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Summary: Presenta la faceta menos conocida del caracter de Dios.

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SERIE: LOS ATRIBUTOS DE DIOS

TEMA: LA IRA DE DIOS

TEXTO: NAHUM 1:1-8; ROMANOS 1

Introducción: Cuando la gente habla de los atributos y características de Dios es casi seguro de que todos hablarán del amor de Dios, de su misericordia, su omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia. Estos se pueden llamar los atributos populares de Dios. También hay otros que no son tan populares. Yo los llamo los atributos olvidados de Dios. Estos incluyen: La santidad de Dios, la soberanía de Dios y su inmutabilidad.

Sin embargo hay un atributo que es prácticamente pasado por alto... y ese es la ira de Dios. Es tan impopular que el solo pensar en un Dios enojado es algo desagradable. La pregunta es por qué? Un reconocido teólogo opina lo siguiente: “En los asuntos que conciernen a este mundo estamos acostumbrados con el sistema judicial, porque nos protegen. Si por casualidad transgredimos la ley, siempre existe la oportunidad de que podemos esquivar de alguna forma la responsabilidad, y obtener tal vez algún castigo menor. Pero no podemos hacer eso con Dios. Con El no existen las imperfecciones de la justicia humana, sino la perfección de la justicia divina. Estamos frente a aquel ante quien no sólo las acciones, sino los pensamientos y las intenciones son visibles. ¿Quién puede escapar de ese tipo de justicia? Nadie. Es por eso que a la gente no le gusta escuchar de la justicia y la ira de Dios y prefiere negar esa realidad.”

En otras palabras, no nos gusta la idea de la ira de Dios por eso la negamos. Sin embargo, si usted agarra una concordancia y mira la Biblia, encontrará que hay muchos más pasajes que hablan de la ira, furia y enojo de Dios que de su amor y su bondad.

1. LA IRA DE DIOS ES PARTE ESENCIAL DEL CARACTER DE DIOS

Comencemos por definir la palabra “ira” en referencia a Dios. La mayoría de nosotros piensa que la ira es un estado en el que una persona está fuera de control. Es cuando la persona pierde el control. Lanza palabras fuertes y puede inclusive recurrir a la violencia. Pero esa no es la idea bíblica. La palabra griega que se usa más a menudo para hablar de la ira de Dios no es la que se refiere a un impulso de enojo que pronto se pasa, sino a una firme y definida oposición a todo lo que es maligno. La ira de Dios nunca es impulsiva, no se debe a la falta de control, y tampoco es fuera de proporción a una situación.

La ira de Dios es la contraparte natural de la Santidad de Dios. No podemos decir que Dios es puro y Santo y creer que Dios no odia el pecado. Si Dios no odiara el pecado, no podría ser santo.

¿Cómo podría Dios, siendo lo máximo en santidad, mirar con igual satisfacción la virtud y el vicio, la sabiduría y la estupidez? ¿Cómo podría El que es infinitamente santo pasar por alto el pecado y no manifestar su severidad hacia él? ¿Cómo podría aquel que se deleita sólo en lo que es puro y tierno, no odiar lo que es inmundo y vil? La misma naturaleza de Dios exige que así como existe el cielo, también exista el infierno.

En segundo lugar, la ira de Dios es parte esencial de su justicia. Si Dios va actuar con justicia, tiene que castigar la impiedad con la severidad apropiada. Si alguien que tú amas es brutalmente asesinado, y el asesino sólo recibe una multa, usted no pensará que se está haciendo justicia. Dios tampoco se puede encoger de hombros frente al pecado.

En tercer lugar, la ira de Dios es un tema frecuente en la Biblia. Algunos piensan que el Dios de ira es el del AT, pero que el del NT es un Dios de amor.

La gente que no lee la Biblia con atención asegura que cuando pasamos del Antiguo al Nuevo Testamento, el tema del juicio de Dios pasa a un segundo plano; pero si examinamos el NT, aun en la forma más superficial, encontramos que el énfasis del AT sobre su labor como juez, en vez de reducirse, más bien se intensifica. Todo el NT afirma la certeza de que viene el día del juicio universal, y nos plantea un problema: ¿Cómo podemos nosotros pecadores ponernos a cuenta con Dios, mientras todavía hay tiempo? (J.I. Packer).

Hay más de 600 versículos claros en la Biblia que hablan de la ira de Dios. Si somos cristianos bíblicos, tenemos que creer en la ira de Dios.

2. LA IRA DE DIOS ES ALGO QUE LA HUMANIDAD SE MERECE

En el libro de Nahum cap. 1 leemos acerca del plan de Dios de derramar su ira sobre Nínive. Nínive era una nación sumamente malvada. Los ninivitas eran crueles, carniceros despiadados. Y al saber cómo era Nínive, sospecho que usted estará de acuerdo en que Nínive merecía el juicio de Dios. De hecho, todos estarían de acuerdo en que Dios no sería justo si permitiera que esa clase de gente escapara del castigo.

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