COMO EL AGUILA
Isa. 40:28-31
28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
29 Él da fortaleza al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
31 pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán.
I. Un Símbolo
Es el rey de las aves.
Tiene majestad.
Mora en las alturas.
En tiempo de tormentas, es capaz de volar encima de todo su furor.
Tiene muy buena visión.
Es ferroz en luchar.
II. Criando a los Aguilitos
-los padres les traen comida. Ellos reciben la comida con bocas abiertas. Es preciso que haya hambre para recibir. Dios nos trae alimiento, pero si no hay deseo de nuestra parte, no lo recibimos.
Mateo 5:6
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados.
Los padre protegen con sus alas.
Tienen alas largas, hasta 7 pies de anchura.
A. Destruyendo el Nido Cómodo
El nido es hecho de espinas, luego cubierto con pieles de animales y plumas. Los aguilitas andan contentos y no quieren salir de su comodidad. ¿Suene familiar?
El aguila padre o madre empieza a quitar los pieles y las plumas del nido. Ahora no es tan cómodo.
Jer. 49:16
Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón, tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte: aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jehová.
B. Lecciones en Volar
El papá aguila agarra un aguilito y lo mete en su ala. El vuela hacia las alturas. De repente, él voltea para que caiga su hijo. El aguilito va rodeando y cayendo. El papá pasa por debajo de él justo a tiempo para rescatarle. Otra vez, él sube y repite todo de nuevo hasta que su hijo aprende de volar.
Dios quiere que tu y yo aprendemos volar y ser mas maduros. Hay tiempos cuando sentimos que Dios nos está abusando. Andamos cayendo y gritando. Pero Dios siempre está cerca y no nos deja caer.
III. Mudar el pico, las plumas, y los talones
Una vez al año, el águila reconoce que sus fuerzas no son como antes. El baja a un lugar escondido para humillarse. Le es doloroso, pero él sabe que es necesario para tener sus fuerzas renovadas. Hay algunos que no sobreviven esta experiencia. Con su propio pico, él quita las plumas de su cuerpo, y saca los talones. Busca una roca y rasca hasta que caiga el pico de su cabeza. Ahora se ve desfigurado y feo. Es una cuestión de esperar hasta que todo crece de nuevo.
Ps. 103:5
el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Para tener las fuerzas renovadas en nuestra vida espiritual, uno tiene que humillarse y esperar en Jehová. No hay otra receta.