LA DECISION MÁS IMPORTANTE DE TU VIDA
Hoy vamos a hablar acerca de decisiones.
Cada día estamos tomando decisiones, por la mañana decidimos si nos levantamos o no, si desayunamos o no, si nos bañamos o no…
Nuestra vida esta llena de decisiones, algunas de ellas no son tan importantes como otras, pero hay algunas decisiones que pueden marcar el destino de nuestras vidas.
La importancia de una decisión es determinada por su resultado en nuestras vidas.
Si agrupáramos las decisiones en tres grupos, podríamos hablar de:
Decisiones básicas, como lo que voy a comer este día.
Decisiones importantes y que involucran a otras personas, como por ejemplo comprar un auto o una casa…
Decisiones trascendentales que marcan el destino de nuestra vida…
Hoy vamos a hablar de este tipo de decisiones, las que nos definen como personas y nos indican el camino a seguir, las que trascienden en el tiempo y que definen lo que pasará con nuestra vida por el resto de la eternidad.
Mateo 7:13-14
Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella.14 Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.
En este momento Jesús se encuentra hablando con sus discípulos en una montaña cerca de Galilea
En estos versículos, Jesús nos esta llevando a responder a su llamado de tomar una decisión en nuestra vida, el nos muestra estas dos puertas, estos dos caminos que indican al cielo, pero que no necesariamente nos llevan a él.
En el tiempo de Jesús, estaban algunos grupos de personas religiosas que creían que por cumplir con algunas reglas y mostrar una apariencia buena, podían estar bien con Dios.
Sin embargo Jesús los estaba llamando a elegir, entre el camino de reglas que ellos tenían y el camino difícil que Cristo les indicaba pero que al final conducía a la vida.
Hoy en día muchos de nosotros también necesitamos tomar una decisión, tomar el camino del mundo lleno de reglas y tradiciones humanas o tomar el camino de Dios, que no es un camino fácil pero definitivamente es el mejor.
“Jesús quiere que tomemos una decisión.”
En el antiguo testamento Dios llamo en reiteradas oportunidades a tomar una decisión al pueblo, que implicaba la vida o la muerte.
Deuteronomio 30:19
Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes...
Josué 24:15
Pero si a ustedes les parece mal servir al SEÑOR, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al SEÑOR.
1 Reyes 18:21
Elías se presentó ante el pueblo y dijo: —¿Hasta cuándo van a seguir indecisos?[a] Si el Dios verdadero es el SEÑOR, deben seguirlo; pero si es Baal, síganlo a él. El pueblo no dijo una sola palabra.
Juan 6:66-69
Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él. Así que Jesús les preguntó a los doce: ¿También ustedes quieren marcharse? —Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.69 Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Este es el llamado que Dios viene haciendo al hombre desde hace mucho tiempo atrás.
Ahora Cristo es la encrucijada, él es quien nos está llamando a tomar una decisión que afectará nuestras vidas, que afectará tu vida y la mía, eternamente.
El llamado es a escoger la puerta correcta, el camino correcto, que nos permitirá vivir en comunión con Dios.
Lo primero que vemos en estos versículos es que “debemos entrar”, el llamado de Jesús no es una opción más dentro de todo lo que el mundo nos ofrece, sino que es un mandato de Dios, debemos entrar si es que queremos ser parte del Reino de Dios, de lo contrario estaremos fuera.
El propósito de este llamado es a decidir hoy mismo lo que queremos hacer con nuestra vida, Cristo está siendo directo en decirnos que debemos tomar la decisión correcta y esta es entrar por la puerta estrecha.
Hace casi 8 años, yo estuve en la encrucijada, debía tomar una decisión y sabia que esta marcaría el resto de mi vida.
Dude por unos instantes porque sabia que el costo de seguir a Jesús implicaba dejar mi vida de mentira, de falta de amor, de impurezas, para entregarme de lleno a un propósito que parecía imposible de lograr.
Pero después de dar el paso, Dios me ayudado a seguir adelante.
¿Qué camino quieres tomar?, ¿Qué puerta quieres usar?
Si quieres seguir viviendo una vida mediocre, una vida sin desafíos personales, una vida frustrada, entonces no tomes el camino angosto, sigue por el ancho.
Pero si quieres experimentar una vida diferente, llena de pasión, desafíos personales y crecimiento espiritual entonces toma el camino angosto y atrévete a seguir a Jesús.
Si eres un soltero, el camino angosto para ti es la pureza, abstenerte de relaciones prematrimoniales, enfocarte en el servicio a Dios y consagrarte en tu caminar con Cristo.
Para nosotros los casados es ser fieles a nuestras esposas o esposos, es amar a los hijos y dirigir nuestros matrimonios hacia el Señor.
Si aun no has elegido la puerta o estas buscando alguna alternativa, Dios te llama a tomar una decisión hoy.
La puerta angosta significa sacrificar nuestras vidas, dejar la comodidad y enfocarnos en Cristo.
Si nos visitas por primera vez o aun no te decides por lo que vas a hacer con tu vida…
El primer paso es creer en Jesús
Hebreos 11:6
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios...
Hechos 2:36-38
36 »Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.» 37 Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer? 38 —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.
El segundo paso es arrepentirse, confesar que Jesús es el hijo de Dios y bautizarse para que Dios nos perdone nuestros pecados y recibamos el don del espíritu Santo.
Esta es la forma en que podemos entrar al reino, es el camino correcto, que implica un sacrificio personal y que nos lleva a formar parte del Reino de Dios.
Si ya somos discípulos.
¿Reflejamos nuestra elección?
1 Juan 2:6
El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.(DHH)
Otra vez nos encontramos con un desafío para nuestra vida como cristianos, si decimos que estamos unidos a Dios, debemos vivir como él vivió, reflejar su carácter.
¿Como fue la vida de Jesús?
A lo largo del sermón del monte, podemos ver el corazón de Dios, podemos saber como quiere que vivamos, como quiere que amemos, que podamos tener un cambio no solo de acciones, sino de corazones.
Dios quiere que seamos como él, que reflejemos a Cristo en nuestras vidas.
Y lo hacemos cambiando nuestra actitud hacia Dios, buscando tener una relación profunda e íntima con él, cambiando nuestra actitud hacia nuestros hermanos, amándolos como Cristo nos amó y ayudando a quienes están sin Dios o a quienes se han alejado a relacionarse profundamente con él.
Esto fue lo que hizo Jesús, y es lo que nos enseña en todo su sermón del monte y nos transmite con su propia vida.
Cuando él nos dice entren por la puerta estrecha, esto también implica que hay que dejar lo que hacemos comúnmente y caminar por la senda de Cristo.
Lucas 13:22-24
Continuando su viaje a Jerusalén, Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por donde pasaba. —Señor, ¿son pocos los que van a salvarse? —le preguntó uno. —Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán.
Esforzarse viene de una palabra griega que se traduce como agonizar, el Reino de Dios es para los que agonizan por su pecado, para los que se han dado cuenta que sus vidas sin Dios no tienen sentido y que luchan por estar cerca de Dios.
Un comentarista bíblico dijo:
El Reino de Dios no es para los debiluchos, ni para los inconstantes o para los que hacen a un lado la Palabra de Dios, ni para los jóvenes ricos o Pilatos, no se gana por medio de oraciones o promesas incumplidas, sino que es para los fuertes, como Daniel, José, Pedro, Pablo, etc....Rafael Duarte, Carlos y Delmy, Rafael y Vanesa y para cada discípulo que busca agradar a Dios con su vida.
Muchos queremos entrar, pero al final solo quienes se esfuercen, quienes agonicen podrán llegar a estar con Dios.
Nuestro estilo de vida debe ser como el de Jesús, tiene que reflejar la lucha espiritual por ganarle al pecado, por ganarle a nuestro egoísmo, por vencer al orgullo.
Necesitamos mantenernos en el camino
Un grupo de personas que habían recibido un transplante de riñón y páncreas, se encontraban muy felices porque ahora tenían una segunda oportunidad para vivir, pero su tratamiento implicaba que debían tomar medicamentos por el resto de sus vidas, de lo contrario podrían enfermar y hasta morir.
Al cabo de un tiempo como ya se sentían bien algunos pensaron que las pastillas no eran muy importantes así que decidieron dejar de tomarlas, después de todo ya se sentían bien.
El final de la historia terminó cuando muchos de estos pacientes no tuvieron una segunda oportunidad.
Al igual que a ellos a nosotros también se nos dio una segunda oportunidad, la oportunidad de nacer nuevamente y entrar al cielo.
Pero encontrar el camino y entrar por la puerta estrecha no es garantía de que llegaremos a estar con Dios, necesitamos seguir el tratamiento, someternos a la voluntad de Dios y hacer caso a su Palabra.
Una vez que hemos encontrado el camino, debemos permanecer en el, fielmente.
Así como los pacientes necesitaban tomar sus pastillas a diario, nosotros como discípulos necesitamos tomar nuestras decisiones a diario para permanecer en el camino hasta el final.
Si nos visitas por primera vez o estás estudiando la Biblia...
Hoy es el tiempo de comenzar a tener una relación profunda con él.
Dios quiere tener una amistad contigo, quiere que lo conozcas, y ya dio el primer paso ahora te toca a ti, habla con quien te invitó y pregúntale como iniciar tu caminar con el Señor.