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Summary: La vida aprobada es una vida declarada aprobada en los ojos de Dios. Es una vida sin vergüenza en su presencia porque sabemos que la sangre de Jesucristo nos ha limpiado de toda maldad.

La Vida Aprobada

El Apóstol Pablo dijo a Timoteo: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15i

¿Qué es la vida aprobada y por qué es importante procurarla?

La vida aprobada es una vida que ha pasado por tiempos difíciles por la gracia del Señor Jesucristo. Salmo 66:12 dice: Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia.

La vida aprobada es una vida que ha pasado por el fuego y por el agua. ¿Y por qué sería necesario que Dios nos guiara por el fuego y por el agua? Porque su plan es un plan de bendecir nuestras vidas y sacarnos a abundancia.

Pero no comenzamos con abundancia. ¿Por qué no? Porque antes de abundancia tenemos que primero aprender a andar en dependencia.

Cuando dependemos en el Señor, y no en nuestras propias habilidades, estamos en un lugar en que él puede bendecirnos. Pero, ¿puedo decirle algo? La abundancia no vale la pena en sí misma. No aguantamos toda dificultad solo para tener una abundancia en este mundo. Pero andamos en este mundo en dependencia de Él para que podamos conocer a Él, y su poder de resurrección, y la participación de sus padecimientos (Filipenses 3:10).

Esas tres cosas son más importantes de cual sea la bendición material. La bendición material no es mala de ninguna manera, pero es temporal. No va a durar por una eternidad. Por otro lado nuestra relación con Cristo será algo que continuará por una eternidad.

Entonces el fin es conocer a Él, vivir en el poder de su resurrección, y participar con Él en sus sufrimientos.

Y el objetivo no es estar aprobado por otras personas ni por mi mismo sino aprobado por Dios. El Apóstol Pablo dijo: Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. 1 Corintios 4:2-3

En el fin el Señor va a juzgar todo y cada cosa que hacemos o no hacemos. Y si eso es el fin de todo, debería ser nuestro enfoque hoy. Con toda energía procuraremos presentarnos a Dios aprobado, sin avergüenza, sabiendo como usar bien la palabra de Dios.

A Dios sea toda la gloria.

Amen

i Cada referencia de escritura es de la Reina-Valera 1960 sino está designado a otra versión.

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