Summary: Proverbios 3:1-2 nos da dos responsabilidades como creyentes y tres promesas de Dios. Cuando hacemos nuestra parte, Dios hará su parte y nos causará prosperar por la gloria de su nombre.

La Vida Próspera

Proverbios 3:1-2 nos da una promesa de una vida próspera. Nos dice: Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; 2 Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán.

Dios nos promete tres cosas cuando hacemos nuestra parte. Entonces tenemos una responsabilidad. Y esta responsabilidad tiene dos partes.

Una parte es no olvidarnos de su ley. Su ley es perfecta y perfecciona a los que creen en Él.

Salmo 19:7 dice: La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;

Su ley puede hacer algo en nosotros que va a cambiarnos. Va a cambiar nuestros deseos. Va a cambiar lo que queremos. Va a cambiar lo que queremos ser.

Pero nuestra parte es no olvidarnos de su ley.

La segunda parte es guardar sus mandamientos en mi corazón. Mi corazón puede querer muchas cosas. Las emociones pueden causarme enfocar en cosas que no son parte de la voluntad perfecta de Dios.

Dios tiene una voluntad perfecta para cada uno de nosotros. Para andar en esa voluntad, tengo que guardar sus mandamientos en mi corazón. Proverbios 4:23 dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

Lo que guardo en mi corazón será lo que sale de mi boca. Cristo dijo: de la abundancia del corazón habla la boca. Mateo 12:34

Cuando seguimos las dos instrucciones de Proverbios 3:1, tenemos tres beneficios. Estas son tres características de la vida prospera.

Primero, tendremos largura de días. La presencia de Dios estará con nosotros. Tendremos su eternidad en nuestros corazones para recordarnos que no solo es el día hoy sino esto solo es el principio de lo que vendrá en su presencia para siempre.

Segundo, tendremos años de vida. Dios nos pone en lugar de cumplir su propósito para nosotros. No perderemos ni un momento porque la buena obra que comenzó en nosotros Él es fiel de cumplir.

Tercero, Dios nos promete paz. La palabra de paz en este versículo es shalom en hebreo. Es algo muy importante en la vida de un creyente. El shalom es la paz perfecta en la que no falta nada.

Estas tres juntos es la vida próspera. Pero no nos enfoquemos en perseguir los beneficios. Los beneficios serán lo que Dios da al creyente que ha recordado su ley en la mente y sus mandamientos en el corazón.

Dios es siempre fiel. Y su plan es darnos la vida próspera cuando seguimos a Él y su palabra.

A Dios sea toda la gloria.

Amen.