“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”. Mateo 4:1 (RV60)
COMENTARIO:
Una vez que Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan el Bautista, y que los cielos se abrieran y el Espíritu Santo se posara sobre él, se escuchó un voz que decía “este es mi hijo amado en quien tengo complacencia” Mateo 3:17.
Entonces este hijo amado fue llevado al desierto para ser tentado. Pareciera ser una contradicción que después de ser declarado “hijo amado” fuera llevado a recibir las pruebas de la tentación. El relato de Mateo 4 continúa relatando como Jesús después del ayuno fue tentado con la comida “Dile a las piedras que se conviertan en pan” pero el Señor respondió “No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Después fue con tentación de suicidio “…el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí...” Pero Jesús respondió: “Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios”, la última de esta serie de tentaciones fue con la fidelidad, el enemigo lo llevo a un monte alto: “y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares”, pero la respuesta fue: “…Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás…”
APLICACIÓN PERSONAL:
Muchas personas cuando se acercan a Dios comienzan a recibir “pruebas” y el comentario que hacen es “pero si antes estaba bien y ahora que me acerqué al Señor me llegan las dificultades”. Si evaluamos lo que ocurrió con Jesús después del bautismo, entonces podremos entender que también nosotros seremos tentados, la clave de las tentaciones o de las pruebas es la respuesta que tengamos.
Siendo Jesús hombre, seguro que tuvo mucha hambre, después de cuarenta días de ayuno, pero su fortaleza y fe fueron mayores, de igual manera cuando se tentó a tirarse de lo alto del templo donde él negó la tentación, y todavía más cuando la prueba fue ofrecimiento de poder para negar su identidad y fidelidad al Padre, pero todas ellas las superó manteniendo su integra su fe y fidelidad.
¿En qué áreas has sido tentado? ¿Cuál fue tu respuesta?. Aprendamos de Jesús a no caer en la tentación de la prueba, sino a tener la fe y la mirada puesta en el cielo, porque en “Jesús somos más que vencedores”.
PALABRAS CLAVES:
Tentación, prueba, fe sólida
