EL ESPIRITU QUE SANTIFICA
Rom. 15:14-21
Muchas palabras de la biblia se usan con otro significado del que realmente tienen, por ejemplo:
“Te lo juro por Dios” ¡Jesús María y José! ¡Maldición, no puedo resolver esta ecuación! Condenada Silvia, está muy guapa, ¡vete al infierno!
Estas palabras son bíblicas pero ese no es el significado que tienen en la biblia, no son malas palabras sino que las usamos mal…
Lo mismo sucede con la palabra “Santo” Robin a Batman: ¡Santo aguacero Batman! ¡Santas patas para cuando son!
La palabra “santificación” viene del latín, santificare. Que se compone de dos palabras: sanctus = santo y ficare = hacer, por lo tanto significa hacer santo.
¿Qué es la santificación? Pues que tú has estado acostándote con tu novio y de repente conoces a Jesucristo y cuando estás a punto de volver a hacerlo… te sales del cuarto de la fornicación porque el Espíritu Santo te redarguyó en tu corazón, eso es santificación.
O supongamos que estás siempre molestando y molestando a tu esposo pero el Espíritu te redarguye y empiezas a mostrar más respeto a tu esposo… eso es santificación.
Malcolm Magresh describió a la madre Teresa de Calcuta así: “Esta persona no vino al mundo por casualidad; irradia la fe cristiana de manera simple y clara. Recoge moribundos de la calle aunque mueran 15 minutos después, pero se van de este mundo sabiendo lo que es el amor cristiano… y ella dice que valió la pena recogerlo”. Eso es santificación.
1 Qué es la santificación
2 Cómo podemos ser santificados
3 Por qué es tan importante la santificación.
1 QUÉ ES LA SANTIFICACIÓN.
Pablo le quería traer a Dios una ofrenda de gentiles santificados por el evangelio.
v. 18 “porque no me atrevo a hablar de nada, aparte de lo que Cristo mismo ha hecho por medio de mí para llevar a los no judíos a OBEDECER A DIOS. Esto se ha realizado con palabras y hechos”
Ganar la obediencia de los gentiles a Cristo, eso es santificación.
Cuando Jesucristo dio la gran comisión dijo: “Enseñándoles todas las cosas que yo les he mandado”
Rom 6:17 “Pero gracias a Dios que ustedes, que antes eran esclavos del pecado, ya han obedecido de corazón a la forma de enseñanza que han recibido”
v. 19 “Así como antes entregaron su cuerpo al servicio de la impureza para hacer lo malo, también ahora entreguen su cuerpo al servicio de la justicia con el fin de llevar una vida santa”
Así que la santificación es el proceso por el cual nosotros cada día más y más fervorosa y amorosamente obedecemos a Jesucristo.
Tengamos una mente de guerra. Con un estilo de vida de guerra, contra el pecado, nuestras concupiscencias y contra el diablo y sus huestes, que siempre están en guerra… no importa si es primavera o invierno… entre semana o el fin de semana… siempre están intentando seducirnos, engañarnos con el oropel del mundo, y las vanidades de esta vida.
En medio de esta guerra feroz muchos cristianos tienen una mente de paz con el mundo y sus deleites mundanos y no de guerra.
Pablo nos recuerda aquí en Rom. 15 que la santificación es la obediencia a nuestro capitán en esta batalla y que la orden es: ¡guerra contra el pecado! ¡no os conforméis a este mundo! ¡Sean santos como yo soy santo!
Un santificado obedece a su Señor Jesucristo; no se cansa de promover la causa de Cristo y es leal a sus compañeros de batalla.
II. CÓMO PODEMOS SANTIFICARNOS.
Rom 15:15, 16 Noten las cosas que empiezan con “gracia de Dios”:
v. 15 “Por la gracia de Dios sirvo a Cristo Jesús para bien de los que no son judíos. El servicio sacerdotal que presto consiste en anunciar el evangelio de Dios, con el fin de presentar ante él a los no judíos, como ofrenda que l sea grata, santificada por el Espíritu Santo”
Aquí hay un triángulo de gracia:
v.18 “solamente hablo lo que Cristo ha hecho por medio de mi para llevar a los gentiles a obedecer a Dios. Esto se ha hecho con palabras y hechos”
Todo esto empieza con un sometimiento humilde a la soberanía de la gracia de Dios que es por medio de estudiar la Palabra y pide el poder del Espíritu Santo para vencer y ser santificado.
III. POR QUÉ LA SANTIFICACIÓN ES TAN IMPORTANTE
Muchos dicen “Yo ya estoy salvado… la santificación la dejo para cuando llegue al cielo… cuidado… si crees que puedes dejar la santificación para cuando llegues al cielo… nunca vas a llegar.
Rom. 15:16 “El servicio sacerdotal que presto consiste en anunciar el evangelio de Dios, con el fin de presentar ante él a los no judíos, como ofrenda que le sea grata, y santificada en el Espíritu”
De aquí inferimos que sin la santificación del Espíritu Santo no somos aceptables para Dios.
Heb. 12:14 “Procuren estar en paz con todos, y llevar una vida santa, pues sin santidad nadie podrá ver al Señor. ¿Por qué es importante la santificación?
Sin ella seremos rechazados en el día del juicio final.
¡Qué hermoso que la biblia nos enseña que somos guardados por el poder de Dios para salvación, que somos sellados por el Espíritu Santo para el día de la eternidad…
Pero por otro lado también enseña que sin santidad nadie verá al Señor.
No seas un calvinista en la perseverancia de los santos y un arminiano en la santificación.
Si eres calvinista confías en el poder de Dios para guardarte seguro en tu salvación hasta el día de la eternidad; por lo tanto, también debes ser calvinista en cuanto a tu santificación y confiar que la santificación no es obra tuya sino es también del Dios soberano que se llama Espíritu Santo.
Dios es el santificador, lo mismo que el sellador para salvación, por lo tanto el dice: “Sigan la santidad”
Los arminianos ilustran el ser sellados y santificados así:
Imagínate que eres un carro, entonces Dios te pone un sello en el parabrisas que dice: “sellado para la eternidad a través de la santificación… y empiezas el viaje…
Los calvinistas la ilustran así:
Imagínate que eres un carro, entonces Dios entra en ti se pone al volante y te conduce hacia la vida eterna porque eres un sellado y santificado por medio de Jesucristo… El conoce el camino, y si llegara a descomponerse el carro… él es un experto mecánico… lo repara … pone su Espíritu dentro de nosotros para ese fin… esto es bíblico.
ORACIÓN:
Gracias porque nos has enseñado lo que es nuestra santificación que es la obediencia a nuestro Señor Jesucristo el invicto capitán que nos conduce a la victoria en la lucha contra la carne, el mundo y Satanás. Llénanos de amor, fervor en obedecerlo para ser más que vencedores… la manera de obtener la santificación es por gracia porque tú, según tu bondadosa determinación, es quien hace nacen en nosotros los buenos deseos y quien nos ayuda a llevarlos a cabo. Nos has hecho comprender la importancia de la santificación pues sin ella nadie te verá… Si aquí hay alguien que quiere vivir en el cielo y verte cara a cara… llénalo con tu espíritu santo para que experimente el mayor de los placeres que tú nos das al hacernos vencedores del pecado, carne y mundo… y nos das un gran amor por vivir en tu palabra para glorificarte.