NO AMEMOS AL MUNDO
1 Juan 2:12-17
El apóstol Juan revela algo importante acerca de sus lectores en los versículos 12 a 14. Se llama sus lectores como hijitos o sea queridos hijos (NVI). Los pecados de los hijitos han sido perdonados por el nuevo nacimiento, pero ellos son inmaduros en la fe. La palabra padres se refiere a los creyentes maduros en la fe cristiana. Los jóvenes son los creyentes quienes han vencido al diablo y todavía están creciendo en su fe. Ellos son fuertes en la fe porque la palabra de Dios permanece en sus vidas.
El versículo 15 contiene un mandato para todos los creyentes. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. El verdadero creyente debe amar a Dios y a sus hermanos en la fe. Pero no debe amar al mundo. El amor por los hermanos es un mandamiento. Pero, el amor por el mundo esta condenado en los versículos 15-17. Hay tres razones de este mandato esta en el versículo 15.
PRIMERO, LOS CRISTIANOS NO DEBEN AMAR AL MUNDO POR LO QUE EL MUNDO ES: La palabra mundo no se refiere a la tierra o la gente que viven en el mundo. Sino significa aquí el mundo aparte de Cristo. Es decir, el sistema de este mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
ADEMAS, LOS CRISTIANOS NO DEBEN AMAR AL MUNDO POR LO QUE EL MUNDO PRODUCE: Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Los deseos de la carne incluyen lo que pertenece a la naturaleza humana caída. Los deseos de la carne son una expresión ilegitima de los deseos básicos humanos; Por ejemplo, el hambre no es malo, pero la glotonería es pecaminosa. La sed no es mala, pero la borrachera es mala. El dormirse es bueno, pero la pereza es mala. El sexo es un regalo de Dios en el contexto del matrimonio, pero esta condenado fuera del matrimonio. Vea Gálatas 5:19-21 por una lista de las obras de la carne.
Los deseos de los ojos se refieren a las cosas malas que entran en la vida por medio de los ojos. Los ojos estan la entrada a la mente. En nuestro día vemos muchas cosas pecaminosas con nuestros ojos cada día. Salmo 119:37 dice, Aparta mis ojos, que no vean la vanidad.
La vanagloria de la vida es como una persona que trata de elevar su propia importancia por medio de sus posesiones, su posición, y su poder. Los deseos de la carne, de los ojos, y la vanagloria de vida no provienen del Padre, sino del mundo.
FINALMENTE, LOS CRISTIANOS NO DEBEN AMAR AL MUNDO POR SU FIN: Muchas personas creen que el sistema mundial permanecerá para siempre. Pero el mundo no es algo permanente. Juan dijo, Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. El sistema mundial no permanece siempre. Solamente los que hacen la voluntad de Dios permanece. Los creyentes no deben estar cómodos en este mundo. También los creyentes no deben permitir que el mundo entre en la iglesia.