Tengo la Camisa Blanca
por: Jonathan Saliba
Introducción
(Con la camisa negra puesta)
Hoy es la tercera charla en la serie de charlas que se llama “Tengo la Camisa Negra.”
Si nos están acompañando por primera vez hoy, o si no pudieron estar por una de las charlas anteriores, se puede ponerte al día por medio de las grabaciones que tenemos en linea. www.conbibanorte.com.
Lo que hemos estado tratando es el tema de, en primer lugar, la camisa negra. ¿Y que significa eso? Listo, es una canción…pero ademas de eso, estamos poniendo la camisa negra como una representación del problema del pecado que llevamos cada uno de nosotros.
En la primera charla aprendimos que somos pecadores. Nacimos como pecadores, y por eso pecamos. No somos parecidos a Dios. Dios es perfecto, santo, y justo; y nosotros somos defectuosos, pecadores, y condenados. Nuestra naturaleza pecaminosa nos mantiene lejos de Dios. Nos descalifique de ser sus amigos. Y por pecar, nos merecemos el castigo del pecado, la muerte física, y la muerte espiritual, que es el infierno. ¡Grave! ¿No?
Pero, en la segunda charla, aprendimos que aunque estamos graves, Dios sabia de antemano que eso iba a pasar. Y antes de que Adán y Eva cometieron el primer pecado, Dios había formulado un plan perfecto para rescatarnos de las consecuencias eternas de nuestros pecados. Dios envió su hijo, Jesús, para vivir una vida libre de pecado que le calificaría digno de vivir eternamente con Dios. Y Jesús, la única persona de la historia que no merecía el castigo de la muerte, murió. Dio su propia vida como un sustituto para nosotros.
Es decir, nosotros merecemos la muerte eterna, estar separados de Dios por la eternidad, (PONER CAMISA ROJA) pero si ponemos la camisa roja, si aplicamos el sacrificio que hizo Jesús a nuestros corazones, ya Dios no ve el pecado que llevamos, sino la sangre de Jesús. Estamos cubiertos, protegidos, rescatados por la sangre de Jesús.
Pero, aplicar la sangre de Jesús a tu corazón es una decisión que cada uno tiene que tomar. Tienes que llegar a un momento en que le dices a Dios, “Entiendo que soy pecador, y no me puedo rescatar. ¡Necesito que Jesús sea mi sustituto! Dios, perdóname, no por lo que hago yo, sino por lo que hizo Jesús por mi.” Y en este mismo momento en que te pones la camisa roja, (PONER CAMISA BLANCA) Dios te pone otra camisa, la camisa blanca. Es como una oferta de compra una lleva dos. Y este es el tema de la charla de hoy: La Camisa Blanca, el perdón de Dios.
Y vamos a aprender hoy que el perdón de Dios nos afecta de tres maneras muy importantes. La primera es que "El perdón nos borra todo pecado."
1. El Perdón nos Borra Todo Pecado.
Suena sencillo, pero les digo que por muchas personas no es una cosa sencilla creer que sus pecados están perdonados. Es que lo que hace Dios es tan impresionante, tan increíble, que casi no se puede creerlo. Por eso es importante consultar lo que dice Dios sobre el tema.
2 Corintios 5:21 dice, "Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios."
¿Pero, cómo pude ser que uno se transforme tan rápido? Y cómo puede ser que seamos justos si no lo sentimos de verdad en nuestras corazones: si sabemos los pecados que continuamos cometiendo. ¿Qué confuso, cierto?
Pero en estos momentos, solo hay una cosa que recordar. Cuando tu sabes que cometiste un pecado, cuando no te sientes justo, ni limpio, ni santo por algo que has hecho, o has pensado, o has dicho, hay que recordar que tampoco has sido perdonado por algo que has hecho, o has dicho, o has pensado. Has sido perdonado por lo que Jesús hizo por ti. La única cosa que hiciste para ser perdonado es que aceptaste que no pudiste hacer nada, y pediste perdón por cuenta de Jesús.
Cuando Dios ve que tienes puesta la camisa roja, Él te mira y se acuerda de lo que hizo Jesús por ti, y en vez del pecado, Dios ve a lo que hizo Jesús en ti. Dios ve la santidad, la justicia, y la perfección de Jesús. No es que Dios está engañado por la camisa, sino que Dios está satisfecho con lo que observa en ti. Es que ya no está viendo pleno pecado, sino el pecado pagado por la sangre de Jesús. Es como si, en el momento de aceptarle a Jesús como tu salvador, él te había dado un recibo con un sello grande y rojo que dice “CANCELADO.” ¡La deuda está pagada!
Este aspecto de la camisa blanca es tan importante que Dios pone ejemplos en toda parte de la Biblia. Mira lo que Dios nos dice en la Biblia:
1 John 1:9 - Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.
Isaías 43:25 - Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados.
Sins white as snow
Romanos 8:1 - Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8:1-2 NVI)
2 Corintios 5:17 - ...si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17 RVR1960)
Salmo 32:5 - Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: “Voy a confesar mis transgresiones al Señor,” y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.
Juan 5:24 - »Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. (Juan 5:24 NVI)
Colosenses 1:13-14 - Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados. (Colosenses 1:13-14 NVI)
Hechos 2:21 - Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.” (Hechos 2:21 NVI)
Hechos 3:19 - Por tanto, para que sean borrados sus pecados... (Hechos 3:19 NVI)
Romanos 4:7-8 - «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!» (Romanos 4:7-8 NVI)
La camisa blanca representa un nuevo inicio para nosotros. Nuestros pecados han sido borrados de nuestra cuenta. ¡Jesús los pagó! Entonces, es por la camisa roja que llevamos la camisa blanca. Es por la sangre de Jesús que Dios nos ve justos.
2. El Perdón nos Pone en una Relación.
Pero, algo más pasa cuando uno lleva la camisa blanca. Dios deja de vernos como somos (pecadores), y empieza de vernos como Él nos va a hacer (como Jesús). Nosotros sabemos que no somos perfectos. Sabemos que sigamos siendo pecadores, y Dios también lo sabe muy bien. No es que Dios se está engañando, sino que Dios ve mas que lo que vemos nosotros. Él ve como vamos a terminar.
Y entonces que es el resultado de todo eso. Antes hablábamos mucho sobre el hecho de que nuestro pecado nos condena a la muerte, y que Dios pagó este precio por nosotros, para que nos evitaríamos pasar la eternidad en la muerte, en el infierno.
Pero había otra consecuencia del pecado también. La humanidad perdió la relación cercana que tuvimos con Dios. Ya no éramos los amigos de Dios, sino sus enemigos. Y si uno tiene a Dios como enemigo, él debería sentir mucho temor.
Pero si llevamos la camisa blanca, dejamos de ser los enemigos de Dios, y nos convertimos en hijos adoptados de Dios. Para los que llevan la camisa blanca, esta relación está restaurada. Es decir, podemos hablar con Dios, y nos escucha. Podemos escuchar de Dios y nos habla. Podemos aprender de Dios. Tenemos a Dios no solo como amigo, sino como padre. Él nos cuida, no guía, nos da limites, nos regaña, nos ama con el amor de un muy buen padre! Con la camisa blanca viene una relación eterna y amorosa. Somos lo hijos de Dios.
3. El Perdón nos Libera para Servir.
Entonces, el perdón de Dios nos borra todo pecado, nos pone en una relación con Dios, y finalmente el perdón de Dios nos libera para servir a Dios y a los demás.
La Biblia describe a los que no se han apropiado la camisa roja en varias maneras: ciegos, esclavos al pecado, hijos del diablo, muertos:
Efesios 2 dice, En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. (Efesios 2:1-10 NVI)
Gracias a Dios ya no somos así. Dios nos ha liberado de la maldad, del pecado. Pero no nos liberó simplemente para nosotros mismos. Este pasaje dice que nos libero por dos razones: para mostrar su gracia y bondad, y para hacer buenas obras.
Dios nos rescató de la muerta con un propósito práctico, para que hagamos las obras buenas que Él a nosotros predestinó aún antes de que el pecado había entrado en el mundo.
Pero para que hagamos las obras de Dios, es importante que nos mantengamos en el camino de Dios. La Biblia dice también que cuando tu aceptaste a Cristo, Dios te dio el Espíritu Santo, su espíritu, para guiarte, darte entendimiento de las cosas espirituales, y convencerte de tus pecados para que seas más como Jesús cada día. Miramos el tipo de obra que Dios quiere que hagamos:
Romanos 6:22 - Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. (Romanos 6:22 NVI)
Galatians 5:13 - Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.» (Gálatas 5:13-14 NVI)
Ephesians 4:32 - Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. (Efesios 4:32 NVI)
Mark 16:15 - Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. (Marco 16:15 NVI)
James 5:16 - Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. (Santiago 5:16 NVI)
Efesios 2:4-5 - Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! (Efesios 2:4-5 NVI)
Las buenas obras que Dios tiene para nosotros, que Él espera de nosotros tienen mucho que ver con el servicio a los demás. Es que después de que conocemos a Dios como nuestro amigo y padre, el nos inunda con su gracia y amor, no para que lo guardamos, sino para que lo compartamos con nuestros hermanos y hermanas en Cristo y con el mundo.
Conclusión
Juan 20:31 dice lo siguiente - Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida. (Juan 20:31 NVI)
Hoy, para concluir, voy a hablar a dos tipos de personas. O estas aquí hoy y tienes el perdón de Dios, o estas aquí no todav ía no lo tienes. No nunca has llegado al punto en que pediste a Dios que te pone la justicia de Jesús, las tres manera en que el perdón de Dios nos afecta no son aplicables para ti. Pero esto no es decir que que estás aquí sin razón. Dios te puso aquí para escuchar está charla. Dios te llevó a esta iglesia hoy para que te enterarías de lo que falta en tu vida. Para que te enterarías de que Jesús murió por ti, y ya no tienes que seguir en desesperanza. Dios te puso aquí hoy para darte la oportunidad de cambiar el castigo de tus pecados por la vida eterna y abundante que te ha faltado toda tu vida. Y si por fin aceptes este regalo de Dios, tu hoy puedes experimentar estas tres maneras en que el perdón de Dios te transformará hoy. Si sientes que el Espíritu de Dios está tocando tu corazón de está manera hoy, te pido que levantes la mano, y alguien te va a acercar para repasar los conceptos que ya escuchaste hoy, y después de esto, te van a dar la oportunidad de hablar con Dios por medio de la oración, y decirle a Dios lo que estás pensando en este momento. Si hay alguien que quisiera hacer eso en este momento, por favor levanta la mano.
Ahora los cristianos, simplemente quiero que tomen este momento para preguntarse si realmente están viviendo como tienen el perdón de Dios. ¿Vives como si Dios te ha hecho vivo, o como si todavía estás muerto en tus pecados? ¿Tu realmente vives tu vida como si tus pecados se habían perdonados? ¿De verdad tienes una relación cercana con Dios? ¿Y realmente usas tu libertad para amar a los demás, orar por ellos, hacer buenas obras, anunciar las buenas nuevas de Jesús?