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Humillando Y Quebrantando El Alma”
Contributed by Fernando Ramirez De Arellano on May 7, 2004 (message contributor)
Summary: El Espíritu se ha levantado para humillar y quebrantar el alma.
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TÍTULO: “Humillando y quebrantando el alma”
TEXTO: Jn. 12:24-25
INTRODUCCIÓN:
- El Espíritu se ha levantado para humillar y quebrantar el alma.
- El Espíritu quiere sacarnos de la noche y la oscuridad de Nicodemo para hacernos renacer en Cristo cada día.
- El Espíritu nos ha introducido en una senda de justicia que es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.
- El Espíritu es prioritario para la iglesia porque es el regalo fundamental de Dios para nosotros.
1.-EL FLUIR DEL ESPÍRITU SIEMPRE ES CONTINUO, PROGRESIVO Y NOVEDOSO.
- El mover de Dios siempre es continuo. Dios no obra de manera puntual en nuestras vidas. Dios no quiere que nos quedemos estancados. Dios nos ama tanto que constantemente y continuamente nos quiere hablar, tocar para moldear el carácter de Cristo en nosotros. Dios no nos dice todo lo que quiere decirnos y tampoco lo hace todo lo que quiere hacer de golpe. Su fluir es continuo y progresivo.
- El mover de Dios siempre es progresivo. Dios no obra de manera dispersa ni regresiva en nuestras vidas. Dios nos lleva de gloria en gloria conforme a su propósito en nosotros. El fluir de su Espíritu es progresivo en una misma dirección y hacia un objetivo concreto de tu vida. Dios no es un Dios cambiante y su voluntad no varia de un día para otro.
- El mover de Dios siempre es novedoso. Dios no obra de manera estática en cuanto a la revelación que Él tiene para nuestras vidas. Dios siempre tiene nuevas cosas para sus hijos. El mover de su Espíritu traerá revelación fresca que confirmará la continua progresión en la que Dios nos está llevando.
2.- TRES ASPECTOS DE LA SALVACIÓN Y REDENCIÓN.
La Justificación. Es un aspecto de la salvación de carácter definitivo que afecta a todo nuestro pasado de pecado y maldad. No sólo el pecado sino el castigo del mismo recayeron sobre Jesús en la cruz del Calvario. En la cruz hubo una transferencia del pecado y de la maldad (que tenían muerto, inactivo y encarcelado a nuestro espíritu) al cuerpo de Cristo. En el instante de la conversión nuestro espíritu fue hecho libre y fue vivificado por el soplo de Dios.
La santificación. Es un aspecto de la salvación de carácter progresivo que afecta a todo nuestro presente en la lucha contra el pecado y nuestra naturaleza carnal. El alma está siendo transformada y moldeada; por ello debe ser quebrantada por el Espíritu para formar la imagen de Dios que un día se perdió en la caída de Adán.
La glorificación. Es un aspecto de la salvación de carácter novedoso que afecta a todo nuestro futuro. Nuestro cuerpo será glorificado y transformado en un abrir y cerrar de ojos; ya sea en el arrebatamiento o en el momento de nuestra muerte. La muerte no es otra cosa sino la separación del alma y espíritu de nuestro cuerpo terrenal para ser revestido de uno celestial.
La salvación abarca nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro; es de un carácter definitivo, progresivo y futuro; y afecta a nuestro cuerpo, alma y espíritu.
3.- DOS ASPECTOS DE LA RELACION DEL ALMA CON EL ESPÍRITU.
1.- Dios determinó desde el principio, que el espíritu del hombre fuera su morada. El Espíritu Santo uniéndose al espíritu del hombre debía gobernar al alma. El espíritu y el alma usarían al cuerpo como un medio de expresión.
2.- Es la vida independiente del alma respecto al Espíritu la que tiene que ser destruida y quebrantada. El alma tiene que ser crucificada con Cristo. En nuestra alma debe quedar registrada de manera permanente que nunca pudimos actuar con éxito separados de Cristo y que jamás lo conseguiremos sin una vida sometida a Él.
Dios no quiere destruir el alma la quiere quebrantar para santificarla. Debemos reconocer que el alma es seducida, cautivada, envenenada y prisionera de su propio interés; y es este tipo de vida del alma la que tiene que ser destruida.
Debemos distinguir entre una vida de supresión del alma y una vida de sumisión del alma al Espíritu. Hay una diferencia entre una vida de destrucción por servir al pecado y una vida de bendición por servir a Dios.
4.- LA IMPORTANCIA DE QUEBRANTAR EL ALMA.
Cualquiera que sirve a Dios descubre tarde o temprano que el mayor obstáculo para la obra de Dios es uno mismo. Con el tiempo descubrirá que su hombre exterior y su hombre interior no se ponen de acuerdo y que tienden a direcciones opuestas. Descubrirá que su casa está dividida y que no puede avanzar ni prosperar en lo que emprende. Descubrirá que su hombre exterior tapa y cubre al hombre interior y no lo deja manifestarse. Al final llegará a la conclusión que el hombre exterior debe ser quebrantado y roto para que el interior se manifieste.