El corazón de la fe: cuando el amor trasciende el deber
Introducción: Estamos llamados a dejar que el amor guíe nuestras acciones, incluso cuando nos lleve por direcciones inesperadas.
Escrituras:
Deuteronomio 6:2-6 ,
Hebreos 7:23-28,
Marcos 12:28-34 .
Reflexión
Queridos hermanos y hermanas:
En un pueblo tranquilo, una mujer mayor llamada Sonia dedicaba todos los domingos a preparar la comida para el almuerzo comunitario de su iglesia . Cada semana, se levantaba antes del amanecer para recoger verduras frescas de su huerto y preparar con cariño su mejor guiso y pan. Su presencia en estos almuerzos era esperada y profundamente valorada, y la propia Sonia creía que era su deber. Era más que una simple rutina : era su conexión personal con la fe y se enorgullecía enormemente de servir a su comunidad.
Un domingo, sin embargo, la rutina de Sonia se vio interrumpida cuando su hijo, a quien rara vez veía, apareció en su puerta. Parecía cansado, agobiado por problemas invisibles, y le preguntó si podían hablar. En ese momento, Sonia sintió un tirón en el corazón : el deseo de sentarse con su hijo, escucharlo y ser la madre que él necesitaba. Sin embargo, mientras miraba sus maletas preparadas y pensaba en su compromiso con la iglesia, sintió el peso de la obligación. Se debatía entre su papel en la comunidad y su papel como madre.
Mientras estaba en la puerta de su casa, se dio cuenta de algo muy profundo. Recordó la enseñanza de Jesús en Marcos 12:28-34, donde recalca que los mandamientos más importantes son amar a Dios con todo el corazón , alma, mente y fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo. En ese momento, Sonia comprendió que el amor no siempre encaja perfectamente en nuestras rutinas o expectativas. En ese momento, su “ prójimo ” era su hijo. Dejó sus maletas en el suelo, abrió los brazos y lo recibió.
Esa tarde, madre e hijo hablaron durante horas. Su hijo compartió sus luchas ocultas y la presencia silenciosa de Sonia le ofreció un amor cálido, atento e incondicional. Aunque se perdió el almuerzo comunitario, se encontró viviendo la esencia misma de la fe en su sala de estar. Al elegir el amor por sobre la obligación, Sonia encarnó el corazón del mensaje de Jesús : dejar que el amor nos guíe, incluso cuando nos aleja de los deberes familiares.
de Sonia ilustra una elección que muchos de nosotros enfrentamos: la tensión entre cumplir con los roles esperados y responder a las necesidades genuinas de quienes están más cerca de nosotros. En Marcos 12, un escriba le pregunta a Jesús cuál es el mandamiento más importante, y su respuesta destila la esencia de la fe: es el amor, no el ritual, lo que más importa. Al igual que el escriba que busca orientación en la complejidad de las leyes religiosas, Sonia enfrentó un momento de claridad. Se dio cuenta de que la verdadera fe va más allá de las rutinas; nos llama a amar en los momentos más humanos e íntimos.
Esta enseñanza nos desafía a examinar de cerca nuestras propias vidas. ¿Estamos sirviendo por amor o simplemente por costumbre y obligación? La verdadera fe no se limita a la rutina, sino que se revela en las decisiones silenciosas de priorizar la compasión sobre el deber. La decisión de Sonia de quedarse con su hijo en lugar de asistir a su compromiso religioso nos recuerda que el mandato de Jesús de amar trasciende la mera adhesión a los deberes. Al igual que Sonia, estamos llamados a dejar que el amor guíe nuestras acciones, incluso cuando nos lleve por direcciones inesperadas.
de Jesús al escriba nos habla directamente de nuestra vida diaria y de la tensión entre las obligaciones y las expresiones auténticas de amor. Muchos de nosotros hemos sentido un cambio en nuestra comprensión de las prácticas u obligaciones religiosas : antes nos brindaban alegría y significado, pero ahora nos parecen una carga. Tal vez asistir a la iglesia, cumplir con los compromisos familiares o incluso organizar reuniones sociales se ha convertido en una obligación en lugar de una expresión de amor genuino. Las palabras de Jesús nos llaman de nuevo a una fe centrada en el amor, invitándonos a redescubrir el significado y el propósito de nuestras acciones preguntándonos si están basadas en la compasión.
de Sonia refleja esta enseñanza, mostrándonos que la fe no consiste en cumplir estrictamente las obligaciones, sino en discernir la voz del amor en cada momento. Como el escriba que buscaba claridad, Sonia se vio atraída entre dos roles y, al elegir la necesidad de su hijo por sobre su deber eclesial, vivió el mandamiento de amar. La respuesta de Jesús al escriba —un llamado a amar a Dios plenamente y a amar al prójimo como a uno mismo— simplifica las exigencias de la vida y aporta claridad en medio de la complejidad.
de Sonia de quedarse con su hijo también se alinea con las enseñanzas de Jesús sobre la justicia, la misericordia y la compasión. Al reconocer a su hijo como su “ prójimo ” , Sonia abraza un amor que va más allá de las acciones externas de la fe, y elige en cambio practicar la verdadera presencia y la compasión. La crítica de Jesús a los fariseos que descuidaron las necesidades humanas en aras del ritual ilumina la decisión de Sonia de priorizar a su hijo. Su acto nos recuerda que la fe, en esencia, no está limitada por horarios, sino que se revela en nuestra voluntad de estar presentes para quienes nos necesitan.
Esta perspectiva también pone en tela de juicio la manera en que entendemos los deberes religiosos. Para Sonia, su compromiso con el almuerzo en la iglesia era un ritual muy preciado, pero su decisión de quedarse con su hijo ilustra que la fe no consiste en cumplir obligaciones, sino en responder a las necesidades reales que tenemos ante nosotros. Es un recordatorio de que los actos de servicio, adoración o participación comunitaria adquieren profundidad cuando están arraigados en el amor. La enseñanza de Jesús nos invita a infundir significado a nuestros rituales centrándonos en el amor en lugar de en la obligación.
de Sonia , la enseñanza de Jesús en Marcos 12:28-34 se convierte en una guía práctica, que nos insta a dejar que el amor, no el deber, guíe nuestras decisiones. Es un llamado a dejar de lado las rutinas vacías, a comparar nuestras acciones con el principio rector del amor y la compasión. Esta invitación se dirige a cualquiera que haya luchado alguna vez por equilibrar las expectativas sociales, las obligaciones religiosas o las responsabilidades personales, y ofrece claridad y enfoque en medio de las muchas demandas de la vida .
Pensemos en Kevin, un padre tan concentrado en el trabajo que tenía poco tiempo para su familia. Una noche, su hija pequeña le preguntó por qué ya no jugaba con ellos, lo que le llevó a replantearse sus prioridades. Inspirado por el mandamiento de “ amar al prójimo ” , Kevin se dio cuenta de que su familia necesitaba su presencia más que su mero apoyo económico. Al reestructurar su vida, encontró una nueva alegría y un nuevo propósito al pasar tiempo con sus seres queridos, permitiendo que el amor guiara sus acciones en lugar de las exigencias del trabajo.
De manera similar, Aro Mary, una maestra, se sentía abrumada por sus responsabilidades y desconectada de sus estudiantes. Un día, notó que un estudiante tenía dificultades y, recordando el mandamiento de Jesús , se tomó el tiempo para ofrecerle apoyo y orientación. Aunque esto no era un requisito de su trabajo, su decisión de priorizar la compasión por sobre la obligación transformó su enseñanza y la ayudó a redescubrir el corazón de su vocación.
O pensemos en Susai, que cuidaba de sus padres ancianos por un sentido del deber. Al principio, su labor de cuidador le parecía una carga, pero al reflexionar sobre las palabras de Jesús , empezó a ver su papel como un acto de amor en lugar de una obligación. Al aceptar esta perspectiva, Susai encontró un renovado sentido de propósito, y encaró cada día con paciencia y compasión. Su labor de cuidador se convirtió en una fuente de paz y alegría al reconocer el amor que subyacía a sus acciones.
Estas historias reflejan la enseñanza de Jesús de amar a Dios con todo nuestro corazón y amar al prójimo como a nosotros mismos. Cada ejemplo refleja la misma verdad: el amor va más allá de la superficie de la obligación y se revela en momentos de conexión genuina, compasión y presencia. Cuando elegimos vivir desde este lugar de amor, nuestras acciones se convierten en algo más que tareas : se convierten en expresiones de fe y devoción.
de Jesús en Marcos 12:28-34 nos ofrecen un profundo recordatorio de que el amor, no el deber, debe ser la fuerza que guíe nuestras vidas. A través de las historias de Sonia, Kevin, Aro Mary y Susai , vemos cómo el amor transforma el deber en significado, cumpliendo los mandamientos más importantes. Ya sea consolando a un amigo, cuidando a la familia o simplemente estando presente, el amor convierte las acciones ordinarias en actos de fe. Al permitir que el amor nos guíe, nos conectamos profundamente con nosotros mismos, con los demás y con Dios, cumpliendo nuestro llamado más alto de las formas más simples pero más profundas.
Que el corazón de Jesús viva en el corazón de todos. Amén …