Summary: Dios nos hizo para que fuéramos felices y aun hoy desea nuestra felicidad. El problema es que parece que siempre estamos buscando esta felicidad en los lugares equivocados.La Biblia nos dice cómo lograr esa verdadera paz interior y felicidad que todos deseamos.

¿Qué es la Felicidad y Cómo Encontrarla?

1 Timoteo 6:6 NBV: Sí, es cierto que con la verdadera religión uno puede obtener la mayor de las riquezas, pero sólo si uno está feliz con lo que tiene… Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento. (RV60).

Eclesiastés 7:14: Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero, cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después.

Eclesiastés 3:12-13: Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva; y sé también que es un don de Dios que el hombre coma o beba y disfrute de todos sus afanes.

2 Corintios 6:10: Aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.

Introducción:

Todos queremos ser felices, ¿no? El pensamiento popular nos da muchas definiciones y maneras de alcanzarla. A veces no las entendemos.

Ilustración: Al asistir a una boda por primera vez, una niña le susurró a su madre: "¿Por qué la novia está vestida de blanco?". "Porque el blanco es el color de la felicidad, y hoy es el día más feliz de su vida". La niña pensó en esto por un momento y luego dijo: "Entonces, ¿por qué el novio está vestido de negro?"

Miramos alrededor y pensamos: “si pudiera ganar la lotería, todo sería maravilloso”. “Si mi esposa o esposo fueran de esta manera”... Podría tener todo lo que mi corazón deseaba y podría encontrar la verdadera felicidad.

Esa búsqueda de la verdadera felicidad está en toda la humanidad. De hecho quiero dejar bien claro desde el principio que Dios nos hizo para que fuéramos felices y aun hoy desea nuestra felicidad. El problema es que parece que siempre estamos buscando esta felicidad en los lugares equivocados.

Tengo buenas noticias para ti esta mañana. Voy a compartir contigo esta mañana el camino a la felicidad. Cómo lograr esa verdadera paz interior y felicidad que todos deseamos.

I- ¿Que es la Felicidad?

A- El Diccionario dice: 1. Estado de grata satisfacción espiritual y física. 2. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. 3. Ausencia de inconvenientes o tropiezo.

B- Grandes pensadores dicen:

"No te preocupes; comer tres comidas completas al día; di tus oraciones; sea puntual con sus acreedores; mantén tu digestión buena; haz ejercicio, ve despacio y relajado. Tal vez haya otras cosas que tu caso especial requiera para hacerte feliz, pero, amigo mío, creo que estas te darán una buena vida”. Abraham Lincoln.

“Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad”. La declaración de independencia de los Estados Unidos.

C- La Ciencia dice: Según los científicos, la felicidad se encuentra en la capacidad de tu cerebro para producir dopamina y serotonina de manera equilibrada.

D- La Cultura, la Música: Pharrell Williams – Happy, Bobby McFerrin - Don't Worry Be Happy, Palito Ortega “La Felicidad”…

II- Búsqueda equivocada de la Felicidad.

“Cada cual se apartó por su camino”… (Isaías 53:6). El ser humano ha buscado, a su manera, la felicidad. Entre esas vías humanas están:

A- Acumulación de bienes materiales: Mientras mas tengamos mas felices seremos. Puede ayudar a alcanzar metas, pero también esclaviza.

Ilustración: Un periódico londinense ofreció un premio a la mejor definición de dinero. Se le otorgó a un joven cuya definición fue: “El dinero es un artículo que puede usarse como un pasaporte universal a todas partes excepto al cielo y como proveedor universal de todo excepto la felicidad”

Mateo 19: 21-22: ?Si quieres ser perfecto —le dijo Jesús—, ve, vende todo lo que tienes y dales el dinero a los pobres. De esta manera tendrás tesoros en el cielo. Y cuando lo hayas hecho, ven y sígueme.22 Cuando el joven oyó esto, se fue muy triste porque era extremadamente rico.

Lucas 12:15 Luego miró Jesús a los que estaban allí, y les dijo: «¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.»… enseguida Jesús les puso este ejemplo: «Las tierras de un hombre muy rico habían dado una gran cosecha… 20 »Pero Dios le dijo: “¡Qué tonto eres! Esta misma noche vas a morir, y otros disfrutarán de todo esto que has guardado.”21 »Así les pasa a todos los que amontonan riquezas para sí mismos. Se creen muy ricos pero, en realidad, ante Dios son pobres.» (TLA).

Abundan los ejemplos de personas con muchos bienes materiales pero que no son felices. Seguro que Uds. y yo podemos citar algunos casos bien conocidos.

B- Búsqueda de Placeres: El campo filosófico griego conocido como los epicúreos, por ejemplo, abogaba que este placer es el más alto bien en la vida. Liderados por el filósofo griego Epicuro (341-270 A.C.), esta escuela buscaba tanto tranquilidad como ausencia de dolor físico. Aunque Epicuro impulsara el bien de moderar la búsqueda de placer, sus seguidores adoptaron un estilo de vida hedonista. El hedonismo es una doctrina de la filosofía que considera al placer como la finalidad o el objetivo de la vida. Se alejaron de un estilo de vida sobrio y ético y adoptaron los instintos naturales y apetitos que parecen prometer felicidad. Si eso suena técnico, no necesita serlo. El credo hedonista es básicamente esto: Si se siente bien, hazlo. Los hedonistas, por lo tanto, viven para disfrutar de los placeres, intentando evitar el dolor.

La sociedad de hoy nos impulsa a pensar que todo está bien en “todo puede pasar,” que podemos satisfacer los deseos de nuestra carne. Muchos líderes culturales, nos han dicho que esto es la felicidad. Incluso, nos dicen que esto no es sólo la felicidad, sino la vida misma. Ser libres, hacer lo que queramos, tener relaciones sexuales sin límite o inhibiciones, probar todo tipo de droga — esto es lo que significa vivir de verdad.

2 Timoteo 3:1-4: También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios.

Mientras tu búsqueda sea por cosas que simplemente te traerán placer, en última instancia te sentirás decepcionado. Sin embargo, estamos tan dominados por esta búsqueda que estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para lograrlo. La razón es que la gente ha tratado de justificar casi todo en la búsqueda de la felicidad.

El placer fue creado por Dios y su deseo es que disfrutemos. Ahora bien cuando el disfrute de por si es el objetivo y fin de nuestra vida, cuando ese placer nos domina y en muchos casos nos destruye, entonces ese placer se convierte en nuestro dios y en realidad nos aleja de la Felicidad.

El placer no puede llevar a la felicidad porque es transitorio, tiene un final que nos hace vivir en un estado de compulsión persiguiendo deseo tras deseo sin nunca encontrar la plenitud y solo experimentando el sufrimiento al darnos cuenta de la incapacidad de hacer que la experiencia dure. Debemos de cuidar que el placer no se arraigue en la mente y genere una compulsión. Debemos controlar con la sabiduría nuestros deseos, para saber cuales son posibles y benéficos materializar; y no dejar que la mente se intoxique con una horda de deseos.

C- Auto-ayuda o mejoramiento personal: . La idea central aquí es que eliminar hábitos negativos de la vida de uno conducirá a una mayor felicidad. En lugar de rendirse a su instinto crudo — chismear, comer alimentos chatarra y otros más, buscamos cortarlos de raíz. Esto es parte de un pensamiento positivo, parte de una terapia personal y parte de un moralismo. El fallo en esta actitud es que nos centramos en nosotros mismos, nos lleva a grandes sacrificios que nos conducen muchas veces a la insatisfacción. Hoy lo logré, pero mañana no.”

En la medida en que el pensamiento positivo signifique residir en el carácter de Dios y la obra redentora que Él realiza en nuestras vidas, tiene poder. El poder no es de nosotros ni de nuestros pensamientos. El poder es de Dios. Viene de creer en Su verdad (Juan 8: 31-32).

III- Búsqueda correcta de la Felicidad.

A. Obedecer a Dios: Dios quiere que seas feliz. Él mismo es un Dios alegre, y quiere más que nada hacer que aquellos que persiguen la felicidad en este mundo sean verdadera y profundamente alegres.

Eclesiastés 11:9: Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

Cada uno de los seres humanos se hizo corrupto y pecaminoso por el pecado de Adán.

Naturalmente nos inclinamos hacia el pecado, pero también escogemos libremente rebelarnos contra Dios y eso nos conduce a la destrucción eterna fuera de la misericordia de Dios. Adoramos cosas que no son Dios, el único que merece ser adorado. Idolatramos el sexo, el dinero, la disciplina o incluso la misma felicidad.

Pero la Biblia tiene buenas noticias para los pecadores; nos muestra el camino a la alegría. La manera de ser felices se presenta de manera simple en las escrituras: la obediencia a Dios es placer. La fe en Cristo es alegría. El salmista dice a Dios con evidente placer: “Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha.” (Salmo 16:11).

La obediencia a Dios comienza cuando tenemos una relación personal con El a través de Jesucristo. El es el único camino, la Única Verdad, El es la Vida (Juan 14:6). Es lo que yo llamo “seguir el manual del fabricante.”, este es Dios.

B- Creer y Vivir su Palabra. ¿Pero cómo exactamente ocurre esto de “ser felices en Dios”? La Biblia responde a esta pregunta directamente. “Me regocijo en el camino de tus estatutos más que en todas las riquezas,” escribe el salmista.(Salmo 119:14) “¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella.”(Salmo 119:97)

Estos textos nos muestran que crecemos felices en Dios a través de su Palabra. La obediencia

a Dios es lo que nos hace felices. Vivir de acuerdo a su sabiduría es lo que nos trae alegría. Perseguir a la justicia y vivir generosamente es lo que nos concede liberación.

C- Imitar a Jesucristo: En Hebreos 12:2, encontramos la fuente tanto de nuestra felicidad como de nuestra santidad: “Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios”. (TLA).

Aquí se nos muestran varias cosas. En primer lugar, no sólo está bien sino que es correcto buscar la alegría. Jesús lo hizo. Su mayor alegría fue obedecer al Padre y por eso fue a la cruz. En segundo lugar, la alegría se define aquí (y en otros lugares), no en términos de ser libres de hacer lo que queramos, sino más bien en términos de obedecer la voluntad perfecta de Dios. El acto de la crucifixión en sí mismo no trajo alegría a Jesús; el acto de obediencia a la voluntad del padre trajo alegría infinita a Jesús. Les digo todo esto para que sean tan felices como yo. (Juan 15:11) (TLA).

En tercer lugar, Jesús no sólo es nuestro ejemplo como un buscador de alegría, sino que también es el medio por el cual conoceremos al Señor y disfrutaremos los placeres de la obediencia.

Así que, aquí está la sorprendente noticia: Dios nos llama a ser santos a estar apartados para El, nos bendice con felicidad a través de la santidad y nos da toda la fuerza que necesitamos para ser santos. Felicidad santa — o santa felicidad — está disponible a través de la Cruz.

Nuestros apetitos y hambre de placer no son malos. Son instintos dados por Dios. Pero también deben ser dirigidas a Dios y ordenados por Dios. En otras palabras, la buena noticia de Cristo reordena nuestro mundo y nos permite ser más felices en las cosas que son lo mejor para nosotros y que son más dignas de nuestra atención. En lugar de rendir culto al cuerpo,

adoramos a Dios y sólo a Dios. En lugar de divinizar una causa social, reconocemos al Señor como la única realidad que vale la pena para vivir. En lugar de una búsqueda genérica de la felicidad por encima de todo, seguimos a Jesucristo — y encontramos gozo indiscutible en Él.

Vamos buscando la felicidad y nos encontramos no con el Dios trascendente que nos creó y nos gobierna, sino con nosotros mismos.

Los cristianos creen que estamos hechos para algo más grande. Que fuimos hechos para perdernos en un Dios majestuoso que es Salvador de almas y rehace al mundo. Ese instinto en nosotros que muchos sentimos — lo que C. S. Lewis llamó el deseo del Norte Verdadero, una reserva misteriosa de deleite puro y felicidad inmarcesible al que todos por instinto queremos alcanzar. — pero que también nos señala la insuficiencia humana para alcanzarlo por nosotros mismos. Queremos y necesitamos algo más grande, algo puro, una fuerza que nos quebrante y nos restaure simultáneamente. Esto es Dios y Dios únicamente. Él es la causa de la verdadera felicidad, y es la felicidad misma.

Entonces, ¿Por qué los cristianos muchas veces no nos consideramos felices en esta tierra?

Sabemos de la eternidad pero, ¿qué me pasa aquí y ahora por lo que no soy feliz? (“Hay pastor si usted supiera por lo que he pasado y/o estoy pasando?”).

Cada uno haga un análisis de su relación con Dios, pero John MacArthur hace un comentario muy práctico al presentar diez elementos que impiden el gozo cristiano:

1) Salvación falsa.

2) La influencia de Satanás y sus demonios.

3) Entendimiento inadecuado de la soberanía de Dios.

4) Falta de oración

5) Los bajos emocionales que siguen un alto espiritual.

6) Enfoque en circunstancias.

7) Falta de gratitud.

8) Falta de recordar las bendiciones de Dios

9) Vivir en la carne en vez de en el Espíritu

10) Resistencia a aceptar perdón.

Ninguno de nosotros conoce lo que el Señor nos llevará a hacer en esta vida. Sin embargo, sabemos que si la alegría le costó la vida a Jesús, seguramente nos costará algo a nosotros también. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33).

Después de esta existencia terrenal, conoceremos a nuestro Señor y moraremos con él en un mundo de amor — un cielo nuevo y una tierra nueva, donde “no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor.” (Apocalipsis 21:4). Allí, no puede entrar preocupación. Porque por Cristo, el centro de este mundo, todos — sin excepción o disminución — seremos felices.

Conclusión:

Es probable que las cosas salgan mal en tu vida, ya sea que ores al respecto o no. Sin embargo, como cristiano, he llegado a descubrir que incluso cuando las cosas se niegan a mejorar, finalmente todas las cosas obran juntas para el bien de aquellos que aman al Señor y aquellos que son llamados. Así que mi enfoque y búsqueda no deben estar en los eventos y los acontecimientos, sino en ubicar la voluntad de Dios para mi vida.

Sé que mientras pueda encontrar a Dios en cualquier circunstancia, tendré verdadero gozo. Realmente no importa si la situación me hace feliz, siempre que esté en la voluntad de Dios, entonces tengo gozo. Eso es lo que me da paz y me permite regocijarme incluso cuando las cosas van mal.

Entonces, puedo repetir con confianza y fe Habacuc 3: 17-18: “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Amén.