EL LAVAMIENTO DE PIES.
Juan. 13:1-17
Durante la guerra de independencia de unos soldados insurgentes estaban reparando una trinchera su capitán estaba gritándoles : ¡Muévanse, muévanse, traigan esas piedras! Miren allá está un gran tronco, ¡traigan ese tronco, pónganlo aquí! ¡apúrense! Pasó un señor y le dijo:
- Capitán ese tronco está muy pesado, si usted les ayuda a cargarlo lo lograrán.
- ¿Yo? Pero si yo soy el jefe de este pelotón, yo solo doy órdenes.
Entonces el hombre bajó del caballo, y se unió a los soldados y pudieron colocar el tronco en la trinchera.
- Capitán, cuando sus hombres tengan un trabajo como este y que no lo puedan hacer, llámeme y vendré a ayudarles.
- Ah, si? Y cómo le voy a llamar si ni siquiera sé quién es usted. Soy el general Miguél Hidalgo.
¿Qué lecciones importantes obtenemos del hecho que Jesucristo se haya puesto a los pies de los apóstoles para lavarles los pies?
En este pasaje hay algunas enseñanzas importantes:
I. LA IMPORTANCIA DE SERVIR.
II. JESUCRISTO SIRVIÓ PORQUE CONOCÍA SU VERDADERA IDENTIDAD.
III. LA NECESIDAD DE QUE CRISTO NOS SIRVA.
IV. LA NECESIDAD DE SER SERVIDORES.
En el versículo 1 encontramos la primera enseñanza:
1 LA PRIORIDAD DE SERVIR.
Juan 13:1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
¿Qué harías si supieras que en 12 horas ibas a morir violentamente? ¿Te pondrías a orar? ¿A escribir tus últimos pensamientos? ¿pasarías el tiempo con aquellos que amas?
Jesús sabiendo que su hora había llegado vean lo que hizo: se amarró una toalla alrededor de la cintura y lavó los pies de los apóstoles porque les quiso enseñar a servir unos a otros con humildad.
Fil 2:3-8 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Se puede definir como un amor humilde y servicial aún a los enemigos, incluyó a Judas que ya había recibido el dinero por la traición y Jesucristo lo sabía.
Fue muy notable en 1989 cuando la madre Teresa de Calcuta visitó la ciudad de Phenix Arizona para inaugurar una nueva casa para los pobres, una estación de radio la entrevistó y llegó el momento en que el locutor le preguntó: madre Teresa, ¿en qué podemos ayudarla? Podemos hacer algo por usted? El locutor se imaginó que ella iba a solicitar donativos por medio del programa pero inmediatamente contestó: “Sí, hay algo que puedes hacer, encuentra a alguien que nadie más lo ame y ámalo tu, muéstrale tu amor”
Servir a otros y mostrar amor de maneras visibles es lo que enseñó JESÚS al lavar los pies a sus discípulos.
2. JESUCRISTO CONOCÍA SU IDENTIDAD Y POR ESO AMÓ Y SIRVIÓ A SUS DISCÍPULOS.
Juan 13:3-5 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,
se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
El mundo establece que para alcanzar el éxito, debes exaltarte, ostentar poder sobre los demás pero los principios del reino de los cielos es:
Mat 23:12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Jesucristo, el Señor de toda la tierra y mar y todas las cosas que en ellos hay, no tenía necesidad de humillarse para lavar los pies de aquellos campesinos y pescadores, pero porque sabía que era el Señor del universo, lo hizo. ¿Y nosotros qué somos? Linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, si sabemos esto, sirvamos.
3. LA NECESIDAD DE QUE JESUCRISTO NOS SIRVA.
Juan 13:6-9 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después (cuando derrame mi sangre para limpiar tus pecados)
Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Jesucristo se refería a la necesidad que todos tenemos de que su sangre nos limpie de todo pecado y toda maldad, y se necesita que nos dejemos que él nos lave para tener una relación con él de “vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios”
Muchas personas en estos días, no han entendido que solo la sangre de Jesucristo nos limpia nuestros pecados, ellos piensan que sacrificándose van a pagar sus pecados, en Taxco Gro, en estos momentos hay muchas personas que andan cargando manojos pesados de varas espinosas y alguien los está azotando con un látigo; eso es un gran error.
Una hermana quiso hablar con el pastor acerca de un pecado que ella no podía controlar, en cuanto llegaba al templo, empezaba a ver en derredor y decía:”yo soy la más bonita de esta congregación, no hay ninguna mujer que se me acerque en belleza” y el pastor le dijo: no se preocupe, eso no es pecado, eso es error; mi esposa y mi hija están mucho más bonitas que usted.
La cosa es que Pedro estaba en un error, pensaba que él solo podía lavarse, sin necesidad de que Jesucristo lo hiciera, y cuando se dio cuenta de ese error dijo: entonces no solamente me laves mis pies sino todo, aceptó su error.
4. LA NECESIDAD DE SER SERVIDORES
Juan 13:12-17 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
El verdadero líder es el que sirve a los demás, aquí Jesucristo establece que no podemos llamarnos sus seguidores si no estamos dispuestos a servir a nuestros hermanos.
Algunos cristianos han mal entendido este pasaje y el pastor se pone a lavarle los pies a algunos de los de la congregación, que vienen preparados con sus pies limpios, perfumados, hasta se hacen el pedicure un día antes y las uñas de los pies bien barnizadas, no se trata de servir como una pose o al que no lo necesita, se trata de que alguien venga a hacer el aseo del templo, a arreglar la fuga de agua que tenemos en los baños, a sacar el escombro que tenemos arriba con humildad, y amor.
Así que el lavamiento de pies no tiene nada que ver con lavar los pies, sino de una disposición de servicio a necesidades reales con amor y humildad.