Navidad

Navidad

La Navidad nos ofrece un nuevo principio de eternidad: Fortaleza para el débil; pan como alimento….Dios toma para sí la naturaleza humana: nace como un infante para crecer y ser hombre.

Reflexionemos, por lo tanto, acerca del significado de Navidad.

Nadie ha sido nunca excluido de acercarse al pesebre. Como yo, ustedes se atrasaron en llegar…..Sin embargo, han venido y nadie los ha despachado. Ustedes también han encontrado espacio frente al pesebre; Jesús es patrón de todos los atrasados y de los forasteros. Jesús tiene cabida para todos, incluyendo el buey, el asno, los pastores y los Magos.

La encarnación significa que nuestro acceso a Dios se hizo mayor a través de Cristo. En Cristo, Dios nos ama con un corazón humano y el poder de Dios de salvar y sanar lo encontramos también en forma humana. Este es el signficado de la Navidad: Dios estrechó sus lazos de unión con nosotros para siempre; amor plasmado en una cuna y más tarde en una cruz.

El nacimiento de Jesús como hombre nos dice que el humano no es su propio amo y por lo tanto no puede construir su propio destino; el debe continuamente afrontar su condición de ‘creatura’, experimentando en forma constante su debilidad, elevándose sobre desafíos y encomendándose a Dios.

Dejen entonces que la Navidad los empuje de regreso a la corriente de la vida humana.

Porque fue a través de la encarnación que Dios abrazó no sólo lo que es agradable y aceptable en el mundo sino también todo lo débil e imperfecto en nuestras vidas. El tomó sobre sí mismo todo lo marcado por el pecado, sin que el pecado lo tocara a el.

Jesús vino a un mundo gobernado por las poderosas fuerzas militares del Imperio Romano; nació entre un pueblo que había sido conquistado y era oprimido por los conquistadores. Sin embargo, en tiempos de César Augusto el imperio disfrutaba de una cierta calidad de paz. La paz anunciada por los ángeles ante el nacimiento de Jesús era por lo contrario, una verdadera y duradera paz, que ahora a través de los siglos está a disposición de todos los que la buscan y anhelan, . , “"¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!"

¿Vendrá Dios a salvarnos de nuestro materialismo, de nuestros pesares, heridas humanas? ¿de nuestra soledad? ¿de nuestras múltiples presiones, adicciones, cargas?

Jesús comparte los altibamos de nuestra existencia, pero de igual forma nos permite gozar de su vida divina, trayendo luz y esperanza a nuestros corazones y ofreciéndonos confianza en el futuro.

“María dio a luz a su primogénito.” Este término – primogénito - indica que ella no había tenido hijos antes de Jesús; y no implica que los tuvo después de Jesús. Por ejemplo, existen inscripciones en tumbas antiguas de mujeres que murieron en el momento del parto y se leen así: “En los dolores de dar a luz a un primogénito, la suerte me condujo al final de mi vida.” Entonces, el término ‘primogénito’ es un título legal y religioso que significa que esa criatura tiene derecho a los privilegios especificados en Deutoronomio 21:5 y que debe ser consagrado al Señor en la forma establecida en Exodo 13:2 y en Números 18:15. El hecho que María no tuvo otros hijos después de Jesús se basa en su voto de virginidad perpetua.

Nosotros todos estamos invitados a ser primogénitos también. La Biblia hace una distinción entre los que entrarán al Cielo directamente, llamándoles ‘la iglesia de primogénitos’ (Heb. 12:23) y aquellos que lo harán después de ser sometidos a una purgación o purificación, (Heb. 12:23).

Lo anterior debe animarnos a continuar la misión de completar la obra de nuestro Salvador en la lucha de ofrecer al mundo justicia y salvación. al igual que los pastores y los Magos quienes siguieron su camino dispuestos a dar a conocer la verdad.