Muchos soñamos o soñábamos con ser un rey, pensábamos que para lograrlo lo único que necesitábamos era conseguirnos un buen atuendo de rey o simplemente ponernos sobre nuestra cabeza una bonita corona.
Pero ser un rey es mucho más que sentarnos en un trono a mandar, porque esa es la otra visión que teníamos de rey. Cuando hablamos de un rey inmediatamente se nos viene a la cabeza un hermoso trono, con muchos súbditos a su alrededor.
Ser un rey es saber responder por una nación o un pueblo, el rey es el que sacaba a su pueblo a la guerra. El daba la cara y aun su vida por la nación.
El reinado más que un cargo es una forma de vida, el candidato a suceder aun rey era preparado con mucho tiempo y en todo sentido. Pero de manera principal tenía que ser de linaje real adquirido por la sangre a través del tiempo.
Que Jesucristo sea un rey no era casualidad, que nosotros llegáramos a ser unos reyes no es por casualidad, es resultado de todo un proceso. El proceso de Jesucristo duro tres bloques de generaciones, cada una de ellas de catorce generaciones. Mateo 1: 17 “De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.”
Veamos estos tres bloques de generaciones de catorce cada una:
*Primera: V 2-6: Abraham, Isaac, Jacob, Judá, Fares, Esrom, Aram, Aminadab, Naason, Salmon, Booz, Obed, Isai, David.
*Segunda: V 6- 11: Salomón, Roboam, Abias, Asa, Josafat, Joram, Uzias, Jotam, Acaz, Ezequías, Manases, Amón, Josías, Jeconias.
*Tercera: V 12- 16: Salatiel, Zorobabel, Abiud, Eliaquim, Azor, Sadoc, Aquim, Eliud, Eleazar, Matan, Jacob, José, Cristo.
Note que en esta tercera parte solo aparecen trece generaciones hasta Cristo, ¿Qué paso con la catorce? No es que haya un error, lo que pasa es que Cristo no es la última generación, el tiene también su descendencia. ¿Quién? ¡Si¡ nosotros los que hemos recibido a Cristo en nuestro corazón somos la descendencia de Cristo. Tenemos su sangre, su linaje, también somos reyes y sacerdotes.
Un rey nace y se hace es todo un proceso, nace con las condiciones de ser un rey pero a través de los procesos le da forma real. V 18 “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.” María fue embarazada literalmente por el espíritu santo, Cristo vivió todo un proceso desde el vientre de una mujer.
José era de descendencia real, por sus venas corría sangre de rey. Por eso su comportamiento era como el de un rey verdadero.
CARACTERISTICAS QUE IDENTIFICAN A UN REY
1. Justo y discreto: V 19 “José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.” Si nosotros decimos ser cristianos, pertenecientes a la nobleza espiritual, nuestro proceder debe estar regido por la justicia, ¿cómo actúas frente a la sociedad y en tu casa con relación a la justicia, beneficias o perjudicas a alguien solo por su apariencia? ¿Si somos discretos con los comentarios de otros? O solo basta que nos piquen la lengua para empezar a desenroscarla.
2. Sensible a la voz de Dios. V 20 “Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.” No siempre Dios nos habla de manera audible personalmente, lo hace a través de otras personas, de la misma naturaleza o a través de las cosas que nos pasan a diario. Nos puede hablar a través de un aparente problema.
3. Obediente. V 24 “Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.” El que quiere mandar debe aprender a obedecer. Obedecer a la palabra de Dios, obedecer a las autoridades aquí en la tierra, obedecer a nuestro sentido común, cuantas veces sabemos que cosas no tenemos que hacer, pero de todas formas lo hacemos.
4. Dominio propio. V 25 “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.” José sabía que maría era su mujer pero también sabía que no la podía tocar. Era una mujer joven y muy hermosa. Deseable para cualquier hombre pero José no la podía tener. Para esto se necesita tener domino propio; es decir saberse controlar así mismo. Darse órdenes o mandarse así mismo.
Ser rey es mucho más que tener una corona, es:
1. Creernos que somos reyes, un león con corazón de ratón siempre seguirá siendo un ratón.
2. Vivir como reyes, no te pobretees valora lo que tienes.
3. Comportarnos como reyes. Si eres rey no te comportes como un gamín.