En el mover de Dios, o te subes, o te quedas
Mateo 9:14-17 (Marcos 2.18-22; Lucas. 5.33-39)
El Ejército de Salvación
Mayor Gerardo Balmori
Introducción:
Los Discípulos de Juan el Bautista, los Discípulos de Jesús y los Religiosos
9.14 Los discípulos de Juan urgían al arrepentimiento del pecado y a la preparación para la venida del Mesías. Los discípulos de Jesús no tenían la urgencia de preparar a la gente para la venida del Mesías porque estaba con ellos. Jesús no condenó el ayuno: Él mismo lo practicaba (Mateo 4.2). Pero enfatizó que debía hacerse por razones justas.
9.14 El mensaje de Juan el Bautista era duro y estaba centralizado en la ley. Cuando la gente se fija en la ley de Dios y se compara con ella, se da cuenta de cuánto le falta y de cuán necesario es que se arrepienta. El mensaje de Jesús se centralizaba en la vida, el resultado de volverse del pecado e ir a Él. Los discípulos de Juan arrancaron bien, pero necesitaban dar el paso siguiente y confiar en Jesús. ¿Dónde está su centro de atención, en la ley o en Cristo?
9.15 La llegada del reino de los cielos era como una fiesta de bodas en que Jesús era el esposo. Sus discípulos, por esta razón, se regocijaban. No tenían por qué estar de luto: el novio estaba presente.
9.17 En tiempos bíblicos el vino no se conservaba en botellas de vidrio sino en pieles de cabras bien cosidas en los bordes para que no hubiera escape de líquido. El vino nuevo, a medida que se iba fermentando, se expandía y estiraba los odres. Una vez añejado el vino, no se agregaba más vino nuevo; si se hacía, el odre ya estirado reventaba. Por eso el vino nuevo siempre se colocaba en odres nuevos.
9.17 Jesús no vino para remendar el sistema religioso viejo del judaísmo con sus normas y tradiciones. Si lo hubiera hecho, su mensaje hubiera peligrado.
Su propósito fue traer algo nuevo que había sido profetizado por siglos. Este mensaje nuevo, el evangelio, dice que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra para ofrecer a todos el perdón de pecados y la restauración con Dios. Este mensaje nuevo de fe y amor no encajaba en el rígido y antiguo sistema de religión legalista. Requería un inicio fresco. El mensaje permanecerá siempre «nuevo» porque debe ser aceptado y aplicado en cada generación. Cuando seguimos a Cristo, debemos estar preparados para nuevas formas de vida, nuevas maneras de mirar a la gente y nuevos métodos de servicio.
El vino nuevo requiere odres nuevos.
I. Atrévase a hacer la diferencia. Romanos 12:1-2
El vino nuevo, la bendición de Dios a través de un nuevo y final avivamiento, cosecha de almas y fortaleza para resistir hasta el final.
¿Será que a veces deseamos recibir la bendición de Dios pero no tenemos donde ponerla?
No se puede poner el vino nuevo en odres viejos, porque se rompen, asimismo no podemos recibir las bendiciones del Señor si no cambiamos nuestra forma de actuar y nuestra actitud hacia Dios. A Dios no le agrada que tengamos un espíritu religioso el cual nunca esta dispuesto a recibir su bendición, porque no se quiere renovar; en estos últimos días Dios quiere que su pueblo este dispuesto a hacer una diferencia con tal de salvar a muchos.
En las olimpiadas de México 68’ un americano llamado Dick Fosbury implantó un record mundial de salto de altura, ganando la medalla de oro. Lo particular del salto de este atleta es que no saltó de frente como todo mundo lo había hecho hasta entonces, sino que saltó hacia atrás. Cuando los críticos lo observaban practicar se burlaban por lo ridículo que se veía saltando hacia atrás, mas a Fosbury no le importo la reprobación de los demás y gano la prueba, estableciendo hasta el día de hoy este mismo estilo de salto como el más eficaz.
Nuestra Iglesia esta estableciendo un estilo diferente de evangelismo, servicio y discipulado, en general entre las demás denominaciones, no hay otra iglesia como el Ejercito de Salvación, en particular e internamente New Brunswick esta haciendo la diferencia, me pregunto, ¿Te has atrevido a hacer la diferencia dentro del cuerpo de New Brunswick? Recuerda que en el mover de Dios, ¡o te subes, o te quedas!
II Atrévase a dejar el tradicionalismo Lucas 5:37
Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán.
Alguien me enseñó que el “la Tradición es la fe viva de los muertos, mientras que el tradicionalismo es la fe muerta de los vivos”
El tradicionalismo se puede traducir como religión que se opone a la libertad en el Espíritu, legalismo que oprime con reglas sin sentido, vivir en las glorias del pasado y hasta oponerse al mover de Dios. Es lo que a veces hacemos en las Iglesias sin saber y sin sentido, lo cual se convierte en rito y motivo de contiendas, que al final nadie sabe como comenzamos a hacerlo ni cual es el verdadero propósito.
Un hombre recién casado miraba a su mujer cocinar un estofado de res, quedando sorprendido al ver que su esposa cortaba un trozo grande de la carne y lo tiraba a la basura. Rápidamente pregunto porque hacia eso, a lo cual ella solo contestó “así lo hace mi madre, así lo hago yo”
El hombre indagando mas profundamente le fue a preguntar a su suegra la misma pregunta, a lo cual ella solo contestó “así lo hace mi madre, así lo hago yo” No quedando satisfecho, el hombre fue a preguntar a la abuela de su esposa porque en su familia tenían esa practica tan rara de cocinar. La viejita comenzó a reírse diciendo “Yo cortaba la carne porque no tenia una olla lo suficientemente grande donde cupiera toda la carne” Me pregunto ¿Sabemos porque hacemos lo que hacemos? Recuerda que en el mover de Dios, ¡o te subes, o te quedas!
III. Atrévase a entrar en la Misión de Dios Mateo 28:19-20
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Algunos soldados de la Iglesia y yo tuvimos la gran oportunidad de participar en el Seminario Nacional de Evangelismo de este año 2005. Fue de gran bendición el poder entrenarnos las técnicas de evangelismo y discipulado, pero fue aun mas lindo el poder sentir que Dios nos estaba enviando con la bendición del Espíritu Santo a los campos a cosechar. Teníamos todos ese sentir, de estar dentro de la misión de Dios. Pero al llegar al aeropuerto para tomar el avión que nos traería de regreso, nos dimos cuenta que no éramos los únicos uniformados. Muchos soldados del ejército de los estados unidos estaban siendo enviados en misión especial a Irak. Ellos estaban equipados y decididos, sus corazones dispuestos a dar todo su ser, para ganar o morir en la lucha. Dios nos permitió orar con uno de ellos y bendecir a otros tantos más. Dios me recordó que debemos atrevernos a entrar en la Misión que nos ha dado, pues el nos esta llamando a una guerra espiritual, debemos ser obedientes a su voz. Recuerda que en el mover de Dios, ¡o te subes, o te quedas!