro” Isaías 33:6
Y en esto concuerda con el sabio Salomón quien dijo que “el principio de la sabiduría es el temor del Señor” Proverbios 1:7 Y ahora Isaías nos dice que el temor de Dios es nuestro tesoro.
Escuchemos atentamente lo que Salomón nos dice en Proverbios 2:3-6
“Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos”
Así que la sabiduría que viene cuando tenemos la reverencia debida a nuestro Dios, es un gran tesoro.
Salomón recomienda que la busquemos Porque
1) No la tenemos adentro, más bien nos dejamos llevar por los impulsos del momento.
2) Si nos ofenden, ofendemos. Si nos molestan, nos llenamos de ira.
3) Para actuar con sabiduría hay que controlar los impulsos y buscar la sabiduría que viene de Dios para actuar correctamente, aunque los demás actúen mal.
También Salomón dijo en el verso que leímos, que la sabiduría se obtiene. Y en Proverbios 4:6 todavía le da más énfasis a ese detalle: “Sabiduría, ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia”.
Adquirir significa comprar. Significa pagar dinero para obtener lo que queremos. Y ciertamente para tener sabiduría tenemos que pagar un precio.
¿Cuál es el precio de la sabiduría?
a) Controlar nuestros impulsos. Esos deseos de reaccionar según fuimos tratados.
b) Ceder el derecho de defendernos, y dejar las cosas en las manos de Dios.
2. El segundo tesoro que encontramos es: La gracia de Dios. Efesios 1:4-7 “ según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”
Pablo nos dice que nuestra redención y el perdón de nuestros pecados son las riquezas de su gracia.
Gracia significa un favor no merecido. Algo que recibimos, aunque no lo merecemos.
Es un favor que Dios nos da, aunque no lo merecemos.
Es un acto de la bondad de Dios, que no podemos comprar ni pagar.
Nosotros no merecíamos nada, pero la gracia de Dios se manifestó para darnos este tesoro precioso de nuestra salvación y el perdón de nuestros pecados.
Sencillamente porque de tal manera amo Dios al mundo que quiso darnos lo mejor que el tenia, lo mas apreciado por el mismo Dios: su único hijo, quien es la esencia de su substancia y el resplandor de su gloria, (Hebreos 1:3)
solo para que nosotros, humanos descarriados, perdidos, sin buscarlo y apreciarlo, fuéramos perdonados de nuestros pecados, hechos aceptos ante su presencia y finalmente adoptados como sus hijos
Ciertamente la gracia de Dios es un tesoro muy valioso para nosotros.
3. El reino de los cielos es un tesoro. “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”. Mateo 13:44
a) En esta parábola, Jesús compara el reino de los cielos con un tesoro, y es que verdaderamente lo es.
b) Si miramos el reino de los cielos como nuestro destino final, tenemos que admitir que la descripción de lo que es el cielo, con sus calles de oro, puertas de perla, el maravilloso trono de Dios, la impresionante adoración de los ángeles y la realidad de una vida perfecta, sin mezcla de tristeza, problemas, o dolor de ninguna clase. Ciertamente es un tesoro.
c) Y si miramos el reino de los cielos como nuestra vida actual, siendo gobernados por el Dios todopoderoso que nos protege bajo sus alas, que nos sostiene en nuestras flaquezas, que esta a nuestro lado continuamente, que nos aconseja y nos dirige en toda nuestra jornada por esta vida. Ciertamente es un tesoro poder tener en quien apoyarnos cuando estamos débiles y a quien acudir cuando nos vienen tribulaciones y tener la seguridad que Él nos dará fuerzas cuando nos parezca que ya no tenemos ninguna.
En Job 22:23-25 leemos lo siguiente: Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción;24 Tendrás más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ofir;25 El Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata en abundancia.26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás a Dios tu rostro.27 Orarás a él, y él te oirá;
Es que conocer a Dios es encontrar el mejor tesoro que existe. Con Dios en nuestro corazón, somos ricos, tenemos abundancia de bendiciones, nos sentimos muy felices porque el gozo de Dios es inefable y glorioso, y nosotros, que somos comparados a vasos de barro, tenemos dentro de nosotros el tesoro más grande que puede existir:
Pablo dijo: “pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. 8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 2 Corintios 4:7-10
Nosotros somos comparados con vasos de barro
Pero si dentro de esos vasos que no tienen gran valor tenemos a Dios, que es el tesoro mayor que existe, somos dichosos.
4. La fe es un tesoro: Pedro nos dice en 1 Pedro 1:7” para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro”
A. La fe nos es dada por Dios. “Porque por gracia somos salvos, por medio de la fe, y esto no es de vosotros, porque es un don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe” Efesios 2:8-9
B. La fe es indispensable para agradar a Dios. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios, pueda creer que el existe” Hebreos 6:11
C. Todas las promesas de Dios se reciben por la fe. Santiago nos dice en el cap. 1: 6-7 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
D. La fe vence al mundo. “Y esta es la victoria que vence al mundo, vuestra fe” 1 Juan 5:4
E. El tesoro de la fe nos es dado como un regalo de Dios, para que podamos vencer todas las obstáculos, pruebas, tentaciones y tribulaciones de esta vida. Porque Dios nos ama, y quiere que nosotros podamos vencerlo todo y alcanzar la salvación eterna.
Conclusión: Al igual que Dios conocía al rey Ciro y sabía que él obedecería su orden y les daría libertad a los judíos de regresar a su tierra, Dios sabe quiénes de nosotros seremos sensibles a su voz y nos rendiremos a él para servirle, y ya él tiene preparado tesoros preciosos para darnos.
El propósito de Dios al darnos estos tesoros preciosos es que nosotros podamos conocerlo a Él, conocer su amor y bondad hacia nosotros, y podamos apreciarlo por quien él es y por sus muchas bondades para con nosotros.
Así se lo dijo a Isaías: para que sepas soy Jehová, el Dios de Israel que yo, que te pongo nombre”.
Dios le prometió al rey Ciro. darle los tesoros escondidos y le dio:
1) La fe para creer la profecía de Jeremías.
2) La sabiduría para devolver los utensilios que el rey Nabucodonosor había robado del templo de Jerusalén.
Pero podría haber descubierto otros tesoros más, si él se hubiera interesado en conocer al Dios Todopoderoso y rendir su vida al que Tiene autoridad sobre todas las cosas, no solo en la tierra, sino también en los cielos. Pero el rey Ciro no llegó hasta ahí.
El obedeció lo que Dios le decía que hiciera en ese momento, pero después siguió su camino, ignorando a Dios y sirviendo sus dioses paganos.
Nosotros, los que hemos dado nuestras vidas a Dios sabemos que:
Es Dios quien nos escogió,
Él es el que cambió nuestra vida, de lo que éramos a lo que ahora somos.
Como Jacob, de un tramposo llegó a ser un príncipe de Dios.
Así nosotros de pecadores perdidos hemos venido a ser pueblo santo, real sacerdocio, gente escogida por Dios,
De haber vivido sin esperanza y sin rumbo, vinimos a ser Gente con propósito: para que anunciemos las buenas nuevas.
De no haber tenido nada en la vida, vinimos a ser; Gente bendecida, privilegiada, bienaventurada, camino a una vida eterna de felicidad sin límites.
En otras palabras, Dios quiere que nosotros lo conozcamos y nos demos cuenta que sus propósitos con nosotros son siempre buenos.
¿Ves? Esta vida está llena de cosas desagradables, porque este mundo está bajo maldición a causa del pecado de Adán y Eva. Pero Dios sigue amándonos y procurando nuestro bien, hasta el día de la eternidad.
Esto es un asunto de fe. Tenemos que agarrarnos de Dios, para poder superar todos los problemas de esta vida, para que cuando lleguemos allá, podamos disfrutar de la felicidad sin límites que Él tiene preparada para nosotros.
Y entre tanto que vivimos aquí, debemos permanecer fieles a Dios sin dejarnos confundir por las trampas de Satanás.
Querido hermano, agárrate de Dios, ya falta poco
Solo un poquito más, y llegaremos.
No te rindas ahora, sigue adelante.
Dios nos ha dejado tesoros escondidos en esta vida,
Búscalos, úsalos, y gózate en la esperanza de lo que disfrutaremos cuando lleguemos allá.
Oremos.