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"La Benignidad Del Espíritu: El Rostro De Cristo Y El Reflejo De Nuestra Mamá”
Contributed by German Alfredo Vargas on May 6, 2025 (message contributor)
Summary: Hoy celebramos con gratitud el Día de la Madre, y es imposible hablar de las virtudes del Espíritu sin pensar en el carácter que muchas madres reflejan con tanta fidelidad.
Hoy celebramos con gratitud el Día de la Madre, y es imposible hablar de las virtudes del Espíritu sin pensar en el carácter que muchas madres reflejan con tanta fidelidad. Una de esas virtudes que más resplandece en muchas mamás —y que debe florecer en todo creyente— es la benignidad.
En un mundo lleno de dureza, la benignidad es luz. Y aunque muchos la confunden con debilidad, en realidad es una manifestación poderosa del carácter de Cristo. Hoy veremos que la benignidad bíblica abarca tres aspectos esenciales: bondad, gentileza e integridad moral, y terminaremos con un llamado a vivir este fruto del Espíritu. Y al hacerlo, honraremos a muchas madres que ya lo modelan con su vida.
Punto 1: La Benignidad como Bondad Activa
Tito 3:4-5 – “Pero cuando se manifestó la benignidad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó…”
Dios no solo tuvo sentimientos amorosos hacia nosotros: Él actuó. Esa es la esencia de la benignidad: una bondad que se mueve, que sirve, que sana. En Cristo, Dios hizo lo que era mejor para nosotros, aun cuando no lo merecíamos.
Muchas madres también entienden esta clase de bondad. ¿Cuántas veces hemos visto a una madre levantarse de madrugada para cuidar a un hijo enfermo? ¿O trabajar duro para suplir sin quejarse? Eso es benignidad en acción.
• La benignidad no es pasiva: es bondad en acción.
• Dios no solo tuvo buenos sentimientos hacia nosotros, sino que actuó para salvarnos.
• Un creyente benigno es alguien que hace el bien sin esperar recompensa, movido por el amor de Dios.
Aplicación: ¿Estamos nosotros mostrando una bondad activa? ¿O nuestras buenas intenciones se quedan solo en palabras?
Punto 2: La Benignidad como Gentileza en el Trato
Efesios 4:32 – “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros…”
La benignidad también se expresa en la manera en que tratamos a los demás. Es hablar con dulzura, corregir con compasión, escuchar con paciencia. Jesús fue así: firme con la verdad, pero siempre amable con los necesitados y quebrantados.
¿No es esto también lo que tantas madres reflejan? Ellas saben cómo corregir con cariño, cómo calmar con una palabra, cómo consolar con una mirada.
• La gentileza es el lenguaje del amor. No es debilidad, sino fortaleza bajo control.
• Jesús fue firme con la verdad, pero tierno con los pecadores.
• Ser benigno es hablar con respeto, corregir con dulzura, y tratar a otros con ternura.
Aplicación: ¿Somos gentiles con nuestros hijos, cónyuges, hermanos en la fe? ¿O estamos dejando que el estrés o el enojo nos roben la ternura?
Punto 3: La Benignidad como Integridad Moral
Romanos 2:4 – “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad… no sabiendo que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
La benignidad de Dios no es permisiva ni permisiva con el pecado. Es una bondad santa, que llama al cambio. Ser benignos no significa aprobar lo malo, sino mostrar un carácter firme y amoroso que guía a otros al bien.
• La benignidad de Dios no tolera el pecado, pero guía con amor hacia el cambio.
• Una persona verdaderamente benigna vive con integridad, reflejando el carácter santo de Dios.
• La benignidad no es complacencia con lo malo, sino compasión con firmeza moral.
Muchas madres viven con integridad moral: son ejemplo en su hablar, en su trabajo, en su fe. Su ejemplo corrige, no por imposición, sino por inspiración.
Aplicación: ¿Nuestra vida guía a otros al arrepentimiento? ¿Reflejamos una bondad que transforma?
Punto 4: El Llamado a Imitar la Benignidad del Espíritu
Colosenses 3:12 – “Vestíos, pues, como escogidos de Dios… de entrañable misericordia, de benignidad…”
La benignidad no es solo una característica bonita, es una prenda que debemos vestir cada día como hijos de Dios. No la producimos por nuestras fuerzas: es fruto del Espíritu. Pero sí decidimos cada día si la dejamos fluir o si la bloqueamos con nuestro orgullo o egoísmo.
Y en este Día de la Madre, no solo celebramos esa benignidad que muchas mamás reflejan, sino que también aceptamos el desafío de imitarla, porque en realidad están imitando a Cristo.
• No se trata de esforzarse por parecer buenos, sino de rendirnos al Espíritu para que produzca su fruto en nosotros.
• La benignidad no nace del carácter natural, sino del carácter de Cristo en nosotros.
• Cada acto de bondad, gentileza e integridad es un testimonio del Evangelio.
Aplicación: Que este día no sea solo para agradecer a mamá, sino para comprometernos a vivir con esa misma benignidad que hemos visto en ella… y mucho más, en Cristo.
Conclusión
La benignidad no es solo una cualidad bonita, es una evidencia del Espíritu obrando en nosotros. Dios fue benigno con nosotros en Cristo. Ahora, nos llama a vivir esa misma benignidad en un mundo necesitado de gracia. Seamos luz con actos de bondad, palabras de gentileza y una vida de integridad.