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Nada Que Ver Con La Cuarantena
Contributed by Craig Benner on Jan 29, 2022 (message contributor)
Summary: Namaan era poderoso, pero enfermo. Aunque fue contagioso, no iba a aislarse.
Namaan
2o. de Reyes 5:1-14
Just Do it. HAZLO.
Each dip in the Jordan River represents a move in the right direction toward complete victory and complete healing.
Cada vez que se zambulló en el Jordán, algo sucedió. Porque cada vez que obedecemos la voz de Dios, viene una porción de la bendición del Señor.
Namaan era un hombre con todo lo que cualquier persona en este mundo desearía. Pues, CASI.
Era rico.
Era famoso.
Era poderoso.
Tenía muchas posesiones y siervos.
PERO, él sufrió de una enfermedad incurable.
No era covid, era la lepra.
Cualquier otro sería puesto en cuarentena. Esta enfermedad fue horrible. Le causó desfiguración a las personas afectadas.
Poco a poco, la persona afectada perdiera un dedo, una oreja, su nariz, o mas.
Lo mas triste era que fue contagioso.
Como muchos políticos de hoy en día, él decidió que la cuarentena no fue para él.
Por providencia de Dios, Namaan tenía una sierva quien amaba a Dios y amaba a sus maestros. Ella comunica a la esposa de Namaan que hay un profeta que le sanaría.
Por ser amigo de rey de Siria, Namaan recibe una carta para llevar al rey de Israel.
Namaan viaja a Israel con millones de dólares.
El rey de Israel malinterprete la carta y se pone enojado.
Cuando Eliseo se dio cuenta, él pide que Namaan viaja hacia su lugar.
Una Prueba de Orgullo.
El profeta ni siquiera salir para ver a Namaan. El envia su siervo con el mensaje.
Se pone enojado. Esto no ayada a nadie.
Una vez mas, son los siervos que ofrecen palabras de ánimo.
Se humilló y decidió de obedecer la voz del profeta a pesar del agua mugroso.
Yo creo que la primera vez que se metió, este fue lo mas difícil.
Al mejor, él sintió un poco aliviado, y se quitó el enojo.
La segunda - un poco mas fácil; y se perdió el resentimiento.
Luego la tercera - y entra una paz especial.
A cada paso le llegó otra bendición.
Por eso, no cesó con la sexta vez.
La séptima vez trajo la respuesta perfecta.
Dios honra la obediencia, y honra abundantemente a la obedeincia total.
En que número estás tú?
Hazlo otra vez.