Pon Tus Ojos En Cristo

A. La historia de Jesús andando sobre el mar y Pedro yendo hacia Él es un ejemplo claro de lo que sucede cuando quitamos la mirada de Jesús y la ponemos en las tormentas de la vida. Igual que Pedro nosotros podemos andar por encima de las tormentas que se levanten en nuestra vida, si mantenemos los ojos en el Dios todopoderoso que nos llamó.

B. Tendrán la fuerza para perseverar. “Los que miraron a Jehová fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados” Salmo 43:5 Aquellos que fijan sus ojos en Dios, recibirán lo que esperaban y no quedarán avergonzados delante del enemigo.

C. Heredan la vida eterna. “Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final”. Juan 6:40.

CONCLUSIÓN. Todos pasamos por momentos en que desviamos la mirada de Dios y buscamos ayuda de otro sitio.

No quites la mirada de Dios, es peligroso. Y no trae la solución.

Solo Dios puede salvar. Solo Dios levanta nuestro ánimo, nuestras fuerzas Él es el único camino, la única solución para nuestros problemas.

Haz como el Salmista que mantenía sus ojos en Dios hasta alcanzar su misericordia: “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de las siervas a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros”. Salmo 123:1-3