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Summary: Alegóricamente, el santuario es el alma indisciplinada, llena no con animales y mercaderes sino con apegos a lo terrenal e insensato

Leí recientemente la historia de un chiquillo lleno de lo que podría ser ‘celo’. Su padre contó:

“Una mañana mi esposa preguntó a Jud, mi hijo de cuatro años, que qué quería para el desayuno. El contestó: ‘Sopa’. .

“Hijo”, respondió ella, ‘no comemos sopa para el desayuno. La sopa es para el almuerzo. Entonces, ¿qué te gustaría para desayunar?”

“Almuerzo”, el replicó.

El buen enojo conlleva el celo por la Gloria de Dios y atenta a sanar, en vez de causar daño y/o vergüenza.

¿Saben ustedes que cada vez que la Biblia dice que Jesús se enojó, el fue el único que mostró el enojo?

Por lo contrario, cada vez que otros se enojaron, Jesús no se enojó.

Por ejemplo, nadie sino Jesús expresó su sentir, “El celo de tu casa me devora” y volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas.

Me pregunto si habían embusteros en el templo. Pensaría que con todo ese dinero enfrente, alguien habría estado de guardia. Sin embargo, nadie se tiró contra Jesús o trató de sacarlo fuera del templo.

Un chiste — ¡Si esta pistola hablara, si esta pistola hablara!

— ¡Ya cállate, bravucón! Si esa pistola hablara, ¿qué?!

Ay, pues la metería a trabajar en un circo!

Las acciones agresivas de Jesús al tirar las monedas y volcar las mesas son el signo profético de la inminente destrucción del Templo.

La expulsión de ovejas y bueyes representa el final de los sacrificios de animales.

Y Zacarías 14:21 dice “No habrá más mercader en la casa del SEÑOR de los Ejércitos en aquel día”.?

Alegóricamente, el santuario es el alma indisciplinada, llena no con animales y mercaderes sino con apegos a lo terrenal e insensato.

Cristo desea sustituir todo eso con la convicción interna de doctrina y enseñanza firmes y auténticas; desea hacer posible el verdadero culto espiritual.

Para resumir el tema del enojo y nuestro camino hacia la santidad: ?

El enojo es una respuesta automática que nos llama a tener cuidado con nosotros mismos.

Si reprimimos la ira y ésta explota más tarde, ¿quién querría hacer amistad con alguien que puede explotar en cualquier momento?

Además, cuando el enojo se convierte en furia, con frecuencia surgen palabras y acciones que no pueden borrarse más.

Santiago 1:19 dice, “Ser lentos para hablar y para enojarse.”

Y surge aquí una pregunta, ¿Qué nos dice Mateo 5:22: “Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal...”

Mateo 5:22 no es una declaración absoluta contra todo enojo, sino una afirmación que clarifica el hecho de que desde el punto de vista espiritual el enojo desenfrenado, proveniente de un corazón con rabia, es raíz que provoca violencia insensata, como lo es el crimen.

“Quien sea el enojado” con rabia sanguinaria, será “culpable” sin que importe o no si la furia se convierta en acción. Es el enojo detrás del posible impulso de un crimen, lo que lo convierte en culpable.

El “deseo de enojarse’, tal como lo pone Santo Tomás, debe ser guiado y apropiadamente informado por la razón.

Santo Tomás creía que la razón puede detener el enojo.

Efesios 4:26 dice “Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol.”

La autora de un libro sobre este tópico dijo que el enojo de Jesús la había curado; Jesús la levantó en el aire, sacándola del abismo en que se había hundido.

En tratar de ser fiel a sus padres que se habian divorciado, ella enterró su justa ira. Quería no tener enojo y mostrar dulzura; quería ser neutral para que todo mundo gustara de ella.

Pero ella encontró sanación y ahora reza la antigua oración franciscana que dice así:

Que Dios te bendiga con la incomodidad,

frente a las respuestas fáciles, las medias verdades,

las relaciones superficiales,

para que seas capaz de profundizar dentro de tu corazón.

Que Dios te bendiga con la ira,

frente a la injusticia, la opresión y la explotación de la gente,

para que puedas trabajar por la justicia, la libertad y la paz.

Que Dios te bendiga con lágrimas, para derramarlas por aquellos que sufren dolor,

rechazo, hambre y guerra,

para que seas capaz de extender tu mano, reconfortarlos

y convertir su dolor en alegría.

Y que Dios te bendiga con suficiente locura,

para creer que tú puedes hacer una diferencia en este mundo,

para que tú puedas hacer lo que otros proclaman que es imposible

para que traigas paz y alivio a todos nuestros hijos y a los pobres.

Amen."

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