EL LLAMADO DEL CREYENTE
Romanos 1:6-7
I. LLAMADOS A SER DE JESUCRISTO.
A. Antes pertenecíamos al reino de las tinieblas. Col. 1:13 “nos ha librado de la potestad de las tinieblas”. “Para que se conviertan de la potestad de Satanás, a Dios”. Hech. 26:18 1 Juan 5:19 “el mundo entero esta bajo el maligno”.
B. Éramos esclavos del pecado, hasta que Cristo vino a nuestras vidas. Juan 8:34 “todo el que hace pecado, esclavo es del pecado, pero conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”
C. El diablo quiere que tú te creas que no hay salida. Pero Cristo te ofrece salvación, y libertad de todo vicio y cadena del diablo.
D. Ahora somos de Cristo. 1 Cor. 6:20 “porque habéis sido comprados por precio, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Ef. 2:5 “Por gracia sois salvos, por la fe” no tenemos que hacer nada para ganar la salvación, solo creer, aceptar.
E. Dios nos llama a ser de Jesucristo. 2 Cor. 5:15 “Y por todos murió, para que ya no vivan mas para sí, sino para aquel murió y resucito por ellos” Este es el primer llamado del creyente.
II. LLAMADOS A SER SANTOS. V.7 Santo – separado para Dios.
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios”. 1 Ped. 2:9
A. Pueblo escogido, especial, diferente. Juan 15: “No me elegisteis vosotros a mí, mas yo os elegí a vosotros”
B. Separarse para Dios, significa separarse del mundo y del pecado. 1 Ped. 1:14-6
1. Separar tiempo para Dios. Para servirle
2. Separar tu mente para Dios. Pensar en él y en su Palabra.
3. Separar tu corazón para Dios. Amar a Dios sobre todas las cosas
C. “Para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamo de las tinieblas, a su luz admirable”
1. Dios tiene un propósito con nosotros, que llevemos estas buenas noticias de salvación a los demás que no lo saben.
2. Por eso requiere santidad, para que lo que dices este respaldado por lo que vives. Lo que haces y lo que hablas.
D. “Sin santidad, nadie vera al Señor”. Heb.12:14 La santidad es un requisito de Dios. Dios no se conforma con que tú añadas una creencia más a tu colección de pensamientos. Él quiere que este descubrimiento sea algo tan grande y especial para ti, que tome el primer lugar en tu vida y destrone todo lo demás que estaba en tu mente y tu corazón.
E. La Santidad se perfecciona con el temor de Dios. 1 Ped. 1:17 “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación”
1. Temor es respeto, reverencia que solo Dios merece. José: “¿Como pues haría yo esta grande mal y pecaría contra Dios?”
2. El temor de Dios te lleva a obedecerlo. Job 31:1 “Hice un pacto con mis ojos, ¿Cómo habría de mirar a una virgen?
3. Al obedecerlo comienzas a vivir en integridad, que significa, completamente separado del pecado. Sal. 15 “Jehová, ¿Quién habitara en tu tabernáculo? Y ¿Quién morara en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia. Quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. El que haces estas cosas, no resbalara jamás.”
4. Obedecerlo te lleva a hacer justicia: no abusar, no hacer trampas, no engañar,
F. La motivación de nuestra vida es el recuerdo del sacrificio de Jesús en la cruz. V. 18-21.
Apl. Dios nos está llamando a una vida de santidad, una vida conciente de que nuestra salvación costó caro y es valiosa. Este llamado es para todos. Necesitamos responder al llamado de Dios a ser solamente de Él, dejando de vivir una vida doble. (Un pie en la iglesia y uno en el mundo). Y separarnos completamente para Dios, en una vida de santidad, como dice la Palabra.
Pablo: El amor de Cristo nos compromete, pensando en esto que por todos murió para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que los salvo” 2 Cor. 5:14
Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros” Rom 5:6-8
