No Apartes Tus Ojos De Jesús Series

Título: Mantén tu vista en Jesús.

Texto:

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12.1–2, RVR60)

Introducción:

Confieso que soy un amante de las carreras de atletismo. Esta es una de las formas de deporte más antiguas de la humanidad. El autor de los hebreos toma esta ilustración para compararla con la vida cristiana. Y creo que podrá estar de acuerdo conmigo en que vivir para Cristo es una carrera de fondo. Es una carrera que se corre con paciencia.

Quisiera citar la frase de uno de los mayores velocistas de los últimos tiempos Usain Bolt dijo:

“ Yo entrené 4 años para correr solo 9 segundos. Hay personas que, por no ver resultados en dos meses, se rinden y lo dejan. A veces el fracaso se lo busca uno mismo”.

Ahora algo que siempre me llama la atención de la carrera de 100 metros planos es el momento de la arrancada. Cuando va a sonar el disparo los corredores solo tienen su vista en la meta. Una carrera profesional solo durará de 8 a 10 segundos, sin embargo estos serán los segundos más importantes en la vida del atleta. Cuando vas a correr los 100 metros planos no miras a ninguna otra parte que no sea a la meta y pienso que tenemos que tomar ese ejemplo para nuestras vidas. Aunque la carrera que tenemos por delante es una carrera de resistencia, el principio de mantener la vista puesta en la meta sigue aplicando también para nosotros.

El lugar a donde miremos es a donde nos vamos a mover. Donde esté tu enfoque es lo que va a decidir tu destino.

Si hoy tu vista está puesta en las carencias, en la incertidumbre, en lo que hay afuera, lo más probable es que termines apartándote de lo que Dios te ha llamado. Pero si tu miras hoy a Cristo, si tu visión es cumplir el sueño que te impulsó a ingresar a este seminario, no hay carencias, no hay incertidumbre, no hay nada afuera que te aparte o que te desenfoque de lo que Dios quiere hacer contigo.

La visión debe estar clara en cada padre, en cada madre, en cada hermano o hermana, en cada iglesia y sobre todo en cada ministro. La visión es lo que nos va a proteger de no apartarnos del llamado que Dios nos ha hecho. Por que cuando la visión está clara, pase lo que pase, suceda lo que suceda tu vas a decir No voy a sacar mis ojos de la meta, no voy a sacar mis ojos del llamado que Dios me ha hecho.

Está claro que estamos llamados a correr la carrera de nuestras vidas y a todos los que estamos aquí Dios nos ha llamado a correr una carrera especial. Y la única manera de poder asegurarnos que podemos terminar esta carrera es si no apartamos nuestros ojos de aquel que nos llamó a correrla. Por esto quiero compartirte una verdad:

Proposición: Sea cual sea la situación que estés atravesando NO APARTES TUS OJOS DE JESÚS.

OI: ¿Por qué no debemos apartar nuestros ojos de Jesús?

OT: No debemos apartar nuestros ojos porque

1. Poner nuestros ojos en Jesús nos permitirá experimentar su poder.

Mateo 14:22:33 nos habla de una historia que todos conocemos. Esta porción de las escrituras la hemos escuchado en incontables predicaciones a lo largo de toda nuestra vida cristiana. Pero el mensaje que tiene no pierde relevancia y menos en estos tiempos que estamos viviendo.

La Biblia dice que los discípulos estaban en el medio del mar en una barca azotada por las olas. Estaban sometidos a un viento contrario. Es en este complejo escenario que Jesús viene a ellos andando por el mar. A veces las ilustraciones o cuadros que vemos de esta escena no son capaces de recoger lo dramático de este momento. Varios comentaristas coinciden en que Jesús tuvo que presentarse ante ellos con una figura luminosa que hiciera contraste con la oscuridad de la noche. De aquí entendemos que pensaran que era un fantasma.

Ahora quiero hagamos énfasis en lo siguiente. Pedro en un tono desafiante le dice a Jesús que le permita ir hacia donde él está. Y todos sabemos lo que sigue. Ahora, mientras los ojos de Pedro estaban puestos en Jesús el comenzó a avanzar sobre las aguas. Mientras los ojos de Pedro estaban puestos en Jesús el comenzó a desafiar todas las leyes físicas que existen. Mientras los ojos de Pedro estaban puestos en Jesús todo le parecía posible.