En el año 1993 estaba estudiando en el Seminario Teológico Reformado en la ciudad de Orlando, Florida, y fue la primera vez que escuché acerca del posmodernismo. Los analistas de la cultura hacían notar los efectos del posmodernismo en la sociedad occidental, especialmente en las sociedades europeas y estadounidenses.
El posmodernismo se caracterizaba porque se estaba dejando atrás a la edad moderna, con su énfasis en la razón y el método científico como criterio de verdad. Y se estaba suplantando con la hegemonía de muchas otras cosas.
Por ejemplo, en el mundo moderno se pensaba que la realidad era controlable, totalmente entendible y ordenada. En el posmodernismo se está diciendo que la realidad es más compleja de lo que se piensa, y aunque la ciencia es útil, tiene sus límites y no lo puede explicar todo.
En el mundo moderno se rechazaba lo espiritual como algo absurdo y superstición. El mundo posmoderno presenta una gran apertura a ideas y prácticas espirituales de todo tipo: Filosofías y prácticas orientales, fascinación por lo oculto o de las tinieblas, auge de la espiritualidad de religiones indígenas.
El mundo moderno enfatizaba la palabra escrita u oral. El mundo posmoderno está enfatizando la imagen.
El mundo moderno enfatizó lo racional. El mundo posmoderno enfatiza lo emocional.
El mundo moderno sostenía la verdad racional y lógica, que se consideraba absoluta. El mundo posmoderno enfatiza el relativismo, la negación de que exista una verdad, y lo determinante que es el individuo para establecer lo que es verdad para él o ella.
Cuando escuché esto por primera vez estando en Estados Unidos pensé: “de aquí a que llegue esto a México, donde en algunos lados ni siquiera pasamos por la era moderna, sino estamos en lo pre-moderno, no me va a tocar verlo”. Pero recuerdo que uno de mis maestros, con mucha sabiduría y con tono profético me comentó: “Lo que en Estados Unidos tardó lustros en pasar, en México y Latinoamérica, tardará a penas décadas”. El factor que aceleraría todo esto serían los medios electrónicos y digitales que llevan en segundos imágenes e información por todo el mundo.
Y aquí estamos, hermanos, en el año 2023, apenas 30 años después, y ya podemos ver estos rasgos de la vida posmoderna posicionados a nuestro alrededor.
El posmodernismo con toda su influencia cultural dice cuatro cosas importantes: 1. No hay verdad 2. No hay Autoridad. 3. No hay bien o mal. 4. No hay identidad.
Sin darnos cuenta las generaciones han sido adoctrinadas con este “evangelio” de la posmodernidad.
Hoy día no puedes si quiera sugerir que hay verdad absoluta, que Dios es la autoridad o que sí hay bien o mal, o que la identidad es por diseño divino, sin que seas apedreado en las redes o en tu círculo académico o social.
Ya estamos viviendo esto. Por eso, en nuestra nueva serie del mes de febrero estaremos hablando de “Toda la verdad”. Que será una introducción sencilla a la cosmovisión cristiana de la vida que sostenemos y defendemos. Este mes queremos decir: Sí hay verdad. Sí hay autoridad. Sí hay bien o mal. Sí hay identidad. El evangelio de Jesucristo nos da todas estas cosas.
Hoy comenzaremos abordando el tema de la verdad. E iremos a dos pasajes, uno en el Antiguo Testamento y otro, en el Nuevo.
Comencemos con un pasaje imperdible cuando se quiere hablar del inicio de todo el embrollo en el que vivimos hoy. Vayamos a Génesis 3.
Dice Génesis 3:1-4 (NVI) “La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el SEÑOR había hecho, así que le preguntó a la mujer: —¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán”. Pero la serpiente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir!
Aquí empieza una guerra por la verdad. La guerra cultural que experimentamos hoy, tiene sus orígenes más profundos en los hechos relatados en Génesis 3.
Dice el pasaje que la Serpiente era más astuta que todos los animales. Como sabemos, la serpiente aquí en Génesis, no es un simple animalito que podemos ver en un herpetario. Aquí la serpiente está representando al enemigo de nuestras almas, es la personificación del diablo, el mentiroso, el engañador.
Y sabemos bien, que el diablo es muy astuto. Siempre lo ha sido. Muestra su astucia para mentir y engañar, usando una estrategia que vemos aquí y que se repite aún hoy en cada situación que enfrentamos.
Su estrategia consiste en dos acciones básicas: 1. Tergiversar la verdad. 2. Proclamar la mentira.
Mira como la serpiente tergiversa la verdad. Cambia ciertos datos de la verdad para hacerla otra cosa. Fíjate de la pregunta que le hace a Eva: “—¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?”
Tergiversó la verdad de Dios que prohibía comer de UN solo árbol de todo el huerto. Ciertamente había una prohibición, pero ésta fue tergiversada para hacerla parecer una medida opresiva de parte de Dios al prohibir que comieran de todos los árboles.
El efecto deseado era que Eva comenzara a ver a Dios de una manera diferente como lo conocía. Quería que lo viera como un Dios opresor, abusador, inseguro y controlador.
El mundo, sigue practicando la misma estrategia hoy día, y te dice cosas como: “¿No que tu biblia habla del amor? ¿El amor es amor ¿No? No importa nada más”. Por otro lado, ¿No crees que la sociedad ya ha avanzado lo suficiente como para que sigas diciendo lo que dice tu Biblia de que la esposa debe sujetarse a su esposo?
¿No crees que eso de que hay que esperar hasta estar casados para tener una vida sexual activa es algo obsoleto y va en contra de la libertad de cada quien, pues cada quien puede hacer con su cuerpo lo que quiera?
Es la misma estrategia añeja, funcionando en la actualidad, se toman ciertos puntos verdaderos y se tergiversan y enredan para hacernos ver a Dios y su palabra como una opresión, una arbitrariedad, una dictadura, un abuso.
Pero el diablo ha tenido desde siempre una segunda estrategia. Cuando Eva no cayó en el primer intento, sino contestó con la verdad de Dios que da claridad y certidumbre en la vida, el diablo entonces arremetió frontalmente con la proclamación directa de la mentira, diciéndole: “No es cierto. No van a morir”.
Dios había dado su verdad. Su verdad da vida. Salirse de la verdad lleva a la muerte. Estaban advertidos. Pero el diablo proclama la mentira frontalmente. Esta ha sido su estrategia desde siempre.
Dios dice: adulterio. El diablo dice: Felicidad. Dios dice: asesinato. El diablo dice: derecho. Dios dice: Ama a tu prójimo. El diablo dice: Ámate más que a los demás. Dios dice: sirve. El diablo dice: domina. Dios dice: Mi gracia es suficiente. El diablo dice: Tú mismo eres suficiente.
En fin, tergiversar la verdad y proclamar la mentira han sido las estrategias funcionales del diablo en la edad pre-moderna, en la edad moderna y ahora en la edad pos-moderna. Como dice la Escritura, no ignoramos sus artimañas.
Pero, así como hemos derivado de este pasaje las artimañas del diablo para engañar al mundo, así también podemos decir hermanos que Sí hay verdad. Aunque a nuestro alrededor nos estén repitiendo que no hay verdad, que cada quien construye su “verdad”, que la “verdad” es dependiente o relativa a cada individuo, nosotros debemos defender la cosmovisión cristiana que parte del hecho de que Sí hay verdad.
Y esta verdad tiene varias características. Aquí mencionaremos tres derivadas de este pasaje.
Lo primero que podemos decir acerca de la verdad es que:
1. La verdad se recibe.
Cuando Eva le responde a la serpiente aclara muy bien la fuente de la verdad que expone y dijo: “Dios nos ha dicho”.
Esto es muy importante, porque la verdad no viene de nosotros, sino viene de alguien más. La verdad no está en nosotros mismos, ni tenemos que buscarla en nosotros mismos, sino nos es revelada, nos es entregada. La verdad ha sido recibida de parte de alguien que nos creó y nos sostiene.
En pocas palabras, fuimos hechos para depender de Dios para conocer la verdad. Él se ha revelado y nos ha dado a conocer la verdad por medio de Jesucristo, la Palabra encarnada, La Escritura, la palabra escrita e incluso se ha revelado poniendo su palabra y ley en la creación que podemos admirar, descubrir y reconocer.
La verdad se recibe, se recibe de parte del Señor. No somos verdad en nosotros mismos, sino la recibimos de Dios. Pero la verdad es algo más.
En segundo lugar, 2. La verdad es.
Cuando Eva responde a la serpiente, lo hace con una declaración que no depende de ella, que no construyó, que no fabricó. Que no es relativa a la situación o condición de Eva. La verdad es declarada y aplica a todos los seres humanos, sin ninguna otra consideración. En pocas palabras, la verdad es. Se sostiene por sí sola. No es relativa, es absoluta.
Eva declara la verdad que es: “Dios nos ha dicho: No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán”.
Es categórica, es independiente del oyente, es absoluta. La verdad es.
Esto es considerado como un “pecado” en la sociedad actual, que proclama la mentira: La verdad es relativa. La verdad depende de cada quién. Por supuesto, en este mundo de contradicción, lo único absoluto sería la supuesta verdad de que no hay verdad absoluta.
Este relativismo rampante es uno de los grandes enemigos a combatir. Cuando somos adoctrinados en el relativismo, en seguida van cayendo para nosotros los otros pilares y aseguramos que no hay verdad, no hay autoridad, no hay identidad, no hay bien o mal. Todo depende de con quién estés hablando y en qué circunstancia esté.
Si la verdad no es absoluta entonces no hay porque sostener conceptos absolutos acerca de nuestra identidad sexual, del matrimonio, de nuestro cuerpo, de la vida humana intrauterina, etc.
El relativismo ha estado intentando borrar todos los límites y las fronteras establecidas creacionalmente de conceptos tales como hombre-mujer, ser humano-animal, autoridad-sujeción, iglesia-mundo, etc.
Pero mis hermanos, la verdad es, existe por sí misma, independientemente de quién la crea o no la crea. La verdad de Dios es absoluta porque viene de un Dios que es inmutable en quien no hay mudanza ni sombra de variación.
Pero la verdad, no sólo se recibe y es, sino, en tercer lugar,
3. La verdad obliga.
Eva declara la verdad que habían recibido de parte de Dios, la verdad que existía independientemente de que ella la creyera o no. Dijo: Dios nos ha dicho que no comamos de este árbol, el día que comamos, moriremos. Y en el reconocimiento mismo de la verdad está también la obligatoriedad de la verdad.
Si conoces la verdad, ¿cómo no someterte a ella? ¿Cómo no hacerle caso? Sería algo totalmente ilógico si conoces la verdad y decides a pesar de eso, vivir en contradicción a la verdad.
La verdad obliga, porque es necesario sujetarnos a ella. La verdad da dirección y sentido a nuestras vidas. La verdad es para vivirse, no sólo para saberse.
Así es la Palabra del Señor, cuando la escuchamos sabemos que es verdad y nos sentimos con la responsabilidad de cumplirla, de obedecerla. Pero a partir de Génesis 3, hay un consejo mentiroso que tergiversa la verdad y proclama la mentira, y nosotros nos vemos tentados a creerla más que a la voz de Dios.
Como que nos gusta más escuchar el falso evangelio del diablo: “No vas a morir”. Cómo que a nuestros oídos ese falso evangelio es más apelante, más deseable, más cautivador.
Ese es nuestro problema. Debido a la caída, nos atrae más la mentira que la verdad. A la mentira queremos llamarle las buenas noticias y menospreciamos el bendito evangelio de la verdad. ¿Qué podremos hacer con este problema que cargamos?
Tenemos siempre buenas noticias, porque hubo alguien que dijo estas palabras: Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz. (Juan 18:37)
Que maravilloso que Jesucristo, nuestro Señor, nació para dar testimonio de la verdad. Para que no nos perdamos por la mentira. Gracias a su vida, muerte y resurrección, todo aquel que se acoge a él por la fe, tiene parte en la verdad y puede escuchar su voz en medio de tantas mentiras.
Él es el camino, la verdad y la vida. ¡Qué buena noticia! Si estás en Cristo Jesús, puedes escuchar, conocer, reconocer y seguir la verdad. Puedes escuchar la voz de aquel que es la verdad.
Así que en Cristo, podemos vivir creyendo y declarando: Sí hay verdad. Jesucristo es la verdad.
Y en la verdad de Cristo encontramos que hasta que él no regrese al establecimiento y consumación final de su reino, viviremos navegando y enfrentando la mentira. Pero al mismo tiempo se nos dice cómo vivir en la verdad en medio de un mundo de mentira.
Dice el apóstol Pablo en 2 Timoteo 4:1-5 (NVI), En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.
El apóstol en sus consejos pastorales de pastor mayor a un pastor joven, le describe la lucha de la iglesia y su ministerio en medio de un mundo contrario a la verdad.
Miremos qué tan relevante descripción hace de sus tiempos, pero que son iguales a los nuestros.
Dice que llegará un tiempo en que las personas que no aman la verdad de Cristo se comportarán de esta manera:
1. No van a tolerar la sana doctrina.
En el mundo de la proclamada tolerancia, ésta se aplica a todos menos a los creyentes en Cristo. Puedes decir casi cualquier disparate en las redes, pero tan pronto sostienes la verdad del Señor ante los asuntos calientes del momento y sales básicamente apedreado con palabras e insultos. No soportan la enseñanza santa y del Señor.
Hermanos, no está lejos la persecución de la iglesia por esto. No está lejos el día que vayamos a la cárcel o seamos tomados por criminales por sostener que Jesucristo es el rey y su evangelio es verdad. Estemos preparados. Los que exigen tolerancia, serán los verdugos por intolerancia del evangelio.
2. Multitud de maestros
Existen hoy día miles de voces hablando mentiras. Voces de engaño y mentira que están en contra de la verdad y cómo los buscan las personas en Instagram, Facebook, Netflix, y cualquier otra plataforma. Debido al impacto de las redes, nuestros niños y jóvenes están siendo adoctrinados constantemente. Les han repetido tanto las mentiras, les han tergiversado tanto la verdad que ya han formado una cosmovisión anti bíblica y tu y yo hemos patrocinado descuidadamente su adoctrinamiento.
Padres, debemos despertar, si alguien más está formando a tus hijos, estamos fallando en nuestra responsabilidad. Debemos ser muy proactivos en la formación de estas generaciones y no delegar a un dispositivo nuestra responsabilidad.
3. Cerrados hacia la verdad
Hoy día es más fácil para la gente creer cualquier cosa, excepto la verdad del evangelio. Hay más sospechas de las palabras de Dios que de la palabra de cualquier youtubero. Hay una cerrazón hacia la verdad. Tristemente, incluso entre personas que asistimos a una iglesia, siguiendo los postulados del mundo, estamos buscando maneras en darle la vuelta a la Palabra de Dios y seleccionar sólo aquello que nos parece conveniente. Reaccionamos a aquellas cosas que en la Biblia nos parecen políticamente incorrectas. Tengamos cuidado, quizá hemos comprado demasiado las premisas engañosas del mundo de tal manera que hemos desarrollado una alergia a la verdad.
4. Volcados a los mitos.
Hoy día se cree cada cosa, y se acepta y se celebra lo que en otro tiempo sería razón para un estudio psiquiátrico urgente. La autopercepción de la persona es la autoridad incuestionable y soberana, por más fuera que esté de la realidad evidente. Bien dice, el apóstol que se han volcado a los mitos.
Esto fue escrito hace cientos de años, pero vemos qué tan relevante y descriptivo es de lo que estamos viviendo. ¿Qué instruyó el apóstol a Timoteo para que atendiera esa situación? Le dijo que hiciera 5 cosas, que son muy pertinentes para nosotros.
Sí hay verdad y hay que sostenerla aún en un mundo de mentira. Por eso:
1. Predica la Palabra
Por todos los medios posibles, en todas las oportunidades, la Palabra de Dios es la verdad que el mundo necesita. No nos detengamos, no nos achicopalemos, no dejemos de hablar la verdad de Dios.
2. Se prudente en todas las circunstancias
Seamos analíticos de lo que nos rodea. Leamos bien las situaciones. Aprovechemos las oportunidades. Seamos sabios en lo que nos metemos. Seamos prudentes con los contenidos que consumimos. En fin, la prudencia y la sabiduría es necesaria para navegar en las aguas de la mentira.
3. Soporta los sufrimientos
Preparémonos para sufrir por la verdad. La verdad tiene un costo alto. Estemos confiando en el Señor que nos dará la valentía para enfrentar los sufrimientos que vienen como parte del paquete de seguir a Cristo como sus discípulos.
4. Dedícate a la evangelización
Lo que el mundo necesita es el evangelio. Cómo conocerán la verdad si no hay quien se las lleve. Hermanos, es indispensable que nos involucremos en cuerpo y alma al discipulado. Discipulado de las personas a nuestro alrededor. El discipulado de las nuevas generaciones. Lo que hará la diferencia en la vida de una persona es la verdad del evangelio y Dios quiere usarte a ti para ser esa persona que invierte su vida en la vida de otra persona para formarlo en el evangelio.
5. Cumple los deberes de tu ministerio.
Dios te ha dado dones para servir en su Reino. No olvides que Dios te envía y hace llamados para que ministres en donde estés. Eres llamado por Dios para servir en donde te ha puesto. Haz tu labor entendiendo esto, que sirves al rey en aquello que haces. Cumple fielmente con aquello a lo que el Señor te ha llamado en su reino.
Nuestro Dios es el Dios de la verdad y nosotros somos su pueblo. Vivamos reflejando la realidad que sí hay verdad ante este mundo que no cree. La luz de la verdad resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecerán. Ánimo hermano, sigue a Cristo Jesús todo el tiempo aun en este mundo difícil. No estamos solos. Tenemos con nosotros al Espíritu de Verdad que nos sostiene y nos impulsa a vivir para la gloria de Dios.