I. Introducción
La vida está llena de decisiones. Pensemos por un momento todas las decisiones y opciones que nosotros tomamos en el día de hoy para llegar a la iglesia hoy. ¿A qué hora nos levantamos? ¿Me doy un baño o no? ¿Qué ropa me voy a poner? ¿Qué voy a desayunar? ¿Qué ropa le pondré a los niños? ¿Qué carro voy a manejar? ¿Qué camino voy a escoger? ¿Voy o no voy a la iglesia?
Todos nosotros enfrentamos opciones todos los días. Algunas de estas opciones o decisiones que nosotros hacemos en nuestro diario vivir, tienen un impacto pequeño en nuestras vidas. Otras pueden tener un impacto grande y pueden cambiar el curso de nuestras vidas. También tenemos otro grupo de decisiones, y estas tienen que ver con nuestra conducta diaria. La decisión más importante que nosotros tenemos que tomar en nuestras vidas es: si vamos o no vamos a seguir a Jesús y dar nuestra vida por El.
En el pasaje de hoy, Jesús ya está al final de este gran mensaje y El quiere enfatizar el mensaje del Evangelio. El hace esto presentándonos una serie de alternativas. El presenta el Reino de Dios en términos de escoger y El nos presenta claramente la opción que nos llevara a vida eterna y la otra que resultara en una perdida espiritual. Cuando nos encontramos en esta intersección de la vida, y miramos el camino y la opción que tenemos, ¿Cuál vas a escoger?
II. Dos Puertas, una opción
Mientras estamos parados en esta intersección de nuestra vida, somos confrontados con dos puertas, una estrecha y una ancha y tenemos que tomar una decisión. Pero esta decisión no se puede tomar a la ligera, porque tiene consecuencias eternas. Miremos primeramente lo que nos dice Jesús acerca de la puerta ancha.
La puerta ancha es una de las opciones que nosotros tenemos cuando estamos parados en esta intersección. Esta puerta tiene mucho que ofrecer. Hay un gran letrero a la sobre la puerta que dice; “No hay restricciones. Entra como tú quieras.”
No hay límites en el equipaje de este mundo el cual puedes traer contigo, si tú decides esta entrada. Nada se queda atrás. Puedes traer todo tu pecado, todo tu orgullo, todo tu egoísmo. En nuestro viaje a través de la vida, muchas personas quieren llevar mucho equipaje con ellos, esta puerta ancha permite eso. Muchas personas pueden entrar a la misma vez.
Sin embargo Jesús nos dice que hay otra opción, otra entrada. Esta puerta es fácil de perderla, ¿Por qué? Porque esta puerta es estrecha. Es más, Jesús la describe en el capítulo 19 de Mateo de esta manera; “tan estrecha como el ojo de una aguja” En orden de poder entrar por esta puerta, tienes que dejar todo atrás, ese exceso de equipaje. Todo tu pecado, toda tu codicia, todo tu orgullo, y en ocasiones, tendrás que dejar hasta tus amistades. Esta es una entrada difícil de entrar, porque solo puede entrar una persona a la vez. Solo podemos entrar al Reino de Dios a través de la puerta estrecha, que es, a través de la cruz de Jesús, cuando nos arrepentimos y tenemos fe en El. Para poder utilizar esta puerta, Jesús tiene que ser lo primero en tu vida. El dijo; “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino a través de mi.”
La palabra clave aquí es decisión. Dios te permite que tú escojas por ti mismo. Muchos toman la decisión haciendo absolutamente nada. Cuando tú escoges no decidir, estas escogiendo ir por la puerta ancha por defecto (by default). La opción que Jesús ha puesto en frente nuestro consiste de dos puertas que nos llevan a dos caminos.
III. Dos caminos
Una vez más nos encontramos en esta intersección, donde tenemos que tomar una decisión. Jesús nos presenta dos caminos, uno ancho, y uno estrecho. Miremos este camino ancho primeramente. Jesús describe este camino como uno espacioso y fácil. Es un camino bien transitado. Este es el camino de la tolerancia y permisividad. Este camino no tiene aceras, no hay límite de pensamiento o conducta. No hay reglas ni restricciones.
Los viajeros en esta ruta siguen sus propios pasos e inclinaciones. “Si parece bueno, entonces es bueno” es la opinión. Algunos de ellos caminan por la Calle Abuso de Sustancias. Otros por la Avenida del Orgullo. Otros viajan por Camino Materialista. Otros viajan por la Ruta Inmoralidad Sexual. Otros viajan por la Calle del Odio o por la Avenida Asesinato. Este camino, tiene muchas calles y avenidas que puedes tomar, las cuales te permiten continuar en ella. La mayoría de las personas que viajan por este camino se mofan de aquellos que no viajan por él.
Pero Jesús habla acerca de otro camino. Este es el camino estrecho. Este camino es un camino duro y restringido. Es escasamente transitado. Lucas 13:24 nos da una descripción adicional acerca de este camino. Dice; “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha, porque les digo que muchos trataran de entrar y no podrán”. Los límites de este camino están claramente marcados por la Palabra de Dios. Este camino es difícil de caminar porque necesitas las credenciales correctas para tener acceso. Se necesita disciplina y deseo.
Este camino requiere que nosotros permitamos que Jesús cambie nuestras vidas, lo cual causa que nosotros cambiemos nuestro comportamiento. Muchas personas creen que pueden entrar por la puerta y hacer su propio camino para ganar la vida eterna. Tú no tendrás entrada al cielo a menos que te quedes en el camino que Dios a provisto para nosotros a través de Jesucristo. Este camino requiere disciplina para resistir las tentaciones y ataques que el enemigo va tirar en tu contra.
No es fácil seguir el camino estrecho. Aquellos que siguen este camino fielmente, serán tratados como trataron a Jesús. El fue rechazado por el mundo y odiado por muchos. Toma deseo y disciplina andar en este camino. Jesús nos ensena que hay dos puertas, dos caminos y también nos ensena que hay dos destinos.
IV. Dos destinos
A través de la Biblia, el concepto de escoger entre dos destinos es claramente presentado. Jesús nos ensena que el camino ancho termina en destrucción y muerte, pero el camino estrecho nos da vida. ¿Cuál camino tu estas siguiendo? ¿A dónde te está llevando? En esta decisión no puedes ser neutral. Jesús es el único camino al Padre Celestial. Muchas personas no creen esto y buscan muchas maneras de ganarse el favor de Dios.
Muchos quieren ser neutrales en sus vidas. Muchos caminan y toman decisiones basadas en la opinión pública y no en la voluntad y Palabra del Señor. Nosotros estamos en una batalla entre el bien y el mal. El ser cristiano no es acerca de ser bueno o malo, o cómodo. Es acerca de estar en el Reino de Dios o fuera de Él, Es acerca de tener una alianza con Dios o estar en rebelión con El. Es acerca de caminar un camino estrecho y difícil, pero que se convierte en un camino ancho que nos lleva a la vida eterna o un camino ancho y fácil, que al final lleva a la destrucción y muerte. ¿Cuál es tu decisión? ¿Qué camino vas a escoger? No puedes ser neutral.
V. Conclusión
La vida es la suma de todas las decisiones que nosotros tomamos. Es acerca de la libertad de tomar decisiones. Dios nos ama tanto que El no nos quito la habilidad de escoger. Dios no envía personas al infierno, nosotros escogemos ir de la manera que respondemos al llamado de Dios. De acuerdo a Jesús solo hay: Dos puertas, una estrecha y una ancha, no hay otra puerta. Dos caminos, uno difícil y uno fácil, no hay un camino medio. Dos destinos, uno de vida y otro de destrucción, no hay otra alternativa. Dos respuestas, una de aceptación y otra de rechazo, no hay neutralidad. La Biblia demanda de nosotros una respuesta clara de aquellos que oyen la Palabra, ¿Cuál es tu respuesta hoy?