La muerte no lo pudo retener.
Lucas 24:13—15
Int. En la tarde de aquel día en que Jesús resucito, ya las noticias se habían corrido, pero todavía había confusión entre los discípulos. Recuerden que además de los 12 apóstoles, había muchas otras personas que se consideraban discípulos también, porque creían y habían seguido al Señor. Estos dos discípulos que leímos ahora no son de los 12 apóstoles, pero habían oído las noticias. Luc. 24: 33
I. Los Discípulos no entendieron por qué Jesús tenía que morir.
A. Ellos pensaban que Jesús sería un libertador terrenal.
B. La muerte de Jesús los desilusionó, aunque Jesús se los había advertido.
II. La resurrección los tomó de sorpresa, aunque Jesús se los había dicho.
A. No entendían, porque querían otra cosa.
B. El arresto de Jesús los llenó de miedo y se fueron a esconder. No podían creer que Jesús se estaba dejando arrestar.
C. La noticia de las mujeres no la podían creer. Marcos 16:11
III. Jesús es paciente con nosotros.
A. Cuando estamos confundidos, no reconocemos al Señor, ni entendemos nada.
B. El ángel les recuerda que ya Jesús se los había dicho, pero todavía no habían visto a Jesús.
C. Iban hablando de estas cosas y Jesús decide aclararles sus dudas. Dios no quiere que estemos confundidos y El mismo viene a aclarar tu mente.
IV. Jesús se les acerca y les habla.
A. Ellos no lo reconocen. Lo ven como un caminante igual a ellos.
B. ¿De qué hablan y porque están tristes? La confusión trae tristeza. La verdad de Dios trae alegría y paz. Leer v. 18-24
C. Jesús los llama insensatos – ignorantes y luego añade: “tardos de corazón para creer lo que los profetas habían dicho”
D. Les recuerda las profecías antiguas:
1. Deut. 18:15 “Profeta les levantare en medio de ellos, a El oirán.
2. Juan 3:14 “Así como Moisés levanto la serpiente en el desierto, es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”
3. Sal. 22 Comienza con la frase “Dios mío, Dios mío, Porque me has desamparado? Los versos 7 y 8 dicen “Todos lo que me ven me escarnecen, menean la cabeza diciendo: Se encomendó a Jehová, líbrele El” el verso 16 – 18 “Han horadado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos. Repartieron entre si mis vestidos y sobre mi ropa echaron suertes”
4. Salmo 69:21 “El escarnio ha quebrantado mi corazón y estoy acongojado. Espere quien se compadeciese de mi y no lo hubo. Me pusieron hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”.
5. Isaías 53 “Quien ha creído a nuestro anuncio y sobre quien se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de Él y como raíz de tierra seca, no hay parecer en El ni hermosura, Le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto.
Y como escondimos de el el rostro, fue menospreciado y no le estimamos. Y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido, mas El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre El y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se aparto por su camino, mas Jehová cargo en El el pecado de todos nosotros. Angustiado él y afligido no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte, aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, vera linaje, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada”
E. Llegaron a la aldea donde iban pero Jesús hizo como que iba más lejos (se hizo)
i. Quería ver su interés.
ii. Le rogaron que se quedara. Mostraron tener verdadero interés.
iii. Al bendecir el pan lo reconocieron. Jesús tenía una manera de orar inconfundible. Había algo tan especial cuando Jesús hablaba con su padre, no era una oración rutinaria era una conversación sinceramente Padre e Hijo. Ya había logrado su propósito y se fue.
iv. Ellos reconocieron después que mientras él les hablaba por el camino sus corazones ardían. Sentían algo especial.
v. Los ojos carnales no pueden ver a Jesús aunque se les presente de frente. Necesitamos visión espiritual para ver a Jesús. Corito “Abre mis ojos oh Cristo, los ojos de mi corazón, yo quiero verte”
vi. Necesitamos quitarnos las ideas preconcebidas para entender la voluntad de Dios. Cuando Jesús no llena nuestras expectaciones acerca de la sanidad divina, la prosperidad material o los problemas que tenemos en el hogar, nos confundimos.
vii. Necesitas entender que Jesús es maravilloso y adorarle por lo que él es, no por lo que tú crees que el debe hacer.
F. La emoción fue tan grande que a esa misma hora salieron de regreso a Jerusalén, para contarle a los demás el encuentro que habían tenido con Jesús. Se les olvido el propósito con que habían ido a Emmaus. Cuando tienes un encuentro con Dios, tus prioridades cambian. Lo que antes hacías ya no es importante ni necesario. Tu deseo ahora es hablar de la experiencia que has tenido. Contarle a otros lo grande que es Dios.
G. En ese mismo momento Jesús llego y se mostro ante todos ellos.
i. Ellos se asustaron, porque no toco a la puerta sino que apareció en medio de ellos.
ii. Su saludo es especial: “Paz a vosotros” Shalom. No tengan miedo, soy yo.
iii. Les enseño las heridas en sus manos y sus pies. Pero ya su cuerpo no se veía lacerado y maltratado como ellos lo habían visto en la cruz. V. 40
iv. Se sentó y comió con ellos, para que se les quitara toda duda acerca de la realidad de su resurrección. V 43
v. Les recordó las profecías que tenían que cumplirse en su vida, muerte y resurrección y “Les abrió el entendimiento para que entendieran” Nosotros necesitamos pedirle a Dios que nos abra el entendimiento para entender las verdades espirituales.
Aplicación: La resurrección de Jesús nos trae esperanza “El mismo poder que levantó a Jesús de entre los muertos, vivificará también nuestros cuerpos mortales, por su Espíritu que mora en nosotros” Rom 8:11 ¿Sabes lo que esto significa? Que la victoria de Jesús, nos hace vencedores a nosotros. Que El te dará las fuerzas que te faltan para vencer en las luchas y las pruebas de esta vida.
Y ¿como lograr la victoria? Todo comienza con un encuentro genuino con Dios. Cuando tus ojos se abren para ver y tu mente puede recibir las verdades espirituales. Cuando dejas de querer limitar a Dios de lo que él puede hacer en tu vida y lo dejas que obre libremente, según su voluntad. Cuando sacas de tu cabeza las ideas de antes y dejas que Dios llene tu mente y corazón con la palabra de fe y confianza que te lleva a la victoria.
¿Estas dispuesto?
Repite esta oración conmigo:
“Padre amado, en este dia me acerco a ti, para pedirte que abras mis ojos y mi entendimiento, que yo pueda verte obrando en mi vida. Yo se que tu estas muy cerca de mí, aunque no te puedo ver. Yo se que tu cumplirás tu propósito en mi, aunque ahora las cosas se ven diferentes. Yo creo en ti y creo que lo que tú me dices es la verdad. Te pido que te reveles a mi vida y que yo pueda tener una experiencia personal contigo. En el nombre de Jesús, Amen.