Una de las frases célebres de Groucho Marx, judío comediante del siglo pasado fue: "Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde "sí", entonces sabes que está corrupto."
La honestidad es algo que paraliza a todo ser humano. Incluyendo a los creyentes. Tememos ser honestos por el que dirán. Esto nos lleva a colocarnos una máscara como un mecanismo de defensa. Este mecanismo de defensa fue el que usó Israel en su trato con Dios y sus mandamientos.
Abra su Biblia en Malaquías 3:6-14. El tema principal del cual se ocupa Malaquías no es el diezmo, sino la deshonestidad con Dios. Lo que a menudo se pasa por alto es que el profeta pone el diezmar en el contexto más amplio del arrepentimiento y vuelta hacia Dios. Note usted que antes de entrar en el tema de los diezmos y las ofrendas en Mal. 3:5 se pronuncia un oráculo de juicio inflexible contra el pueblo.
La deshonestidad del pueblo con Dios, la institución del matrimonio y otros asuntos, era reprensible a los ojos del Señor. El pueblo se había convertido en ateos prácticos, disfrazados con una piedad y espiritualidad aparentes. Esta era la situación:
1. Los sacerdotes se comportaban como si Dios no existiera. Eran hipócritas fingiendo piedad, pero cumpliendo con el ritual del altar sin hacer caso ni de la letra ni del espíritu de la Ley. Encontraban sus tareas gravosas y fastidiosas.
2. Los israelitas se comenzaron ha divorciar de sus esposas solo para casarse con mujeres paganas. Esto era inadmisible ante Dios porque los contratos matrimoniales se consumaban con la invocación de Dios como testigo.
3. El pueblo había sido deshonesto en la presentación de los diezmos y las ofrendas. Por si no se ha dado cuenta este es el tema que nos ocupa esta tarde.
Asomémonos al tema sin temor, con una mente y un corazón dispuestos a oír la voz del Espíritu de la Escritura. Que sea el Espíritu el que hoy traiga claridad a nuestra mente y honestidad a nuestro corazón. Por alguna razón este tema se ha convertido en un asunto difícil sobre el cual predicar y reflexionar por varias razones:
1. La incomodidad que provoca en algunos creyentes:
¿Por qué los creyentes reaccionan con el tema del diezmo? Porque por alguna razón que no puedo explicar, el dinero está ligado a nuestra vida espiritual. Lo mismo que nuestra vida devocional, nuestra conducta y todo aquello que hacemos con nuestro cuerpo. Si el tema del diezmo y las ofrendas no fueran relevantes a nuestra vida espiritual, entonces el profeta no lo habría puesto en un contexto de llamamiento al arrepentimiento y a volverse a Dios.
Una verdad fundamental en cuanto a la fidelidad y la honestidad en la mayordomía, es que ambas se consideran siempre como frutos del arrepentimiento y una indicación del profundo compromiso de la persona con Dios.
2. La controversia confusa entre la ley y la gracia
Algunos creyentes en su ignorancia pretenden señalar qué parte de la ley está vigente y cual no. Lo que a menudo se pasa por alto es que algunas leyes son aplicables, mientras que otras son difíciles de comprender y aun de aplicar. La agencia Barna Research, condujo una encuesta tocante al diezmo. Estos son los resultados de una iglesia promedio:
El 17% de los miembros dicen diezmar pero solamente el 3% verdaderamente diezma. 40% de los miembros ni diezman ni ofrendan durante el año. Cada año el diezmo y las ofrendas disminuyen por un 10%, de los cristianos nacidos de nuevo el 32% dicen ser fieles en los diezmos, pero al considerar sus salarios se descubrió que solo el 12% era honesto en el diezmo.
El apóstol Pablo, en su gran exposición sobre la ley y las obras en Ro. 7:12 dijo: “De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.” La dinámica de la vida de la Iglesia del siglo I es una evidencia de que no podemos negar que las consecuencias de la ley del A.T., se extienden en el N.T., y hasta el ministerio actual de la iglesia y la vida cristiana.
Tanto Jesús, como los apóstoles señalaron la ley del A.T., para referirse a los principios divinos de lo correcto e incorrecto, lo moral y lo inmoral, el bien y el mal. Y no como un medio para alcanzar una correcta relación con Dios. ¿Por qué la iglesia del presente ha de marchar por otro camino?
Desde la perspectiva de Jesús, la ley sigue demostrando las expectativas divinas aunque los creyentes vivan bajo un nuevo y mejor pacto y tengan una relación diferente con la ley del A. T. Por eso él dijo: “Mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.”
3. Mal testimonio
Historia de Mel Plunk. A los pastores se nos ha etiquetado como a quienes solo nos interesa el dinero. A las iglesias se les tiene como pequeños imperios construidos a expensas de la buena fe y necesidad espiritual de las personas.
Es tiempo de que cambiemos esas perspectivas distorsionadas. El diezmo así como las ofrendas, se fundamentan en tres verdades esenciales para la vida cristiana: el arrepentimiento, la fe y el compromiso con Dios. Estos tres colocan esta práctica en el nivel que corresponde: la adoración.
Por eso la confrontación en Mal. 1:6 comienza con estas palabras: “El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor Todopoderoso, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre.”
El diezmo y las ofrendas, son parte de nuestra adoración a Dios, así como lo es el canto, la oración y la entrega de nuestra vida. El diezmo se separa, las ofrendas se consagran y ambos se traen y presentan a Dios como un acto de adoración junto con nuestra propia vida. Ese es el principio expresado en Ro. 12:1
Porque Dios no cambia fue la base sobre la cual el Señor extendió, una vez más, una invitación de gracia para que el pueblo volviera a él. Pero cuando preguntan: “¿en qué manera nosotros hemos de volvernos?” el Señor respondió una sola cosa: “en los diezmos y las ofrendas”.
Seguidamente Dios pronuncia la acusación de que el pueblo le había robado. Robar se halla solamente aquí y en Proverbios 22:23. Es un verbo del cual se deriva el nombre Jacob. Significa hacer trampa, estafar a alguien. Para la gente robar es algo suficientemente malo, pero robar a Dios es algo impensable. Por eso piden a Dios las pruebas de tan horrible acusación.
La falta de honestidad estaba en que los adoradores habían retenido una parte de los diezmos y ofrendas, y las usaban en su propio beneficio. El propósito central del diezmo y las ofrendas está consagrado para el servicio del Señor.
Jesús dijo: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”Con sus palabras el pueblo adoraba y proclamaba a Dios como Padre, Rey y Señor. Pero al retener parte de los diezmos y las ofrendas renunciaban a la soberanía y autoridad de Dios. De igual manera si cantamos “Jesús es mi Rey soberano” pero retenemos parte de los diezmos y las ofrendas, entonces habremos renunciado a la soberanía y autoridad de Jesús.
Los diezmos y las ofrendas no son una propina que damos a Dios por servicios prestados. No es una cuota que asignamos para mantener activas sus bendiciones. ¿Sabía usted que ofrecer los diezmos y las ofrendas implican reconocer que en última instancia Dios es el dueño de todo? Por esta razón la adoración por medio de los diezmos y ofrendas debe ser en espíritu porque Espíritu es la esencia misma de Dios y de la adoración que Dios espera.
Debe ser en verdad porque Verdad es el carácter de Dios. La mayordomía negligente es equivalente a fraude. Cuando esto sucede la adoración pasa de ser verdadera a falsa. La pregunta ¿En qué te hemos robado? Pretende hacer ver a Dios como un mentiroso. Y hace que Dios pronuncie sobre ellos una “maldición con maldición.” Esta repetición describe a alguien al que ninguna cosa le sale bien.
La Biblia dice: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.” No estoy invocando juicio ni maldición sobre los aquí presentes pero quiero decirles que todos aquellos que retienen para sí, parcial o total, lo que es de Dios hallarán que nunca se logra disfrutar porque se pierde. Como Ananías y Safira perderemos lo que pensamos haber comprado a tan bajo precio.
Dios no dejó el asunto ahí sino que desafió a la gente a la corrección: “Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo”, a ser responsables: “y así habrá alimento en mi casa.”, y a confiar enteramente en él: “Pruébenme en esto - dice el Señor Todopoderoso -, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.”
Billy Joel interpreta una canción llamada Honesty, que dice: Honestidad es una palabra tan solitaria. Cada uno es tan mentiroso. La honestidad difícilmente se percibe. Y eso es lo que necesito de ti. Honestidad es lo que Dios necesita oír y ver en las acciones de su pueblo. Jesús dijo: “¿Por qué me llaman ustedes "Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?” Lc. 6:46
Si el diezmo y las ofrendas no fueran relevantes a nuestra vida espiritual, entonces Dios no lo habría puesto en un contexto de llamamiento al arrepentimiento y a volverse a Dios con una promesa. ¿Qué piensa hacer usted a partir de hoy? Siendo que es un acto de adoración:
1. Debe practicarse con dignidad: Nuestra dignidad es una muestra de respeto a Dios y a sus mandamientos. “Porque yo soy el gran rey -dice el Señor Todopoderoso, y temido es mi nombre entre las naciones.”
2. Debe ser un acto de calidad. No tiene que ver con la cantidad sino con la calidad, la condición y disposición del corazón. “Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo”
3. Es un testimonio de fe. Una evidencia de que Dios es soberano y Rey. Es una afirmación de que nuestra confianza está puesta en Dios, que dependemos de Dios, de que todo le pertenece a él. “Pruébenme en esto -dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.”