El camino de la cruz Tercera Parte
Es un camino de humildad.
“..Tomando forma de siervo, y estando en la condición de siervo se humillo a si mismo…” Fil. 2:7
Jesús camino hacia la cruz decidido, a pesar de sus sentimientos. Dios lo había fortalecido en el Getsemaní y lo vemos levantarse y enfrentarse a la turba que lo vienen a arrestar, con toda calma. En control de la situación. Mientras que unas horas antes estaba agonizando y suplicándole al Padre por alguna otra salida. Indudablemente Dios lo preparo para que pudiera resistir tan duro sacrificio.
Su muerte fue un acto de pura gracia. Efe. 2:8-9 Un don inmerecido de su amor.
A. Se humillo desde su nacimiento en un pesebre. La falta de ropa apropiada, y el calor del hogar.
B. Por 30 años vivió en un hogar humilde, sometiéndose a sus padres en humildad. Comiendo lo que ellos comían y vistiéndose de lo que ellos le daban.
C. El punto máximo de su humillación fue su muerte en la cruz.
1) Paso la vergüenza de ser arrestado como un criminal.
2) Traicionado por uno de sus discípulos
3) Abandonado por el resto de sus discípulos
4) Acusado falsamente, por los principales de los judíos.
5) Sentenciado injustamente por los romanos
6) Ridiculizado por los soldados.
7) Azotado como un criminal siendo inocente.
8) Llevando su cruz por el camino público, siendo visto de todos en su debilidad, cayendo bajo el peso de la cruz, siendo azotado por los soldados en su camino al Calvario. Siendo despojado de su ropa y clavado en la cruz y por último siendo alzada la cruz a la vista de todos hasta que muriera.
Conclusión: Jesús se humillo a sí mismo y el nos llama a hacer lo mismo. Él le dijo a sus discípulos: “Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón y hallareis descanso para vuestras almas” Mat. 11:29 Se toma humildad admitir nuestros pecados, arrepentirnos y confesarlos.
El Espíritu Santo quiere obrar en nosotros para que seamos más humildes en reconocer nuestras faltas. Y reconocerlo públicamente ante nuestro Salvador.
Se requiere humildad para aceptar las situaciones difíciles de la vida en que en vez de recibir el reconocimiento que merecemos, se nos desprecia o se nos trata injustamente. Pero de la misma manera que Dios exaltó a Jesús a lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla” También nosotros seremos exaltados en su tiempo, si ahora nos humillamos porque es promesa de Jesús mismo: El que se humilla será exaltado, mas el que se exalta, será humillado”