Jesús demostraba tener límites personales.
Es así como vemos en el Evangelio de hoy que El permanece ligeramente retraido, como alejado de la situación. El dijo a María, “No nos concierne” i.e. o sea, “¿qué podemos hacer tú y yo? Ese es problema del novio; Todavía no llega mi hora… la hora para la cual he sido llamado por Dios a actuar!”
Jesús usa también límites en sus palabras — El llama a su madre, “Mujer,” término que no lo usa como mecanismo de distancia sino que al contrario, como una forma de cortesía que del arameo podría traducirse como, ‘señora’, y como dicen los colombianos, ‘su merced’.
Jesús también la llama “Mujer” cuando desde la Cruz dice a Juan (19:26)-- “¡Mujer, he ahí tu hijo!” La “Mujer” del Apocalipsis 12:1 es a la vez una persona individual:
María y un símbolo colectivo: ‘su Iglesia’.
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.”
Demos una mirada a los límites de los que María está consciente: —ella está haciendo suyos los problemas de otros. “No tienen vino”, dice ella al ver y sentir que la familia del novio está por sufrir una humillación. Pero fíjense en algo, el novio, su mayordomo y los invitados están total y felizmente ignorantes de que el vino se ha acabado. Solamente María, los sirvientes y
- ahora Jesús - lo saben.
Sin embargo, María no se pone necia; no le pide a Jesús que haga aparecer más vino….solamente señala la potencial humillación para el novio.
Lo anterior es una prueba de María como intercesora. La oración de interecesión procede de la fe en Dios en cuanto a que hombres y mujeres santos están tan vivos hoy como lo estuvieron en la tierra (Lucas 20:38). Por lo tanto, no teman el rezo del Rosario —La intercesión de María ha sido siempre para ‘manifestar su gloria’ (Juan 2:11). ¡Jesús es quien nos suministra en todas nuestras necesidades! ¡TODO TIENE QUE VER CON JESUS Y TODO SE REMONTA A EL!
La madre de Jesús es la primera que clama acción basada enteramente en la palabra de su Hijo. Esto es lo que pasa con el rezo del Rosario: en vez de distraernos de Jesús, nos guía más y más cerca a su voluntad, contrario a lo que podría pensarse. Por ejemplo, San Louis de Montfort escribió acerca de cómo María recibe nuestras oraciones y las perfecciona – tal como lo hizo Jesús cuando convirtió el agua en vino.
¿Cuáles son las preocupaciones que necesito presentar al Señor cuando rezo el Rosario? ¿En qué forma puedo actuar para aliviar las preocupaciones, las inquietudes de otros?
Y, pongamos atención, a través de la intercesión de María con Jesús, El también modela límites para nosotros, de manera que ‘límites demasiado estrechos conducen a una falta de compasión.”
Sociológicamente, un pedido de ayuda constituye un desafío positivo al honor de la persona que lo pide y una intrusión dentro del espacio social de quien recibe el pedido
Si la persona no puede hacer algo por si misma, la compasión es necesaria y debemos ofrecer ayuda.
El hecho de que Jesús y María estuvieran presentes en esta boda nos dice algo relacionado también con límites y discernimiento en el noviazgo.
Una boda formaliza la unión no solamente de dos individuos sino también de dos hogares y su honor. La persona no se debe casar por su familia, sino que con discresión de juicio en la selección, ambas familias deben considerar honestamente la compatibilidad de la pareja. El ignorar por parte de los novios esos temores es arriesgar el buen juicio en cuanto al futuro del matrimonio. Una selección imprudente por si sola no invalida el matrimonio pero puede hacerlo si existieran serios problemas emocionales o sicológicos u otra causa de parte de cualquiera de los contrayentes que resulte en ignorar o rebelarse en contra alertas de quienes consideran que se trata de una unión problemática.
Por ejemplo,
Una comadreja se enamoró perdidamente de un hombre apuesto. Afrodita – la diosa del amor - le concedió el deseo de convertirse en una mujer tan bella que fuese imposible para él no amarla. En el mismo instante en que el hombre elegido la vio, fue embargado por la pasión y deseó tomarla por esposa. Cuando se estaba celebrando el banquete nupcial, un ratón pasó a toda prisa por allí. La novia saltó de su lujoso sillón y empezó a perseguirlo. El banquete nupcial acabó en un tumulto. El amor les gastó una buena broma, pero se retiró vencido por la naturaleza.
El punto central de esta historia es que aunque la comadreja cambió en apariencia, su naturaleza o carácter interno permanecieron iguales.
Nosotros tenemos nueva vida en Cristo por su gracia a través de la fe y el bautismo. “Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo; una nueva perspectiva en Cristo.” (2 Cor. 5:17).
El Obispo Barron dice a las parejas por contraer matrimonio: “Ustedes vienen a la iglesia para unirse en matrimonio ante Dios y su pueblo cuando se convencen de que esa unión que van a formar no es finalmente acerca de ustedes; que es de Dios y que es para servirle a El en sus propósitos, que es - por lo tanto - una vocación sagrada, tal como lo es la llamada al sacerdocio.”