Clavos Dolorosos
Isa. 41:6,7
6 Cada cual ayudó a su prójimo, y a su hermano dijo: Esfuérzate.
7 El carpintero animó al platero, y el que alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura, y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.
Regale un clavo a cada uno de la congregación al empezar la predicación.
Considere el clavo que tiene en su mano.
Tiene cabeza, es liso, es rígido, y tiene un punto.
Para hacer una estructura de madera, es de suma importancia que tenga clavos buenos para adherir las piezas.
Un carpintero clava a los clavos con un martillo con fuerza y precisión. Un clavo chueco no sirve bien en la construcción. Si fuera utilizado, sería mas débil la conexión de las piezas.
A veces, miembros de la iglesia son como clavos chuecos. Solamente pueden servir, si y cuando ellos se rinden a la mano del Carpintero para ser enderezado.
Los golpes del martillo causan dolor. Es rara vez que un solo martillazo deja entrar el clavo en la madera hasta la cabeza. Muchas veces, se requiere varios golpes. Así es el sacrificio y el auto-negación de nuestra parte. La carne no le gusta nada de esto, pero es necesario si crezcamos y hacemos nuestra parte en promover la unidad y la edificación de la iglesia.
Cada golpe del martillo es como el odio, la envidia, el engaño, etc. que Dios quiere quitar de nuestros seres.
El dolor es parte del proceso del crecemiento.
1a. Pedro 2:5
Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.
Ahora, con el clavo que tiene en su posesión, aplique presión con el punto dirigido hacia la mano. No es muy agradable. Produce dolor. Sin dolor no hay ganancia.
En Calvario, Jesucristo fue clavado en la cruz. Esto clavo producieron mucho dolor en sus manos y en sus pies. Pero fue hecho para el benefecio de nosotros.
Heb. 12:2
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
El clavo produce huecos en la madera. Aunque uno quita el clavo, el hueco es como una cicatriz en la madera. En un nudo u otra parte duro de una pieza de madera, el clavo no entra muy fácil. Así somos nosotros en ciertas areas de nuestras vidas. Somos tercos. Nuestra dureza impide o hace mas difícil la edificación. También deja cicartríces.
Vamos a ofrecer nuestra flexibilidad y ser mas tierna. Así se junta mas bien las piezas de la iglesia que agrada a Cristo.
Ya puede regalar su clavo a su vecino a la derecha, y sigue hasta que el ujier los recoge. Al recibir el clavo de su hermano, se puede notar dos cosas.
Primero, que se siente el calor humano en el clavo. Es que tenemos que reconocer que el trabajo no es de uno, es una obra de undidad.
Segundo, se puede dar cuenta que el clavo de su vecino es semejante a lo suyo. Todos pasamos por situaciones similares. Mi parte en la edificacón no es muy diferente que lo de mi hermano. Al entender este verdad, podemos colaborar en una forma mas contento.
Gá. 6:2
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Cristo aceptó los clavos en Calvario para ofrecernos perdón. Vamos a aceptar la lección de los clavos dolorosos para dar perdón a los demás, y luego la edificación de la iglesia de Cristo avanza para Su gloria.