Summary: Aquí observamos a Jesús en la cruz, cargando todos los pecados de la humanidad sobre sus hombros, pero también lo vemos asegurando el bienestar de Su madre después de Su muerte. Como Dios, Jesús está lidiando con asuntos eternos, pero como hombre, el nos

5 Maneras de Amar a Nuestra Mamá

Juan 19: 26-27

María, la madre de nuestro Señor, fue testigo de la crucifixión de su hijo. ¿Puede usted imaginarse como se habrá sentido?

Jesús se dirige a Juan y le dice, “cuídala—ten cuidado de ella”. Luego se dirige a Su madre y le dice: “deja que Juan tome mi lugar como tu hijo”. Hoy sabemos que Juan vivió una larga vida, y la tradición cristiana apunta que toda su vida—hasta la muerte de María—él tuvo cuidado de ella.

Aquí observamos a Jesús en la cruz, cargando todos los pecados de la humanidad sobre sus hombros, pero también lo vemos asegurando el bienestar de Su madre después de Su muerte. Como Dios, Jesús está lidiando con asuntos eternos, pero como hombre, el nos muestra lo importante que es para Él que cuidemos y amemos a nuestras madres.

Déjeme decirles algo, usted no puede deliberadamente estar mal con su mamá y estar bien con Dios, es imposible. Si su madre todavía vive, sin importar la edad que ella tenga, usted le puede expresar amor—no solo hoy, pero siempre—por lo menos de estas 5 maneras.

1. Ame a su Mamá Verbalmente.

Esto es especialmente importante para nosotros los hombres. Usualmente los hombres no somos tan expresivos con nuestras palabras, nos cuesta decir cosas bonitas, halagadoras, románticas o cualquier otro tipo de palabra que muestre ternura o revele nuestro sentimientos. Cuando un hombre quiere decir algo tierno o sentimental parece como si tuviera una papa caliente en la boca, ¿no es verdad? Pero tenemos que aprender, debemos aprender a expresar nuestro aprecio y amor a nuestras madres y esposas con palabras halagadoras y bonitas. Tenemos que aprender a decirles una y otra vez: “TE AMO”. Eso es suficiente para ellas. Eso no nos hace menos hombres, todo lo contrario. Además el amar verbalmente a nuestras madres y esposas les da un—a punto de extinguirse—ejemplo a nuestros hijos.

En una columna del periódico llamada Dear Abby, un hombre escribió lo siguiente: “Me enliste en el ejercito poco después del ataque a Pearl Harbor. 36 días después me encontraba con rumbo a las Filipinas, pero las filipinas cayeron bajo los japoneses y fuimos desviados a Australia. Once días después de haber llegado, conocí a la mujer más linda del mundo. Y en nuestra primera cita le dije que casaría con ella, y así lo hice 18 meses después.

Después de más de 57 años de casados y dos hijos, mi amada “Mary” murió cinco días antes de navidad. Aunque acordamos que nuestras cenizas iban a ser regadas en las montañas, me encuentro que no puedo separarme de ella.

Cuando mi Mary estaba con vida, frecuentemente me decía, “no sabes cuánto te amo.” Y yo respondía, “yo también.” Nunca le dije, “Te amo.” Ahora sus cenizas están en mi recamara donde varias veces al día le digo cuanto la amo, pero ahora es demasiado tarde. Aunque le escribo poemas, todavía no puedo mencionar las dos palabras que más deseaba escuchar.

Cuando mi amada estaba muriendo, le dije: “no hay palabras suficientes para decirte cuanto te amo.” Unas horas más tarde ella contestó susurrando, “esas son suficientes” y murió.

El hombre concluye diciendo: “la razón por la que escribo esto es para urgir a los hombres a que expresen sus sentimientos mientras su amada (su madre o esposa) está con vida.

La verdad es que nuestras madres y esposas necesitan escuchar de nosotros cuanto las amamos y que tan importante ellas son para nosotros.

2. Ame a su Mamá Físicamente.

Les pregunto, ¿Cuándo fue la última vez que le dio un fuerte abrazo a su mamá o esposa sin que ella se lo pidiera? ¿Cuándo fue la última vez que le dio un beso, una caricia, o un masaje en el cuello o espalda?

Nuestras madres fueron las primeras que nos tocaron: nos cargaron en su vientre por nueve meses, no mas nacimos nos cargo en su pecho, nos sobaba la cabeza, los pies, nuestras mejillas, nos daba su dedo para que nos sostuviéramos de ella, nos limpiaba cuando nos ensuciábamos, nos cambiaba el pañal, y hasta nos limpiaba los mocos con un clínex. La idea es que nuestras madres siempre a través de sus cuidados nos han estado tocando físicamente. Ahora les toca el turno a ellas.

Nuestro toque físico significaría para ellas mucho más que flores o chocolates, tiene más valor una caricia que llevarlas al cenar, un masaje en el cuello y espalada después de un largo y pesado día vale más que un collar de diamantes, bueno, quizá estoy exagerando mucho.

Dele a su madre o esposa un abrazo y una caricia en su rostro o cabeza y dígale que la ama mucho.

Ame a su mamá verbal y físicamente.

3. Ame a su Mamá Pacientemente.

Se sabe que las mamás tienen un increíble trabajo sin recibir sueldo. Ninguna posición en el mundo laboral se compara al compromiso físico, emocional y espiritual de las madres.

Las madres se levantan muy temprano y andan usualmente a las carreras durante todo el día. Preparan las comidas, lavan los trastes sucios, preparan a los niños para la escuela, los llevan y los recogen a la escuela, les ayuda a hacer sus tareas, lavan la ropa, limpian la casa, llevan a los niños al parque, van a las reuniones de la escuela, los llevan al doctor, los llevan a la clase de deporte, lleva a los niños a la librería a recoger libros para leer en casa, después de la cena—bañan a los niños y ponen sus pijamas y luego los duerme. Cuando los niños se duermen comienzan a preparar la ropa de ellos para el día siguiente, el almuerzo para la escuela, trata de terminar la ropa que no alcanzo a lavar, dobla la ropa lavada, luego se prepara para complacer a su esposo. A todo esto son alrededor de la medianoche. ¡Wow!

Con todo esto algunos todavía tienen la osadía de decir que ella no trabaja. Nunca cometan el error de preguntarle a una mujer si ella trabajo o si se queda en la casa. Asumiendo que si se queda en la casa no trabaja. No valla ser que su sorpresa sea tan grande como la del hombre en el siguiente video. [PONER VIDEO]

Repasemos. Amemos a nuestras madres y esposas verbal, física y pacientemente. Seamos pacientes con ellas, ellas hacen mucho, y mucho más que muchos de nosotros hombres.

4. Ame a su Mamá Generosamente.

No existe nada tan grande que ella no merezca, nunca podríamos pagarle por todo, pero deberíamos esforzarnos en gran manera para retribuir lo que ella ha hecho por nosotros durante toda nuestra vida.

Nuestras madres, literalmente, se quitaron el pan de la boca para dárselos a sus hijos, ¿no es verdad?

En una clase de matemáticas, estudiando fracciones, el maestro les preguntó a sus alumnos: “si hay 10 personas en una mesa y un pastel de manzanas, ¿Cuál sería la porción de cada uno? Un niño responde: “un noveno.” ¿No sabes la fracción correcta? Dijo el maestro, si las sé, contesta el niño, pero usted no conoce a mi mamá. Si hay tanta gente en la mesa y solo un pastel, ella va a decir que no quiere pastel.

Amemos a nuestra madre o esposa generosamente. No escatime lo que puede gastar para tratar de recompensar el gran amor y trabajo que todas las madres ponen a nuestras familias. ¡No sea codo! Vallase de bolsa y déjese crecer la greña por lo menos una vez al año.

Así que, además de amarla verbal, física, y pacientemente, también ámela generosamente.

5. Ame a su Mamá Honorablemente.

Éxodo 20: 12 dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”.

Este pasaje le habla directamente a los hijos—especialmente aquellos que todavía están bajo la tutela de sus padres. “Honra… a tu madre”, este mandamiento incluye estimarlas, lo que se demuestra con nuestra conducta, con nuestra obediencia a sus mandatos legítimos; en otras palabras, ir cuando nos llama, ir donde nos envié, hacer lo que nos pida, refrenarnos de aquello que nos prohíba; y esto hacerlo alegremente y con amor.

Las advertencias de nuestras madres nos evitarán muchos peligros físicos, materiales, relacionales, espirituales y emocionales. Honrar las órdenes de nuestra madre, a veces, significará escoger mejores amigos(as) y no caer en las malas costumbres, disolución y vicios que a menudo traen ruina, enfermedad y muerte. En otras palabras, “Honra a tu… madre” significa la sumisión a sus consejos y correcciones.

Honrar a nuestra mamá significa esforzarse en todo para proveer comodidad para ellas en su vejez; y hasta mantenerlos económicamente si lo llegasen a necesitar, cosa que nuestro propio Salvador hizo y dejo ejemplo claro al pedirle a su discípulo Juan para que protegiera y supliera las necesidades de Su mamá.

¡Eso significa—bíblica y humanamente—honrar a nuestra madre! Todo esto se nos manda hacer mientras nuestras madres estén con vida. Y si hacemos como Dios nos pide, tendremos nuestra recompensa, no solo en el cielo pero aquí y ahora. La segunda parte Éxodo 20: 12 dice: “…para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Y el apóstol Pablo en Efesios 6: 2 hace mención de este mandamiento y dice: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa”. Pablo dice que el honrar a nuestras madres no pasará desapercibido delante de Dios.

Todos los dias, deténgase a considerar el alto valor de aquel ser que hizo su vida posible—su madre. He aquí una lista con aquellas cosas por las cuales podemos honrar a nuestras mamás:

1. Honre a su mamá—por su tiempo. Día y noche.

2. Honre a su mamá—por su ejemplo. Consistente y serio.

3. Honre a su mamá—por su apoyo. Estimulante y retador.

4. Honre a su mamá—por sentido del humor. Divertido y chispeante.

5. Honre a su mamá—por sus consejos. Inteligentes y sabios.

6. Honre a su mamá—por su humildad. Amable y genuina.

7. Honre a su mamá—por hospitalidad. Sonriente y caluroso.

8. Honre a su mamá—por su visión. Enorme y honesta.

9. Honre a su mamá—por su flexibilidad. Paciente y alegre.

10. Honre a su mamá—por su sacrificio. Numerosos y dolorosos.

11. Honre a su mamá—por su fe. Solida y segura.

12. Honre a su mamá—por su esperanza. Incesante e indestructible.

13. Honre a su mamá—por su amor. Devoto y profundo.

¿Sería mucho pedirles a todos los hijos y esposos que se pongan en pie? Ahora les pido que le honremos dándoles un fuerte aplauso a nuestras madrecitas aquí en el templo, y delante de Dios, también a nuestras madrecitas que están en nuestros países. Aplaudamos el trabajo y amor de nuestras mamás y esposas. [pueden sentarse, gracias].

En este día y todos los dias de nuestra vida, Dios nos pide a que honremos a nuestras madres y esposas verbal, física, paciente, generosa y HONRABLEMENETE. Yo se que todos aquí podemos hacer esto.

OREMOS.