La Integridad

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Una señora de Texas cuenta que unos pocos años atrás ella y su esposo invitaron a un matrimonio amigo a su casa para cenar. Los invitados les llevaron de regalo una maceta con tulipanes. La señora no pensó que los tulipanes fueran realmente bonitos y le pareció feo el color de los mismos, pero….consideró que era un regalo de amigos.

Ella alimentó la planta, la regó fielmente y hasta la abonó. Se dijo a si misma que no tenía el corazón para tirarla pero que lo haría cuando las flores se marchitaran.

Una tarde, dos años después, su hijo menor distraídamente estiró su brazo y frotó los pétalos de los tulipanes.

“¡No los toques, querido!” dijo la madre; “…quedarán manchados.

La señora se pasmó ante esa respuesta, y el hijo continuó: “Mamá, ¡esta planta es artificial!

En verdad, el hijo estaba correcto. Por dos años la señora había ‘cuidado’ una planta de seda.

En el Evangelio de hoy Jesús se refiere a los fariseos como falsos.

Y ¿cuál es lo opuesto a falsedad? ‘Integridad’.

La palabra integridad viene de la misma raíz latina que ‘entero’, y sugiere la totalidad de la persona.

Gran cantidad de personas segmentan sus vidas y piensan que pueden vivir con integridad cuando ellas están albergando el pecado en un área de su vida, siempre y cuando no afecte las otras áreas.

Yo llamo a esto el mito del Titánico

Se suponía que el Titánico era el primer barco insumergible porque era la primera nave hecha para segmentar y compartimentar el casco

Teóricamente, si en el barco ingresaba agua en cierta área, se cerrarían las escotillas y no se hundiría todo el barco.

Pero amigos, cuando esto sucede en sus vidas, un agujero en el bote es un agujero en el bote y eventualmente se van a ahogar.

Esa pequeña área que tú piensas que la tienes controlada eventualmente te hundirá.

Y esto afectará a la gente que te rodea, porque mientras el pecado es personal, nunca es privado.

Sin embargo, si realmente queremos integridad, tenemos que estar dispuestos a examinar nuestras vidas para ver si hay allí algunas formas sutiles de engaño ocultas.

2). El Padre Gillespie en un retiro de Legionarios dijo que, “dos horas de trabajo Legionario cada semana no es suja, es un compartir en la obra de Maria.”

Dijo que cuando el era un sacerdote joven, otro misionero mayor que el dio una plática a seminaristas estudiando para ser ellos misioneros también.

El sacerdote de gran experiencia les dijo: “Ninguno de ustedes tiene una misión.”

Los seminaristas que lo escuchaban se dijeron a si mismos, “¿qué significa eso de que ‘ninguno de nosotros tenemos una misión? Estamos aquí para prepararnos a dedicar nuestras vidas a las misiones.”

Entonces el sacerdote explicó: “Ninguno de ustedes tiene una misión; la Iglesia es la que tiene una misión y nosotros simplemente la compartimos.”

Esa es la enseñanza de Jesús en el Evangelio de este día. La idea básica es que la ‘Paternidad’, o el hecho de tener una ‘Maestría’ o ser un profesor, o un Rabino, todo esto queda subordinado al Dios Todopoderoso y al “unico Maestro, Jesucristo. Como, la Tradición Dos dice:

“Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso que puede manifestarse en la conciencia de nuestro grupo…”

San Pablo comrendió esto y por eso pudo decir, en 1 Corintios 4:15, “yo fui el que padre que los engendró en Cristo Jesus” (también en Filipenses 2:22, Filemón 10).