PAZ:
“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz…” Gálatas 5:22 (NVI)
Paz es la palabra griega “airene” y significa: Prosperidad, paz, quietud y reposo. Es una palabra comúnmente utilizada para describir la armonía entre las relaciones ya sea entre personas, y principalmente a la relación entre Dios y el hombre. Es una parte del fruto espiritual que proviene del poder del Espíritu Santo, y que sobrepasa al entendimiento humano; paz interna que supera las circunstancias adversas. La paz “airene”, la que Dios da; y que por lo tanto no permite que los temores cotidianos tales como: la situación económica, o política, social, o familiar, etc., dañen la armonía personal, generen “estrés”.
Aplicación personal: Todos anhelamos vivir en paz, en todas las áreas de la vida, en el trabajo, con buenas relaciones con los jefes, poder vivir en casa un ambiente de armonía y alegría, en general buscamos que la vida sea pacífica y placentera. Pero Dios nos deja saber que en este mundo hay dificultades, que no es perfecto y que todos tendremos que pasar por experiencias, relaciones o situaciones que nos quieren robar la paz. Nosotros en nuestra capacidad difícilmente podremos estar tranquilos, pero nuestro Señor Jesús nos prometió el ayudador, el Espíritu Santo que nos da paz como parte de su fruto espiritual, pídele que te ayude a vivir en paz.
Declara estas palabras: Señor quiero vivir permanentemente en tu paz, que tu fruto espiritual sea manifiesto en mi vida, hoy y siempre te lo pido en el nombre de Jesus. Amén.
Palabras Claves para hoy: Paz, fruto, espiritual, tranquilidad interior
PACIENCIA:
“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia…” Gálatas 5:22 (NVI)
Paciencia es la palabra griega: “makrodsumía” esperar todo el tiempo suficiente antes de que llegue el enojo, la ira o el desespero. Y se expresa de dos maneras:
Primero hacia Dios en la capacidad para esperar por su respuesta, tal como lo hizo Abraham, el cual “Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa”. Hebreos 6:15.
Segundo, la otra clase de paciencia de este fruto espiritual es la que hay que tener hacia los demás, tal como lo expresa el Apóstol Pablo: “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” Efesios 4:2.
Aplicación personal: Actualmente vivimos en el mundo de las respuestas inmediatas, la tecnología y la vida acelerada hacen que esta virtud se pierda en medio de los afanes cotidianos.
Ante la falta de la paciencia, muchos no esperan el suficiente tiempo para que la respuesta de Dios llegue. Viven la vida “microondas”, y quieren ubicar a Dios en esa categoría, se ora en la mañana y la respuesta es inmediata. ¿Quién tiene la sabiduría para decidir en qué momento responder a la oración? La respuesta es obvia: Solo Dios.
Este es también uno de los motivos por los cuales muchas personas no pueden convivir con los demás, puesto que los “califican” acorde con sus necesidades y capacidades de respuesta a sus requerimientos. ¡Cuánta paciencia hace falta en este tiempo para los matrimonios!, ¡para los negocios!, ¡para con los amigos!. Quizás la falta de amor les lleva a ser demasiado impacientes.
Pidamos por paciencia: “Señor la paciencia es una virtud de tu fruto espiritual, en estos tiempos ayúdanos a saber esperar por tus promesas y a convivir en amor unos con otros, te lo pedimos en fe. Amen”
Palabras Claves para hoy: Paciencia, fruto, espiritual, tiempo de Dios