Summary: El profeta Isaias tuvo un encuentro con Dios que cambio su vida por completo. Nosotros también podemos tener esa experiencia gloriosa.

Isaías 6:1-8

UNA CITA QUE LO CAMBIA TODO

A Isaías se le llama el profeta mesiánico por estar sumamente compenetrado con la idea de que su pueblo había de ser una nación mesiánica para el mundo. Es decir una nación a través de la cual, Dios bendeciría al mundo entero.

Fue hijo de Amós, un aristócrata. Tenía una excelente preparación. Tuvo un ministerio de aproximadamente 50 años. Escribió otros libros que no se han conservado. Es el profeta más citado del Nuevo Testamento. Pero todo comenzó el día en que este hombre TUVO UNA CITA CON DIOS.

Isaías tuvo una cita con Dios que transformó su vida. Allí este hombre brillante, se encontró con tres realidades que desconocía. Esa cita lo cambio todo en la vida de Isaias.

1. EN ESA CITA, ISAIAS DESCUBRIO LA REALIDAD DE DIOS. Vers. 1-4

1.1 Dios nunca se le había revelado a Isaías de esta forma. “Vi yo al Señor…”

1.2 Lo que vivió le afectó profundamente. Era una realidad que él ignoraba por completo.

1.3 Dios le reveló a Isaías:

1.3.1 Su autoridad “Sentado sobre un trono…”

1.3.2 Su grandeza “sus faldas llenaban el templo…”

1.3.3 Su dominio “Había serafines…”

1.3.4 Su santidad: “Santo, Santo, Santo…”

1.3.5 Su poder: “Los quiciales de las puertas se estremecieron…”

1.4 Ese Dios Omnipotente entraba en contacto con un hombre lleno de limitaciones. Seguramente Isaías nunca imaginó vivir algo así.

1.5 Esto es lo que ocurre cuando tenemos un encuentro con Dios. Nos damos cuenta de su grandeza y de nuestra pequeñez. A través de la palabra que se nos comparte, de la ministración, y la obra de su Espíritu en nuestro corazón, Dios se nos revela.

1.6 Isaías necesita esta revelación de la realidad de Dios para dejarse ministrar y para poder cumplir luego el propósito que Dios tenía para su vida.

1.7 Todo en la vida comienza cuando tenemos un verdadero encuentro con Dios.

2. EN ESA CITA, ISAIAS DESCUBRIO LA REALIDAD DE SÍ MISMO. Vers. 5-7

2.1 Isaías no sólo necesitaba conocer a Dios, necesitaba conocerse a sí mismo. A veces esto es más difícil.

2.2 Todos llevamos en nosotros culpas y pecados. El problema es que no los vemos. Por eso muchas veces ante la angustia que no tiene una razón clara, no sabemos como combatirla. Sólo se puede descubrir quien es uno cuando se tiene un Encuentro con Dios. Eso es lo que le ocurrió a Isaías.

2.3 Lo mismo le ocurrió a Pedro cuando estaba en la barca con Jesús. Al ver el poder de Dios manifestado en la pesca milagrosa, cayó de rodillas reconociendo que era pecador.

2.4 Isaías se vio a sí mismo de un modo en el que nunca se había visto. No sólo esto, también vio la maldad de quienes le rodeaban.

2.5 Al verse a sí mismo su primera reacción fue tener miedo. Se asustó de sí mismo. Y se asustó por estar delante de Dios.

2.6 Hasta que no se vio a sí mismo no descubrió su gran necesidad. Dios espera que cada uno de nosotros se arrepienta y se acerque a Cristo para recibir perdón y limpieza.

2.7 Dios se ocupó de sanar su corazón y de limpiar su pecado. El ángel con el carbón encendido logro dos cosas maravillosas: “Quitó la culpa” y “perdonó el pecado.”

2.8 El ángel tocó la boca. La boca expresa la realidad del corazón. Por no conocer a Dios, nuestro hablar esta cargado de incredulidad y negativismo. En el Encuentro el Señor nos sana para que podamos tener la mente de Cristo y así los dichos de nuestra boca, le serán agradables.

3. EN ESA CITA, ISAIAS DESCUBRIO LA REALIDAD DE SU DESTINO. Vers. 8

3.1 Dios tiene un plan y un destino perfecto para cada uno de nosotros. Pero los traumas y los pecados nos impiden acercarnos a Dios y descubrir este plan.

3.2 Sólo cuando Isaías fue sanado y perdonado, él pudo oír la voz de Dios. Recién allí pudo establecer una relación personal con Dios. Muchos quieren acercarse a Dios y gozar de todos sus beneficios sin quitar sus culpas y sus pecados.

3.3 Al tener una relación personal con Dios, este pudo revelarle su plan. Antes hubiera sido imposible que se encaminara para ponerlo en marcha.

3.4 Ahora no sólo sabía que Dios quería usarlo, ahora él quería ser usado por Dios. Su vida nunca más sería la misma.

3.5 Todo eso ocurre cuando tenemos una cita con Dios.

CONCLUSION

Asi como Isaias tuvo una cita con Dios que cambio todo en su vida, nosotros tambien podemos tener hoy una cita con Dios y todo cambiara. ¿Cómo podemos prepararnos para una cita con Dios:

1. Abrir nuestros ojos para ver todo lo que Dios quiere mostrarnos.

2. Abrir nuestra boca para confesar nuestros pecados, nuestros conflictos y nuestras culpas.

3. Abrir nuestros oídos para oír lo todo lo que Dios quiere decirnos.

4. Abrir nuestro corazón para recibir el poder de Dios que nos liberta y nos transforma.

5. Abrir nuestras manos para hacer todo lo que Dios nos ordene.