Summary: Nuestra fe nos ayuda a comprender nuestra muerte.

La fe ante la despedida

Introducción: Nuestra fe nos ayuda a comprender nuestra muerte.

Sagrada Escritura:

Trabajo 19:1,

Job 19:23-27 ,

1 Corintios 15:20-23 ,

Juan 12:23-26 .

Reflexión

Queridos hermanos y hermanas:

Todos nos enfrentamos a la muerte, pero evitamos hablar de ella. Sé que es un tema serio del que hablar cuando estamos vivos.

La muerte es una transformación de una vida a otra. Es la comprensión de nuestra fe. Sin embargo, puede resultar muy hueca cuando estamos en el lecho de muerte.

Sí, tenemos miedo de morir. Es una historia triste de imaginar. Como seres humanos, debemos tener miedo a lo desconocido. Es genuino y no reduce nuestra fe.

Al mismo tiempo, nuestra fe nos ayuda a comprender nuestra muerte. Jesús lloró al oír la muerte de Lázaro, aun sabiendo que lo resucitaría. Este acontecimiento nos da esperanza ante la muerte. Trae dolor, tristeza e incertidumbre, pero nos da esperanza.

Sin embargo, nuestra fe nos ayuda ante la muerte. Encontramos esperanza. Nos regocijamos en la resurrección. Ésta es nuestra fe cristiana. Aunque no elimine el dolor de perder a alguien o nuestra propia mortalidad.

Reflexionar sobre la muerte no nos hace preocuparnos por nuestra vida presente, sino que puede ser un poderoso motivador para vivir el momento presente, aquí y ahora, haciendo que nuestra mirada esté puesta en la vida eterna.

Con todos los avances médicos que tenemos en el mundo actual, es fácil dejar la muerte al margen. Sin embargo, todos tenemos que afrontarla. El enfoque cristiano consiste en encontrar dignidad y aceptación cuando llega el momento de morir. Se trata de aliviar el dolor, brindar consuelo y confiar en el tiempo de Dios.

Aquí es donde entran en juego prácticas como los cuidados paliativos y el sacramento de la unción de los enfermos. No se trata de darse por vencido, sino de abrazar nuestro camino con gracia y fe. Los últimos sacramentos, lejos de ser un final aterrador, pueden ser un hermoso momento de bendición final y reconciliación.

Al final, nuestra fe cristiana no elimina el dolor de la muerte, pero nos da una hoja de ruta para el viaje y un destino esperanzador. Nos recuerda que cada vida, sin importar cuán larga o corta sea, tiene un significado a los ojos de Dios. Nos ofrece rituales y comunidades para ayudarnos a procesar nuestra pérdida y encontrarle sentido a nuestro dolor.

Estamos todos juntos en esto, acompañándonos unos a otros a casa. Y aunque ese camino puede ser difícil y doloroso, nuestra fe nos dice que conduce a algo hermoso que va más allá de nuestra imaginación. Está bien tener miedo, lamentar, cuestionar. Pero debes saber que no estás solo en este viaje. Tu vida, con todas sus alegrías y tristezas, es parte de una historia más grande , una que no termina con la muerte, sino que continúa en la eternidad.

Que el corazón de Jesús viva en los corazones de todos. Amén…