¿Es el cielo un lugar real?
Apocalipsis 21: 1-5
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues ya el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. 2 Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajaba del cielo, donde vive Dios. La ciudad parecía una novia vestida para su boda, lista para encontrarse con su novio. 3 Y oí que del trono salía una fuerte voz que decía: «Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos, y ellos serán suyos para siempre. En efecto, Dios mismo será su único Dios. 4 Él secará sus lágrimas, y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir.» 5 Dios dijo desde su trono: «¡Yo hago todo nuevo!» Y también dijo: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.»
Tristemente, la verdad es que los cristianos no mostramos casi ningún entusiasmo por el cielo, aunque la biblia nos asegura que es un lugar real. Estamos más interesados en la tierra que en el cielo. La realidad es que el cielo no nos entusiasma porque la imagen que tenemos es defectuosa. Marty Marty, respetado historiador religioso de la Universidad de Chicago, dice: “Puedo recordar de mi niñez [luterana] muchos sermones en los que se solía llamar la geografía del cielo y la temperatura del infierno. Ahora, la única vez que oímos hablar del cielo es cuando alguien se muere.” Eso es triste, pero lo cierto es que el cielo es un lugar excelente, emocionante, increíble, exponencialmente mucho mejor de lo que es la tierra.
No hay duda que la tierra es un lugar hermoso. Para que le voy a mentir, a mi me fascina este planeta. Sus amaneceres, la caída del sol en la playa, los cañones, valles, cascadas, bosques, ríos, océanos, el clima, la vegetación, montañas llenas de nieve, hasta el desierto es bonito. Me gusta mucho esta tierra donde vivo aunque sea un lugar caído en el pecado. Vivimos en un mundo donde nada funciona como debería funcionar: ninguna relación es perfecta, ningún trabajo es perfecto, ninguna persona es perfecta, el clima no es perfecto. ¡Nada es perfecto en este planeta! y debido a que este mundo es todo lo que conocemos, es por eso que no nos podemos imaginar que el cielo vaya a ser infinitamente mejor.
No sé como Ud. se imagina el cielo. Pero mucha cree que el cielo es un lugar completamente blanco, donde les van a salir un par de alas, un lugar donde se convertirán en un angelito gordito que anda desnudo por ahí tirando flechitas, donde andarán siempre con batas blancas, donde estarán sentados en una nube tocando arpa por toda una eternidad. Si esto es lo que la gente piensa, con razón no se animan con la idea de ir al cielo, eso parece más bien el infierno. Esa es la imagen más aburrida y descolorida de cualquier lugar que yo jamás haya escuchado, a nadie le darían ganas de ir a ese lugar por toda una eternidad.
PERO si así fuera, la biblia no nos exhortaría a poner nuestra mirada en el cielo. Colosenses 3: 2 dice: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”
Pensar en el cielo tiene por lo menos cinco efectos prácticos sobre nuestra vida aquí en la tierra.
1) Cuando ponemos nuestra mirada en el cielo, nuestra esperanza es restaurada en los momentos de sufrimiento y pruebas. Romanos 8: 18 dice: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
2) Cuando ponemos nuestra mirada en el cielo, adquirimos la seguridad que Dios está en control de todo. Apocalipsis 4: 1-3 dice: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo... 2Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.”
3) Cuando ponemos nuestra mirada en el cielo, nos recordamos que este mundo no es nuestro hogar. Filipenses 3: 20 dice: “Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.”
4) Cuando ponemos nuestra mirada en el cielo, nos enfocamos en la naturaleza de los verdaderos tesoros que tendremos en el cielo. Mateo 6: 19-21 dice: “No traten de amontonar riquezas aquí en la tierra. Esas cosas se echan a perder o son destruidas por la polilla. Además, los ladrones pueden entrar y robarlas. 20 Es mejor que amontonen riquezas en el cielo. Allí nada se echa a perder ni la polilla lo destruye. Tampoco los ladrones pueden entrar y robar. 21 Recuerden que la verdadera riqueza consiste en obedecerme de todo corazón.”
5) Cuando ponemos nuestra mirada en el cielo, sentimos un renovado fervor para servir a Dios. Isaías 6: 1-8 (la visión de Dios y comisión que se le dio a Isaías).
Si se pone a pensar bien, el tener una mente puesta en el cielo es lo único que va a impulsarnos a servir a Dios aquí en la tierra.
Por otro lado, la existencia de un lugar real llamado cielo apa¬rece por todas partes en la Palabra de Dios. La palabra cielo apa¬rece unas 550 veces en la Biblia. Es la palabra que más se usa para describir los tres distintos «cielos» que existen: El primer cielo es el cielo atmosférico, donde habitan las aves. El segundo cielo es el estelar o firmamento, el lugar del sol, la luna, planetas y las estrellas. El tercer cielo es el cielo divino, la casa de Dios, donde Dios habita.
Cuando los cristianos hablamos del cielo, por lo general nos referimos al divino. Y la biblia se refiere a este cielo con varios términos, tales como: La casa de mi Padre (Juan 14:2). La Ciudad del Dios viviente (Hebreos 12:22). El monte de Sión (Hebreos 12:22). La Jerusalén celestial (Hebreos 12:22; Apocalipsis 21:2). El Paraíso (Lucas 23:43; 2 Corintios 12:4; Apocalipsis 2:7). El Tercer Cielo (2 Corintios 12:2). Una patria mejor (Hebreos 11:16). Una patria celestial. Una ciudad celestial (Hebreos 11:16). La Ciudad Santa (Apocalipsis 21:2).
La Biblia nos dice que este tercer cielo, aunque no lo podamos ver, es tan real así como el primero y el segundo cielo.
Existen por lo menos 6 razones para creer que el cielo es un lugar real:
1. (Juan 14:1-3) Jesús llamó al cielo «la casa de mi Padre», y dijo que Él iba para allá para preparar un «lugar» para los suyos. Según Jesús, el cielo es un lugar real.
2. (Apocalipsis 21:9-22:5) Aquí se describe el cielo con detalles tan majestuosos, así como gloriosos y fascinantes. Se describe como un lugar real, una ciudad amurallada con puertas, cimientos y una calle.
3. (Mateo 10:32-33) Jesús enseñó que el cielo es el lugar donde Dios habita en el presente.
4. (2 Corintios 12:2 - 4) El apóstol Pablo dice haber visitado el «tercer cielo» lugar donde habita Dios.
5. (Filipenses 3:20-21) En estos versículos nos dice Pablo que la verdadera ciudadanía de todo cristiano está en el cielo. Y obviamente no es posible tener una ciudadanía legítima en un lugar que no existe.
6. (Hebreos 11:16) El cielo es llamado nuestro hogar celestial, y una ciudad.
Es relevante que la biblia comienza la existencia del ser humano en un huerto que era un lugar real y termina en una ciudad, conocida como La Nueva Jerusalén, que también es un lugar real.
Entonces, ¿es el cielo un lugar real? Claro que SI. El cielo es un lugar real, es el lugar que Jesús ha preparado para todos aquellos que ponen su fe en Él.
Entonces, ¿Qué es el cielo?
I. El cielo es UN LUGAR REAL.
Mateo 6:20 dice: “Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.” Y Juan 14: 2 dice: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”
II. El cielo es donde VIVE Y REINA DIOS.
Treinta y uno veces Jesús se refirió al cielo como el “reino de Dios” o el “reino de los cielos”. Por lo tanto, el cielo no solo es el lugar donde habita Dios pero también de donde el reina.
Salmo 121: 1-2a dice: “Alzaré mis ojos… ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová…” y Salmo 123: 1 dice: “A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos.”
III. El cielo es NUESTRO FUTURO HOGAR. Fue diseñado para nosotros.
Mateo 25: 34 dice: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”
Ahora, después de contestar con un rotundo SI la pregunta ¿es el cielo un lugar real? Surge otra pregunta, esta es…
¿Dónde está el cielo?
La respuesta a esta pregunta es: nadie sabe dónde está. Todo lo que sabemos es que está mucho más allá de nuestro planeta, de nuestra galaxia y del universo conocido por el hombre.
Yo entiendo que para algunas personas esta no sea una respuesta que los satisfaga, y por eso algunos llegan a la conclusión que por no tener una respuesta definitiva a esta interrogante el cielo no existe. Pero eso es un error. Porque el hecho que no sepamos la ubicación de X cosa no quiere decir que esta no exista.
La biblia en Salmos 53: 2 dice: “Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios.”
En este versículo podemos ver que aunque no sepamos la ubicación del cielo, podemos decir que es un lugar específico.
Además, aunque la biblia no nos de la ubicación exacta del cielo, si nos dice como llegar a él. Jesús en el evangelio de Juan nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6).
La siguiente pregunta que nos hacemos referente al cielo es…
¿Cómo es el cielo?
El cielo va a ser un lugar glorioso, excitante, y esplendido, tanto por lo que habrá ahí, como por lo que no habrá. La biblia dice que, “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2: 9)
En el libro de Job 11: 7-9 se lanza una pregunta: “¿Crees que puedes llegar a conocer los secretos del Dios todopoderoso? 8-9 ¡Nunca podrás llegar a conocerlos! ¡Son más altos que los cielos, más profundos que el sepulcro, más extensos que la tierra y más anchos que la mar!”
En realidad nadie tiene una idea exacta, ni siquiera cercana de cómo serán las cosas en el cielo. Así que, aun los datos que comparta con ustedes hoy son simplemente una pálida explicación de la realidad en el cielo.
Pero la biblia nos da cierta información que es importante saber acerca del cielo. Entre ellas cinco cosas que no estarán presentes y que hacen del cielo el lugar ideal para vivir eternamente.
I. No habrá más ENFERMEDADES.
1 Corintios 15: 53 dice: “Dios cambiará estos cuerpos nuestros, que mueren y se destruyen, por cuerpos que vivirán para siempre y que nunca serán destruidos.”
• Nuestros cuerpos serán perfectos como los de Jesús después de su resurrección.
1 Corintios 15: 48 lo dice claramente. “Todos los que vivimos en esta tierra tenemos un cuerpo como el de Adán, que fue hecho de tierra. Todos los que viven en el cielo tienen un cuerpo como el de Cristo.”
II. No habrá más TRISTEZA.
La biblia dice que Dios personalmente “Enjugará… toda lágrima de los ojos de [sus hijos]”
Dios conoce su dolor, Él sabe todas aquellas circunstancias por las que usted ha tenido que pasar en la vida. Él las conoce a la perfección. Pero cuando usted llegue al cielo ya no habrá más tristeza. Le pregunto, ¿Cuáles son las cosas que le causan tristeza y dolor? Todas esas cosas que aquí y ahora existen que le causan o tienen el potencial de causarle tristeza y dolor no existirán en el cielo, ¿no es eso maravilloso?
• No más relaciones rotas.
• No más rechazos.
• No más soledad.
• No más luto.
• No más dolor. ¿Quiénes dicen ame a eso? ¿Quiénes tienen asegurada su entrada al cielo?
III. No habrá más SUFRIMIENTO.
La biblia dice que “ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor.” Todas aquellas cosas que le producen sufrimiento desaparecerán para siempre. En el cielo no habrá nada que le cause sufrir a los hijos de Dios. Eso quiere decir…
• No más guerras.
• No más injusticias.
• No más divorcios.
• No más muertes.
• No más hijos en drogas y/o pandillas. Etc.
IV. No habrá más PECADO.
La biblia nos dice que en el cielo “No entrará… ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira….” Ap. 21: 27. Y en el capítulo 20: 10 se nos dice porque es que no habrá pecado en el cielo, dice: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” No habrá más pecado porque el diablo no estará en el cielo. Y un lugar sin pecado es un lugar perfecto.
No se usted, pero yo estoy deseoso por vivir en lugar como ese. un lugar donde finalmente no exista nada porque arrepentirse, donde ya no hayan más temores, no mas celos, culpas, resentimientos, no mas preocupaciones, no mas amargura, envidia, enojo, rencor, ya no mas soledad. ¡Todo será perfecto! Será un lugar mucho más divertido donde vivir. Disneyland y Disneyworld no podrán compararse en nada a la diversión que Ud. y Yo tendremos en el cielo.
V. No habrá más MUERTE.
Todos seremos tipo Rambo, nunca morimos. Seremos tipo Exterminator, quienes una y otra vez—en vez de morir—diremos: “I’ll be back”. En el cielo nunca moriremos. Todos seremos inmortales.
Apocalipsis 21: 4-5 nos dice: “y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir.» 5 Dios dijo desde su trono: «¡Yo hago todo nuevo!»”. ¿Quiénes dicen Aleluya a eso?
A nadie le gusta pensar en la muerte, ¿Por qué será? Todo mundo le teme porque la muerte es una de aquellas cosas que más le produce a uno dolor.
El apóstol Pablo nos dice que “cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
¿No son esas buenas noticias queridos hermanos?
Después de contestar las preguntas: ¿Qué es el cielo? ¿Dónde está el cielo? y ¿Cómo es el cielo? ahora, la siguiente pregunta es…
¿Cómo llego al cielo?
La respuesta a esta pregunta quizás sea la más importante de todas. Jesús dijo que “ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7: 13-14).
Pero el deseo de Dios es que nadie quede fuera del cielo y por eso envió a Su Hijo Jesús para que ofreciera Su vida en sacrificio substitutorio por todos nosotros.
La biblia en 2 Pedro 3: 9 nos dice que Dios “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
También la biblia dice que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3: 16.
¿Qué tiene que hacer Ud. entonces para llegar al cielo? Ud. necesita recibir a Cristo como su Dios, su Señor y Salvador de su vida, y para eso usted tiene que dar cinco pasos de fe.
I. ADMITA que usted es pecador. Romanos 3: 23, Por cuanto todos pecaron…
II. CREA que Jesús murió por sus pecados. Romanos 5: 8, Mas Dios muestra su amor…
III. PIDA perdón a Dios por sus pecados. 1 Juan 1: 9, Si confesamos nuestros pecados…
IV. INVITE a Jesús a vivir en su vida. Romanos 10: 9 y 13, Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo…. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
V. DEPENDA de las promesas de Dios. Juan 3: 16 …Todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 1: 12, Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10: 32-33).
Si usted quiere pedirle perdón por sus pecados e invitar a Jesús a vivir en su vida; yo lo invito entonces a repetir conmigo la siguiente oración a Dios.
Dios, reconozco que soy pecador y que Te he ofendido. Creo que enviaste a morir a Tu Hijo Jesús en la cruz en mi lugar, y hoy me arrepiento de todos mis pecados. Desde lo más profundo de mi corazón, humildemente te pido que perdones todos mis pecados. Este día abro mi corazón e invito a Jesús a ser mi Dios, mi Señor y el Salvador de mi vida. Gracias por salvarme y darme vida eterna. Hoy me comprometo sinceramente, a vivir una vida cristiana de obediencia a Ti a través de Tu Palabra—la biblia. Te pido todo esto en el nombre de tu Hijo Jesucristo, amén.
Si usted hizo está oración, Dios hoy le da la seguridad del perdón de sus pecados y la vida eterna. Por favor, déjeme ser el primero en decirle: ¡Bienvenido a la familia de Dios!
El próximo domingo continuaremos con esta serie de mensajes y contestaremos la pregunta: ¿Si mi ciudadanía está en el cielo, cómo debo de vivir aquí y ahora?