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En agosto de 2003, la iglesia católica de la Santa Cruz en el centro de Manhattan, Nueva York fue robada dos veces. En el primer robo, los ladrones se llevaron una caja de dinero. Tres semanas más tarde, la iglesia fue robada por segunda vez. Pero esta vez, los ladrones escaparon con algo mucho más valioso. Robaron el gran crucifijo, pero dejaron atrás la cruz y se llevaron a Jesús. Cuando el sacristán fue entrevistado por la prensa, el expresó su asombro diciendo: "Los ladrones habrán decidido, ‘Vamos a dejar la cruz y llevarnos a Jesús”. No sabemos por que sólo se lo llevaron a El….Si uno quiere a Jesús, uno debe llevarse la cruz también.”
Escuchamos en nuestro Evangelio de este domingo:
"El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga.”
1). Nuestra Cruz nos dirige - — sea que se trate de una cruz mental, emocional o física, el llevar la cruz siguiendo a Jesús nos capacita a vencer el mundo caído en que vivimos. Vemos hoy que Pedro no había comprendido aún el propósito del sufrimiento.
"¡Apártate de mí, Satanás” significa oposición a la voluntad de Dios, o sea estar del lado de Satanás y, aún más, haciendo obra con el.
Por la cruz, nosotros llegamos al lugar que Dios en su plan divino nos ha preparado, porque esa cruz nos ayuda a aceptar responsabilidad, dedicación a la verdad y a postergar el deseo de satisfacción inmediata.
Cargar con nuestra cruz significa abrazarla, o hacerla parte de uno mismo, o soportarla.
e.g. Una religiosa explicaba el Viacrucis a su clase. Cuando llegaron a la Cuarta Estación, que muestra el encuentro de Jesús con su madre, camino al Calvario, la religiosa explicó que a pesar de que madre e hijo no podían comunicarse con palabras, ellos lo hicieron con los ojos. Entonces, ella preguntó a los chicos, “¿Qué piensan ustedes que fue lo que se dijeron el uno al otro con sus miradas?”
Los alumnos dieron diferentes respuestas. Ono sugirió que María había tal vez dicho: “¡Esto es injusto!”.
Otro sugirió que ella dijo: “¿Por qué yo?”
Finalmente una pálida chiquilla levantó su débil manita, se paró y dijo:
"Hermana, yo se lo que la Santa Madre dijo a Jesús. Ella le dijo: '¡Sigue adelante, Jesús!”
2. Nuestra cruz nos proporciona una inspección interna - Las personas son como bolsitas de te…. Si uno quiere saber que tienen adentro, sólo dejalas caer en agua caliente!
¿En qué forma ha probado Dios tu fe cuando surge un problema?
¿Qué revelan los problemas acerca de tí?
Santiago1:2
“Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problema, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse.”
3. Nuestra Cruz nos protege —
Cierta vez, Rabi Akiva estaba de viaje y llegó a cierto pueblo. Buscó un lugar donde estar pero fue rechazado en todos lados. Dijo entonces: "Todo lo que Dios hace es para bien", y pasó la noche en el campo abierto.
Llevaba con el un gallo para que lo despertara, un burro y una lámpara. Repentinamente el viento apagó la lámpara, vino una comadreja y se comió el gallo, y apareció un león y se comió al burro.
Nuevamente dijo: "Todo lo que hace Dios es para bien".
Esa misma noche una banda de ladrones llegó y arrazó el pueblo, pero él quedó a salvo.
Si la lámpara no hubiera sido apagada, los ladrones lo hubieran visto y caido también sobre él; similarmente si hubieran oido al gallo o al burro.
Rabi Akiva dijo:"¿No les dije que todo lo que Dios hace es para bien?"
En 2015, el Papa Francisco, durante la Misa para miles de sobrevivientes del Super Typhoon Yolanda, en tono coloquial, les repitió que, «Jesús es el Señor; Jesús no defrauda. ‘Pero Padre’, me pueden decir ustedes: ‘a mí me defraudó porque perdí mi casa, perdí mi familia, perdí lo que tenía, estoy enfermo....».
El Papa les respondió:
«Es verdad lo que me decís y yo lo respeto. Pero Jesucristo pasó antes por todas las calamidades que nosotros sufrimos. Jesús es el Señor, y es Señor desde la Cruz. Allí reinó.
Por eso él es capaz de entendernos pues se hizo en todo igual a nosotros. Por eso es capaz de acompañarnos en los momentos más difíciles de la vida».
En tono conmovedor reconoció que, «tantos de ustedes han perdido todo. Yo no sé qué decirles. Jesús sí sabe qué decirles. Tantos de ustedes han perdido parte de la familia. Solamente guardo silencio y les acompaño con mi corazón en silencio. Tantos de ustedes se han preguntado mirando a Cristo, ¿Por qué Señor? Y a cada uno el Señor responde en el corazón desde su corazón»