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Summary: Un análisis de las razones que tenemos para servir al Señor

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¿POR QUÉ SIRVES A CRISTO?

Mateo 20:1-16

Tres lecciones acerca de la gracia de Dios en el servicio

I. LA AUTOJUSTICIA NOS IMPIDE APRECIAR EL CARÁCTER DE DIOS:

Dice el vr. 11 que estos hombres murmuraba contra el Señor. Y eso les impidió conocer quién era realmente. Al igual que nosotros, estos hombres dejaron de ver:

· La bendición de Dios.. No estaban contentos por haber recibido la oportunidad de trabajar, ni de su pago puntual y completo. Ellos debieron haber recibido su salario, estar agradecidos con su patrón, irse contentos a sus casas y disfrutar de su pago.

Pero su autojusticia se lo impidió. En vez de eso, ellos murmuraron y de esta manera dejaron ver lo que de verdad creían de su patrón:

· La justicia del Señor: les dio lo justo: un denario. Era el pago justo y acordado. No les robó.

· La soberanía del Señor: él puede disponer de todo aquello que le pertenece, y nadie puede reprochárselo. Era su dinero: podía usarlo a su antojo. Incluso pudo haberles dado más a los últimos. ¿Quién podría ateverse a decirle cómo gastar su dinero?

· La generosidad del Señor: dio más de lo que algunos merecían. El problema era que ellos querían más porque pensaban que merecían más. Pero no olvidemos que

II. NUESTRO CORAZÓN NOS ENGAÑA FÁCILMENTE EN CUANTO A CUAL ES EL MOTIVO PARA SERVIR Y VIVIR PARA CRISTO

Piensa detenidamente: ¿Qué es lo que realmente te impulsa a vivir y servir a Cristo?

· ¿Demostrar tu compromiso ante la indiferencia, la flojera, o irresponsabilidad de los demás?

o Es curioso que hay quienes sirven impulsados por el coraje de ver que los demás no hacen nada. Incluso lo disfrutan. ¿Por qué? Porque se sienten justos, superiores a los que no hacen nada, a los flojos, a los que no aman a Dios. Les hace pensar que no son tan malos, y que Dios debe fijarse en ellos. Se senten como aquel fariseo que oraba en su interior diciendo: gracias, Dios porque no soy despreciable como este ladrón y corrupto cobrador de impuestos.

o Seamos honestos: siempre queremos huir de la realidad de lo que verdaeramente somos ante Dios por nuestros medios; la Biblia dice que todos somos pecadores, justos merecedores de la condenación eterna. Por eso andamos siempre buscando la forma de hacer algo que nos haga creer que somos dignos.

· ¿Una recompensa “justa”?

o Jesús reprende la actitud de servir motivado por la recompensa, y no por amor.

o Muchas veces, la dificultad y la fatiga naturales del trabajo son soportadas por una esperanza egoísta. Decimos, “No importa, voy a recibir más que los otros por esto”. Pero esta parábola pone al descubierto la necedad de poner nuestra confianza en una recompensa mayor.

o Nuestro sentido de justicia está corrompido por el pecado. La justicia que esperamos siempre está incinada a neustro favor. Es aquella que nos beneficia más. ¿De veras quieres justicia en la vida? Cuidado: lo relamente justo es que nosotros seamos condenados por nuestros pecados.

· ¿Un reconocimiento especial por tu trabajo?

o Aparentemente, el señor de esta viña se portó injusto. Estos hombres habían trabajado más que los contratados a última hora. Habían sudado más, se habían cansado más, habían hecho y producido más. Eso les hacía pensar que merecían un trato o un reconocimiento mayor.

o Muchos, como los hombres de la parábola se sienten defraudados pr Dios: no les reconocen lo que hacen o lo que han hecho; y cuando reconocen el trabajo de otros que según su juicio “merecen menos” su frustración se convierte en enojo contra ellos también.

· O ¿la gracia inmerecida que él ha derramado sobre ti?

o Esta es una parábola difícil de escuchar, pero sólo para aquellos que no llegan a reconocer su absoluta dependencia en la gracia de Dios para recibir cualquier beneficio de la mano de Dios. En la vida de un cristiano, no hay lugar para los celos debido a las bendiciones que Dios le ha dado a otros.

o Esta parábola es un excelente antídoto contra nuestro pecaminoso concepto que tenemos de nosotros mismos; debe servirnos para aplastar nuestra soberbia y formar en nuestro corazón una actitud de humildad ante un Dios es lleno de gracia y misericordia que se ha dignado en darnos una salvación inmerecida.

III. ES NECESARIO REVISAR CUAL DEBE SER NUESTRA ÚNICA RAZÓN PARA VIVIR Y SERVIR A CRISTO

· 1 Timoteo 1:15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

· 1 Corintios 15:9-10 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy...

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