Intro: Una persona me comentaba que cuando era niño en una ocasión escuchó a su abuelita decir en una conversación: “Se va a acabar el mundo”. Su mente infantil quedó impresionada con esa idea y comenzó a tomar previsiones para el fin del mundo. Tomó una caja de zapatos vacía y comenzó a llenarla de provisiones en caso que se acabara el mundo. Puso artículos indispensables para la supervivencia: una coca cola, pulpa de tamarindo, una barra de pan francés y una soga de hamaca, entre otras cosas de “primera necesidad”.
La idea del fin del mundo o el fin de los tiempos causa muchas reacciones en las personas. Hace algunos años atestiguamos el cambio de milenio y muchos pensaron que el fin del mundo sería entonces. Te acuerdas de tus pensamientos en la víspera del año 2000. Yo recuerdo haber crecido escuchando tantas cosas del año 2000 y los temores, expectativas e historias que despertaba la idea de la llegada del fin del mundo.
Hace algunos años comenzó a sonar mucho el asunto del final del calendario maya este próximo diciembre 2012 que algunos interpretan como el fin del mundo. También esto ha revuelto las aguas de los temores y las expectativas por este tema.
La idea del fin del mundo fascina a muchos, a otros los atemoriza, y a nosotros, los que tenemos una relación creciente con Cristo, ¿qué nos debe provocar o causar?
La Escritura, que es la autoridad sobre este tema, nos da suficiente información para que nuestro corazón esté seguro, firme, confiado e inamovible en la verdad de la Palabra de Dios.
El estudio de lo que la Biblia dice acerca de los últimos tiempos o las últimas cosas de la historia de este mundo se le llama en teología: Escatología. Este mes estaremos hablando de Escatología en los sermones.
Nuestro propósito no es dar un mapa detallado de acontecimientos futuros o dar interpretación amarillista a símbolos o revelaciones ocultas. Nuestro propósito más bien es presentarles un marco conceptual bíblico de referencia por medio del cual usted pueda dar sentido a la información de la Escritura al respecto del tema. Perseguimos el mismo propósito que toda información escatológica presentada en la Escritura:
Animar y consolar al pueblo de Dios en su peregrinaje por esta vida en espera de la llegada de los cielos nuevo y tierra nueva. Es decir, para que sepamos cómo vivir el presente a la luz del futuro cierto y seguro para los que están en Cristo. Y para que nuestra esperanza se reavive a pesar de los problemas y dificultades presentes y digamos de todo corazón lo que dice Apocalipsis 22:20: El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
Para comenzar a hablar del tema de la escatología bíblica necesitamos presentar la estructura más básica que enseña la Biblia. Esto de lo que hablaremos hoy, son las categorías bíblicas escatológicas más básicas o fundamentales que abarcan o engloban todo lo que podamos decir referente a las enseñanzas de la Escritura sobre el fin de los tiempos. Cualquier dato, detalle o descripción debe encajar dentro de este marco de referencia escatológica que estaremos remarcando hoy.
En la Biblia encontramos un esquema o estructura escatológico sencillo que divide la perspectiva histórica del desarrollo del Reino de Dios en dos grandes fases o etapas, llamadas “este siglo” y el “siglo venidero”. Pudiera confundirnos la palabra “siglo”, pues en este contexto no hace referencia a 100 años como normalmente lo hace, sino a una etapa en el espacio y en el tiempo que puede abarcar miles de años.
“Siglo” (aion) se refiere no sólo a tiempo, sino también a espacio. Una manera de entenderlo en español sería poniendo un “guión” en medio de dos palabras: mundo-edad. El concepto sería el mundo-edad actual y el mundo-edad venidero. Es decir se designa un tiempo, época o edad en la que suceden eventos, situaciones y se vive en una realidad tangible.
En el nuevo testamento hay 16 lugares donde se usa esta terminología o parte de ella. Basten tres ejemplos para nuestros fines:
Mateo 12:32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.
Marcos 10:29-30 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
Efesios 1:2120 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Las categorías “Este siglo” y el “siglo venidero” son la estructura más básica y abarcadora que la cosmovisión bíblica emplea para entender la historia de la vida humana y la redención.
Estos dos siglos son descritos en la Biblia por medio de contrastes entre uno y otro. Es decir, Este siglo y el siglo venidero son estados cualitativamente diferentes de la existencia humana y períodos cualitativamente diferentes en la historia del mundo.
Por ejemplo, miremos este típico contraste entre “este siglo” y “el venidero” según Lucas 20:34-36
34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Otros contrastes entre “este siglo” y “el venidero”
Este siglo=malo El siglo venidero=bueno
Los hijos de “este siglo” Los hijos de luz
Persecuciones (para los discípulos) Vida eterna (para los discípulos)
“No os conforméis a este siglo” Transformaos por la renovación de vuestro entendimiento
(Satanás) el dios de este siglo La gloria de Cristo que es la imagen de Dios
Un presente siglo malo Un siglo futuro de justicia
Anteriormente andaban conforme a la corriente de este siglo Ahora andan conforme a los valores del siglo venidero
La diferencia entre estas dos grandes etapas históricas de la relación de Dios y la humanidad es que el llamado “este siglo” es un tiempo en el que permanecen separados el ámbito celestial y el terrenal. Por lo tanto, las personas en el ámbito terrenal no obedecen voluntaria y plenamente a Dios. Se levanta gente malvada que se opone a Dios y a su pueblo. Es decir, en el llamado “este siglo” la gente no obedece la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo.
“Este siglo” en la Biblia es presentado como un siglo caracterizado por la maldad. Como menciona Gálatas 1:4 “el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre”.
Además, el llamado “este siglo” en la Biblia, a partir del Nuevo Testamento, se nos presenta como llegando a su final. Desde tiempos del Nuevo Testamento este siglo languidece y está en sus últimos días. Miren lo que dice 1 Corintios 10:11: Todo esto les sucedió como ejemplo, y quedó escrito como advertencia para nosotros, los que vivimos en los últimos tiempos. (RVC)
Ya desde tiempos de Pablo se estaba en los últimos días o postreros días. Estamos en los últimos días, no por lo que dicen las profecías mayas o porque hay gran caos mundial. La perspectiva del Nuevo Testamento es que estamos en los últimos días desde la venida de Cristo y su resurrección. Los últimos días o postreros días se le llama a la etapa final de “este siglo” comprendida entre la primera y la segunda venida de Cristo.
La esperanza bíblica de principio a fin es que un día el llamado “este siglo” terminará por completo. La disparidad entre el cielo y la tierra se acabará y serán lo mismo. Es decir, la voluntad de Dios será obedecida en la tierra así como es obedecida en el cielo. El reino de Dios estará establecido plena y eternamente en la tierra. A esa fase histórica se la llama “el siglo venidero”. No habrá más llanto, más dolor, más maldad, más mentira y engaño, no habrá más pecado ni pecadores y este reino es eterno.
Los judíos creían que el siglo venidero llegaría con la venida del Mesías. Por eso los discípulos de Jesús le preguntaban cuando reinarían con él. Pensaban que el siglo venidero, seguiría a este siglo de una manera lineal. Al terminar este siglo con la venida del mesías, inmediatamente iniciaría el siglo venidero.
Pero el Nuevo Testamento nos enseña que esto no sucedió como esperaban los judíos. El Mesías Jesucristo, vino e inauguró el establecimiento final del reino de Dios en la tierra, pero el llamado “este siglo” no concluyó de inmediato, como esperaban los judíos, sino que continuó vigente. Pero con su primera venida, Cristo inauguró el siglo venidero, de tal manera que hubo un traslape de siglos.
Las grandes realidades del siglo venidero han irrumpido ya y están presentes simultáneamente en este siglo. Sigue vigente el llamado “este siglo”, pero el siglo venidero ha sido aperturado y está transcurriendo paralelamente en la continuación del reino.
Este siglo terminará por completo con la segunda venida de Cristo y entonces será la consumación plena de “este siglo”, y viviremos eternamente en el siglo venidero con Cristo reinando con toda obviedad y la voluntad de Dios será hecha en la tierra así como en el cielo.
A esta condición entre la primera y segunda venidas de Cristo, los teólogos le llaman el “Ya y todavía no”.
A lo mejor has tenido la oportunidad de comprar una casa. Recordarás quizá el día que fuiste con el notario para firmar las escrituras. Después de haber leído el protocolo, firmaron el contrato de compra-venta el antiguo dueño y tú, se saludaron y al salir de la notaría, de hecho, tú eras el nuevo propietario del predio adquirido. Saliendo de allí, si querías podías volverla a vender, mandarla a demoler o regalarla a quien quisieras porque eras el nuevo dueño del predio aunque no habías entrado a él para nada.
Pero ¿cuando experimentaste plenamente esa realidad que legalmente ya gozabas respecto a la posesión del predio? El día que entraste a tu nueva casa y la recorriste y comenzaste a hacer los cambios que deseabas en tu nuevo hogar hasta el día en que mudaste a ella.
Algo así es vivir en el “ya y todavía no” en el traslape de los dos siglos que experimentamos como creyentes.
Ya vivimos las realidades espirituales que Cristo logró con su obra. Ya hemos nuestros pecados han sido perdonados, ya no hay condenación, ya hemos sido adoptados como hijos y podemos decir: Abba padre. Ya el pecado no se enseñorea de nosotros de modo que tengamos que obedecerlo en todas sus demandas. Ya tenemos el Espíritu Santo que es las arras, depósito o anticipo de la herencia que recibiremos y muchas cosas más.
Pero todavía no hemos experimentado histórica, cronológica y existencialmente la plenitud de lo que implica ser un hijo de Dios, ser salvado y libre de condenación, ser transformado plenamente por el poder del Espíritu Santo, tener victoria final y definitiva en la lucha contra el pecado, en fin, todavía no disfrutamos la plenitud de nuestra herencia en Cristo Jesús.
Esta es la realidad en la que vivimos actualmente los que estamos en una relación creciente con Cristo. Vivimos en medio de dos siglos. Uno, el llamado “este siglo” que está en sus últimos días desde la primera venida de Cristo. Pero vivimos también ya las realidades del siglo venidero que ya está funcionando y activo en esta tierra de manera inicial a partir también de la primera venida de Cristo. Cuando Cristo regrese en gloria, el llamado “este siglo” terminará para siempre y sólo viviremos en la plenitud de las realidades del siglo venidero para siempre. Este es el esquema básico de la escatología bíblica.
Esto tiene implicaciones para los que vivimos en medio de estos dos siglos que se desarrollan simultáneamente.
1. Somos llamados a no identificamos más con este siglo, sino con el venidero. Somos llamados a vivir con la ética del siglo venidero.
2. Aunque todavía luchamos contra el pecado podemos tener una convicción de victoria sobre el pecado. (optimismo realista).
3. Aunque el sufrimiento es todavía una realidad para nosotros, podemos trascender a nuestro sufrimiento por la esperanza que traen las realidades del siglo venidero.
En resumen:
1. La estructura escatológica más básica que abarca todo lo que la biblia tiene que decir sobre los últimos tiempos es la de los dos siglos (“este siglo” y el “siglo venidero”)
2. “Este siglo” caracterizado por lo malo, está en sus últimos días desde la primera venida de Cristo y concluirá definitivamente cuando el Señor Jesús regrese por segunda vez.
3. El “siglo venidero” fue inaugurado y ya es una realidad que experimentan los que están en una relación con Cristo.
4. La vida cristiana se vive entonces en el “Ya y todavía no”.
La escatología bíblica no son simples datos sobre el futuro, sino realidades del maravilloso plan de Dios para que vivamos nuestro presente a la luz de ese futuro cierto y majestuoso, viviendo hoy consolados, animados y fortalecidos para la gloria de nuestro Dios en el presente y en el futuro.