Summary: Este ángel aparece en un momento crítico de la historia de Israel y de la redención, y su presencia nos recuerda algo que la humanidad a menudo trata de evitar

**Éxodo 12:12-13 (RVR1960)**

*"Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto."*

**Introducción:**

Hermanos, hoy venimos a reflexionar sobre un tema profundo y, a veces, temido: el Ángel de la Muerte. Este ángel aparece en un momento crítico de la historia de Israel y de la redención, y su presencia nos recuerda algo que la humanidad a menudo trata de evitar: la realidad de la muerte y del juicio divino. Pero también nos habla de algo mucho más profundo: la gracia, la misericordia y la redención que solo Dios puede ofrecer.

¿Qué podemos aprender de este personaje bíblico? El Ángel de la Muerte nos enseña sobre la santidad de Dios, la seriedad del pecado, y la promesa de vida para aquellos que están cubiertos por la sangre del Cordero. Hoy quiero invitarte a mirar más allá del temor que puede causar el juicio de Dios y a enfocarnos en su plan de redención y vida eterna. Este es un mensaje para despertar nuestras almas, para llevarnos a una reflexión seria sobre nuestra relación con Dios, pero también para llenarnos de esperanza en la victoria sobre la muerte a través de Cristo.

**1. El Escenario del Ángel de la Muerte: Un Momento de Juicio y Liberación**

Antes de hablar del Ángel de la Muerte, necesitamos entender el contexto en el que aparece. En Éxodo 12, Israel está al borde de la libertad después de 430 años de esclavitud en Egipto. Faraón ha endurecido su corazón ante las nueve plagas anteriores, y se rehúsa a dejar ir al pueblo de Dios. Sin embargo, Dios tenía un plan perfecto, y ese plan implicaba un acto final de juicio: la décima plaga.

La décima plaga era la más devastadora de todas: la muerte de los primogénitos en toda la tierra de Egipto, tanto de los humanos como de los animales. Pero este juicio no era un castigo arbitrario; era una respuesta a la opresión prolongada del pueblo de Dios y un juicio contra los falsos dioses de Egipto. Dios mismo dice: *"Y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová."* (Éxodo 12:12). Este acto muestra que Dios es el único soberano, el único verdadero Dios, y que ningún poder, ni humano ni divino, puede resistirse a Su voluntad.

El Ángel de la Muerte fue enviado con un propósito claro: ejecutar la justicia de Dios. Y esto nos enseña una verdad importante para nuestros días: Dios no es indiferente al pecado. Él ve la maldad, la opresión, la injusticia y el pecado, y aunque es misericordioso, también es un Dios de justicia. El juicio de Dios sobre Egipto fue una respuesta directa a la rebeldía y a la esclavitud en la que mantenían a su pueblo. A veces nos olvidamos de que el pecado tiene consecuencias serias, y el Ángel de la Muerte es un recordatorio de que el juicio de Dios es una realidad.

**2. La Misión del Ángel de la Muerte: Un Instrumento de Justicia Divina**

El Ángel de la Muerte no actuó por su propia voluntad, sino que fue enviado por Dios con un propósito específico: cumplir la voluntad del Señor y ejecutar su juicio. En muchas culturas y religiones, el ángel de la muerte es visto como una figura terrorífica, pero en la Biblia, este ángel actúa en obediencia absoluta al mandato divino.

A través de este ángel, Dios hizo una distinción clara entre los egipcios y los israelitas. Los primogénitos de Egipto fueron condenados a la muerte, pero Dios dio instrucciones a Moisés para que el pueblo de Israel se preparara para esa noche. Les mandó sacrificar un cordero sin defecto y aplicar su sangre en los postes de sus puertas como señal. La sangre era el símbolo de protección. El Ángel de la Muerte pasaría por todo Egipto, pero cuando viera la sangre, pasaría de largo. En hebreo, esto se llama "Pesaj", lo que significa “pasar por alto”. De aquí viene la palabra “Pascua”.

¿Qué podemos aprender de esto? El Ángel de la Muerte es un recordatorio de que Dios hace distinción entre aquellos que le pertenecen y aquellos que rechazan su autoridad. La única manera de escapar del juicio es a través de la sangre del Cordero. Aquí vemos el primer indicio del evangelio, el mensaje de salvación. Porque la Pascua no era solo un evento histórico, sino una sombra de lo que vendría más adelante: la muerte de Jesús en la cruz. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).

**3. El Poder de la Sangre: Protección y Redención**

La sangre del cordero sacrificado no tenía poder en sí misma; su poder provenía de la obediencia a la palabra de Dios y de lo que representaba: el sacrificio que cubre el pecado y protege de la muerte. El Ángel de la Muerte no podía tocar a aquellos que estaban bajo la protección de la sangre.

Este acto nos lleva directamente a la cruz. Así como la sangre del cordero protegió a los israelitas del juicio, la sangre de Cristo nos protege del juicio eterno. Hebreos 9:22 nos dice que *"sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados."* El pecado es tan grave que requiere la muerte como pago, pero Jesús, en su amor infinito, tomó nuestro lugar. Su sangre, derramada en la cruz, es nuestra señal de protección. Cuando estamos cubiertos por la sangre de Cristo, la muerte ya no tiene poder sobre nosotros. Como dice 1 Corintios 15:55-57: *"¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?... Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo."*

El Ángel de la Muerte pasó sobre Egipto y cobró la vida de los primogénitos, pero no pudo tocar a los que estaban bajo la sangre. Este es el poder de la redención, y es una verdad que debe llenar nuestros corazones de gratitud y esperanza. No importa cuán oscuro sea el juicio que se avecina, la sangre de Cristo nos ha rescatado.

**4. El Juicio y la Misericordia de Dios: Una Realidad para Hoy**

Muchos hoy en día se sienten incómodos al hablar del juicio de Dios. Queremos escuchar mensajes sobre amor, gracia y bendición, pero a veces olvidamos que el Dios que amamos es también un Dios de justicia. El Ángel de la Muerte es un recordatorio de que Dios toma el pecado en serio, y que hay consecuencias para aquellos que lo rechazan.

El juicio de Egipto no es solo una historia antigua; es una advertencia para todos nosotros. Hebreos 9:27 nos dice: *"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio."* Todos enfrentaremos el juicio de Dios un día. La pregunta no es si seremos juzgados, sino si estamos cubiertos por la sangre de Cristo o no. El pecado nos condena, pero la cruz nos redime. El Ángel de la Muerte pasa por la vida de cada persona, pero aquellos que están en Cristo no tienen nada que temer.

En la actualidad, el mundo vive de espaldas a esta verdad. Muchos se burlan de la idea del juicio divino, y viven como si no hubiera consecuencias para sus acciones. Pero la realidad es que el juicio llegará. Puede no ser en la forma de un Ángel de la Muerte, pero la Biblia es clara en que todos daremos cuentas ante Dios. El Ángel de la Muerte nos llama a reflexionar sobre nuestras vidas y a preguntarnos: ¿estamos viviendo en obediencia a Dios? ¿Estamos confiando en la sangre de Cristo para nuestra salvación?

**5. El Último Enemigo: La Derrota de la Muerte a Través de Cristo**

Finalmente, hermanos, quiero que miremos hacia el futuro con esperanza. El Ángel de la Muerte es una figura temida, pero para los que estamos en Cristo, la muerte ha perdido su poder. La Biblia nos enseña que Jesús, al resucitar, venció a la muerte. Apocalipsis 1:18 nos dice que Cristo tiene *"las llaves de la muerte y del Hades."* Esto significa que la muerte ya no tiene la última palabra para aquellos que han confiado en Él.

El Ángel de la Muerte fue un mensajero de juicio en los tiempos de Moisés, pero en Cristo, el último enemigo, la muerte misma, ha sido derrotada.

Pablo, en 1 Corintios 15, nos recuerda que cuando Cristo regrese, *"el postrer enemigo que será destruido es la muerte" (v.26)*. Nosotros, los que hemos sido redimidos por la sangre del Cordero, podemos decir con confianza que la muerte no es nuestro final. Hay vida eterna en Cristo, y esa es la promesa que nos sostiene.

**Conclusión: Un Llamado a la Reflexión y a la Esperanza**

Hermanos, el Ángel de la Muerte es una figura poderosa que nos recuerda la seriedad del juicio de Dios y la realidad de la muerte. Pero para aquellos que estamos en Cristo, este ángel no es una amenaza. Jesús ha vencido a la muerte, y su sangre nos cubre y nos protege del juicio. Nuestra esperanza está en Él, y nuestra vida debe reflejar esa confianza.

Hoy te invito a examinar tu vida. ¿Estás viviendo bajo la sangre de Cristo? ¿Estás compartiendo este mensaje de salvación con otros? Porque el juicio es una realidad, pero también lo es la redención. En Cristo, tenemos la promesa de vida eterna, y esa promesa debe llenar nuestros corazones de esperanza y gratitud.

Que este sermón sobre el Ángel de la Muerte nos recuerde la importancia de la obediencia, la seriedad del pecado, y la maravillosa gracia de Dios que nos ofrece salvación a través de la sangre de su Hijo. Amén.

**Oración Final:**

Señor, te damos gracias porque, aunque el juicio es real, tu gracia es aún más poderosa. Gracias por la sangre de Jesús, que nos protege y nos redime. Ayúdanos a vivir cada día conscientes de tu justicia y de tu misericordia. Que nuestras vidas reflejen la gratitud por la salvación que nos has dado, y que podamos compartir este mensaje de esperanza con un mundo que tanto lo necesita. En El nombre de Jesús, amén.