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Mi Pecado, Su Gracia:
Contributed by Wilbur Madera Rivas on Jul 5, 2025 (message contributor)
Summary: Por su gracia, Dios busca, redime y transforma a su pueblo infiel.
¿Qué haces cuando has actuado mal? ¿Te escondes? ¿Evades tu responsabilidad? ¿Maquillas las circunstancias para que no seas descubierto? ¿O confiesas? ¿Reconoces? ¿Regresas? ¿Pides perdón? ¿Restituyes?
Hay algo dentro de nosotros que nos hace retroceder y escondernos, en vez de arrepentirnos y afrontar nuestras faltas. Recuerdo que de niño en una ocasión acompañé a mi padre a ver a una persona. Esta persona tenía sus oficinas en el centro de la ciudad en un segundo piso y el primer piso era un estacionamiento con techo encajonado y por lo mismo bastante oscuro.
Llegamos al lugar y mi padre se estacionó junto al único carro que estaba en el estacionamiento que era un automóvil de lujo y me dijo que me quedara en el carro y que no tardaría.
Cuando se fue, miré el carro de lujo y me llamó la atención poderosamente. Recordé que en una ocasión vi que, en un carro lujoso con tan solo alzar la manija de la puerta, se encendían las luces del interior y por mi curiosidad de ver el carro por dentro me animé a hacerlo.
Bajé del carro y alcé la manija de la puerta, pero para mi sorpresa, no sólo la luz interior se activó, sino también la alarma. Y por supuesto, la única persona que estaba allí, era yo (ni a quién echarle la culpa). ¿Y qué hice ante tal situación? Abrí la puerta trasera del carro de mi padre y me escondí acostándome en el piso para que no me encontraran.
Al ratito bajó la secretaria del hombre que fuimos a ver y desactivó la alarma, con una sonrisa al verme en pánico en la parte trasera del carro de mi padre.
Quisiera decirles que, a partir de entonces, siempre he reconocido y afrontado mis faltas en vez de esconderme. Pero, por supuesto, que no es así. Al igual que ustedes, mi tendencia es esconder mi pecado, evadir mi responsabilidad y huir de las consecuencias. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podremos ser liberados de esta tendencia? ¿Qué puede hacer que, en vez de huir y escondernos, vengamos arrepentidos a Dios?
Las buenas noticias para ti y para mí, son que no tenemos que huir y escondernos, que no tenemos que permanecer alejados en este tiempo entre la primera y segunda venida de Cristo, sino al contrario, aún hoy, podemos venir a nuestro Dios, podemos regresar al Señor arrepentidos porque él es un Dios de gracia, de gracia incansable y fiel, que permanece fiel aun cuando nosotros no lo merecemos.
Si hay algo que vamos a resaltar en esta nueva serie de sermones, es precisamente esto: la incansable y fiel gracia de Dios para con un pueblo que no siempre es fiel. Y la idea es que esto nos lleve a aferrarnos a ese amor inmerecido para permanecer en sus caminos y para amarlo con todo nuestro corazón y todo nuestro ser.
La serie “Mi pecado, Su gracia”, estará basada en el libro profético del Antiguo Testamento llamado Oseas. Te animo a leer este mes sus 14 capítulos. También si haces tu “A solas con Dios”, estarás leyendo varias porciones de Oseas.
El libro de Oseas recopila parte de los episodios de la vida del profeta, así como sus mensajes proféticos para el reino del Norte, es decir, Israel. Oseas ministró unas décadas antes de que el reino del norte, con capital en Samaria, cayera a manos de los Asirios en el año 722 antes de Cristo.
El libro de Oseas comienza diciendo en el capítulo 1:1 (NBLA), Palabra del Señor que vino a Oseas, hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.
Es importante este dato porque nos sitúa en el espacio y en el tiempo y podemos entender mejor el mensaje del profeta si podemos entender los tiempos en los que ministró.
Nos da una referencia importante: los nombres de los reyes de su tiempo tanto del reino de Judá como del reino de Israel.
En Judá pasaron cuatro reyes: Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, mientras que en Israel fueron los días de Jeroboam, hijo de Joás (es decir, el segundo Jeroboam).
Ahora bien, ¿Por qué se habla de Judá y de Israel como cosas separadas? Bueno, debemos recordar que el reinado unido del pueblo de Dios, primero con Saúl, luego, David y por último Salomón, sufrió una división en dos reinos, quedando al sur, Judá, con capital en Jerusalén y al norte el llamado Israel, con capital en Samaria.
Pasaron muchos reyes en ambos reinos. En el reino del Sur, en Judá, estaba el linaje del rey David. En el norte, pasaron varias familias por el trono. Algunos reyes daban destellos de justicia (sobre todo en el sur), pero la gran mayoría no hacían lo que agradaba al Señor (sobre todo en el norte).