Me pueden acompañar al libro de los
Salmos 50:23, para así dar lectura a la Palabra de Dios, Amen
“El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.”
Intro:
La palabra sacrificio en el pasaje bíblico quiere decir esfuerzo; un esfuerzo mayor de lo que tu y yo creemos poder hacer o dar hacia lo demás o a Dios mismo; en muchas ocasiones llegamos a la iglesia o templo sin ánimo, sin deseos de continuar queriendo soltarlo todo y darnos por vencido, sin fuerzas, y aun así llegamos; y es nuestra adoración o acción de gracias, la que hace el impacto y es recibida con agrado, por que nace de adentro, de nuestro espíritu que está fortalecido, presto para adorar a Dios. Es en nuestra debilidad donde el poder de Dios se perfecciona en nuestras vidas, y cuando hacemos ese esfuerzo de adoración a él, ese que nace y que sale de lo más profundo del corazón, que le honra y agrada a Dios, él entonces se perfecciona en nuestras vidas y ahi notamos cambio genuinos al momento.
Debemos presentar vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; por que Dios no quiere ofrendas de alabanza y adoración muerta, vanas, vacias. Dios quiere y exige un poco mas de nosotros, sacrificio vivo, santo, puro, no cualquier cosa amada iglesia, debemos honrarle con alabanza agradable, aceptables, donde podamos alcanzar el favor de Dios. En medio de dichas alabanzas algo tiene que suceder, los yugos se tienen que desatar, la cadenas se tienen que romper, fuerzas son dada al que no la tiene, se arreglan la rodillas paralizasas, ahi liberacion, ahi sanidad, ahi manifestación, ahi cambios genuinos, todo cambia a nuestro favor.
Mensaje:
Por eso es que en esta noche he decidido precicar bajo el Tema: La Verdadera Adoración
Bosquejar la naturaleza de la verdadera adoración, es decir; (Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.")
(Juan 4:20-24) "Le dijo la mujer: Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."
Mientras el Señor hablaba con la samaritana, abordó el tema de la adoración con una vision amplia, profunda y clara. Contestando en si nuestras inquietudes y dejandonos ver hoy dia la necesidad inmensa que tenemos de aprender como debemos ofrecer a Dios una adoración confome a él.
Es menester que tomemos la adoracion de Dios, en serio, con una fuerte devocion, de gratitud, de exaltación y con respecto. Reconociendo quien es Dios en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestras enfermedades, en momentos de agunstia, en medio de nuestro dolor.
El Señor dijo a la samaritana "vosotros adoráis lo que no sabéis". Por eso es importante que nosotros aprendamos por su Palabra cómo debemos adorarle para no cometer errores similares.***
Por ejemplo si yo le pregunto a ustedes ¿Qué es la adoración? Cual sería su repuesta.
Respuesta:
El apóstol Pablo describe perfectamente la verdadera adoración en Romanos 12:1-2: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Ahora bien, en este pasaje contiene todos los elementos de la adoración verdadera. En primer lugar, vemos la motivación de la adoración: "las misericordias de Dios". La misericordia de Dios es todo lo que Él nos ha dado que no merecemos: amor eterno, gracia eterna, el Espíritu Santo, paz eterna, eterna alegría, fe salvadora, confort, fuerza, sabiduría, esperanza, paciencia, bondad, honor, gloria, justicia, seguridad, vida eterna, perdón, reconciliación, justificación, santificación, libertad, intercesión y muchas cosas más. El conocimiento y la comprensión de estos increíbles regalos nos motivan a ofrecer alabanza y acción de gracias — en otras palabras, ¡adoración!
Describiendo de que forma debemos presentar dicha adoración: "presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo y santo". Presentar nuestros cuerpos significa dar a Dios todo de nosotros mismos. La referencia a nuestros cuerpos aquí significa todas nuestras facultades humanas o condición humana — nuestros corazones, mentes, manos, pensamientos, y actitudes – todos deben presentarse a Dios. En otras palabras, debemos ceder el control de estas cosas y entregárselas a Él, al igual que un sacrificio literal fue dado totalmente a Dios en el altar.
Pero, ¿cómo? Una vez más, el pasaje es claro: "por la renovación de vuestra mente" Renovamos nuestras mentes diariamente limpiándolas de la "sabiduría" del mundo y reemplazándola con la verdadera sabiduría que proviene de Dios y el total conocimiento de la misma. Nosotros lo adoramos con nuestra mente renovada y purificada, no con nuestras emociones. Por que debemos entender que las emociones son cosas maravillosas, pero a menos que sean formadas por una mente saturada en la Verdad, de lo contrario pueden ser fuerzas destructivas, fuera de control. Donde va la mente, la voluntad sigue, y las emociones también. 1 Corintios 2:16 nos dice que tenemos "la mente de Cristo", no las emociones de Cristo. Habiendo sólo una manera de renovar nuestras mentes, y eso es por la Palabra de Dios.
Para tener verdadera comunión con Dios, tenemos que relacionarnos con Dios en el nivel espiritual. Ahora bien al recibir a Jesucristo, Dios cambió nuestro espíritu. Según 2 Corintios 5:17 enseña que en nuestra salvación, nuestro espíritu se volvió completamente nuevo, pues dice; “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” El cambio quien tu eras, ese hombre, esa mujer de perdición, que llevabas una vida pecaminosa, llena de dolor, de sufrimiento, de rechazos, de rencor ect. Transformándonos en lo que somos hoy, una dama un caballero digno de estar en su presencia, de buen testimonio, conforme a su corazón, lleno de poder, sabiduría conocimiento. Entonces nosotros agradecidos de él, de lo que el hizo en nosotros, que cambió nuestro lamento en baile, le adoramos. Por qué es algo que nace de nosotros de adentro, una devocion, es algo inexplicable, que nos permite ver que fuimos creados para adorarle, para exaltarle, para honrarle ect.
Efesios 4:24 dice “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”
En nuestro espíritu somos dignos de venir delante de Dios y adorarlo sin ningún temor. Nuestro espíritu es la única parte de nosotros que es digno. Es por eso que le adoramos en espíritu y en verdad. Nuestro espíritu no es nuestro problema. Nuestro espíritu nacido de nuevo es perfecto, ya que Jesucristo lo ganó para nosotros. Siempre debemos basar nuestra relación con el Padre en lo que somos en nuestro espíritu por medio de Cristo Jesús.
Así pues, lo primero que observamos en las Escrituras, que un adorador es alguien que tiene una relación intima, personal y solemne con Dios. En los Salmos podemos notar la relacion solemne intima que tenia el rey David cuando expresaba su amor por Dios: "Te amo, oh Jehová", reconociendo su posición como ser humano, reconocía que Dios "es digno de ser alabado" Salmos 18:1-3
Ahora bien, todos sabemos que el verdadero amor a Dios implica entrega absoluta. Jesus nos enseñó que para amarle hay que hacerlo con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente, “Mateo 22:37”.
Así pues, la adoración genuina implica la entrega total de lo que somos, ofrenda de amor, sacrificio agradable en su honor, grato perfume. Algo así, como, en el sacrificio de los holocaustos que se realizaban en el Antiguo Testamento. La ofrenda era que el animal se ofrecía completamente al Señor en olor grato, “Levítico 3:1-9”.
Repito de nuevo en el libro de Romanos 12:1 dice "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."
Y si meditamos un poco más en esto, rápidamente nos daremos cuenta de que la expresión plena de este tipo de devoción la encontramos en Cristo cuando entregó su vida al Padre en la Cruz. En Efesios 5:2 dice "Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante."
Ahora bien adorar a Dios lleva una sumisión y obediencia, unos estatutos a seguir. Debemos de darnos por completo de forma voluntaria ante él para servirle en todo cuanto nos manda.
En el libro de Apocalipsis podemos observar una escena celestial donde "los ancianos se postran delante del mmmque está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono" Apocalipsis 4:10. El colocar las coronas a los pies del Señor es una forma de expresar su sumisión, reconocimiento y entrega absoluta.
Conclusión:
Para finalizar no podemos reducir nuestra adoración a unas bonitas expresiones de nuestros labios, porque antes de que Dios escuche lo que decimos, primeramente mira nuestros corazones.
Esta fue la razón por la que tanto Jesús como los profetas del Antiguo Testamento tuvieron que reprender reiteradamente al pueblo de Israel: En Marcos 7:6 dice: "Respondiendo él, les dijo: Hipócritas bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí."
Su problema consistía en que cuando ofrecían su adoración a Dios, de lo que decían sus labios, pero no desde sus corazones. No había obediencia a su Palabra, lo que era una triste evidencia de la falta de amor por él “Juan 14:15”.
Ahora bien, una vez la adoración surge de un corazón que ama y se entrega completamente a la voluntad de Dios, vemos que todo es diferente, que aun nuestra presencia es capaz de adorar a Dios. La palabra nos enseña que todo lo que que respire alaba a Dios, tanto en nuestra oración, en nuestro canto, en nuestra lectura, cuando prestamos el oído a escuchar su palabra y ponerla por obras en nuestras vidas y en la de los demás.
En Hebreos 13:15 dice "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre."
Nuestra adoracion debe de crecer en nosotros como agradecimiento de lo que el hizo en nosotros, por su naturaleza, sus atributos, su carácter y también sus obras. Es entonces cuando nos rendimos a él, nos deleitamos en contemplar su gloria manifestadas en nuestras vidas.