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Summary: “Señor, protégeme de las cosas que deseo si ellas no están de acuerdo con tu voluntad.” Amén.

V Domingo de Cuaresma B

Ustedes podrán decir que Jesús comía granos saludables al escuchar la analogía del grano de trigo que cae en la tierra y al morir produce vida. Si el grano es de maíz, muere, nacerá una nueva planta y dará (muchos elotes) (mucho choclo) (muchas mazorcas)!

Nosotros podemos dar muerte a deseos egoistas cuando repetimos la siguiente oracion:

“Señor, protégeme de las cosas que deseo si ellas no están de acuerdo con tu voluntad.” Amén.

Una niña elogiaba a su hermanito por la voluntad que tenía.”

--“Admiro tu fuerza de voluntad para dejar de comer chocolates”, le dijo.

--El hermanito le respondió- “¡Sí, han sido las dos horas más largas de mi vida!

Mons. Fulton J. Sheen explica el principio básico para dar muerte a deseos egoistas:

“Cuando damos muerte a algo, otro algo surge con vida; Si morimos a nosotros mismos, la caridad recobra vida; si damos muerte a la soberbia, el deseo de servir surge de inmediato…”

Por lo que Jesús nos instruye a dar muerte a placeres ilegítimos, (por ejemplo. relaciones sexuales antes del matrimonio o relaciones sexuales ilícitas).

Por ejemplo, debemos dar muerte asimismo a ambicioes ilegítimas (e.g. un joven adulto que busca enriquecerse rápidamente por medios ilegales.)

El grano de trigo que muere y da fruto también nos llama a ‘despegarnos’ de los temores de la vida que nos impiden a vivirla en plenitud, (por ejemplo, si Dios llama a una persona a ejercer un ministerio, ya sea en un grupo de oración, en la Legión de María. Etc. considerarlo seriamente y hacerlo, en vez de inclinarse al primer deseo de hacer algo más.)

En el cultivo de granos, ya sea trigo, arroz, cebada, avena, es la semilla lo que nosotros comemos – pero esa semilla crece en la planta con una cubierta no comible que la rodea. Cuando en lo personal siento yo la inclinación de morir a mi mismo acerca de algo, – me agrada pensar en Jesús como la cubierta protectora que me ayuda a sentirme que he sido plantado en la tierra para producir fruto.

Yo necesito visualizarlo para dejar de pensar que no estoy muriendo a mi mismo sin la ayuda del Señor.

PENSAR QUE LA SEMILLA EN EL SUELO ESTA CUBIERTA DE TIERRA, ESTO SIGNIFICA que la oscuridad la rodea, y de igual manera, la semilla de la fe está rodeada de ‘oscuridad’. Pero, esta falta de luz que no nos permite ver los pasos de fe que damos revela también nuestras intenciones.

Dios muchas veces nos llama a experimentar la oscuridad para que posteriormente podamos contemplaar su gloria. Éxodo 20:21 dice

“Y mientras el pueblo se mantenía alejado, Moisés se acercó a la nube oscura en la que estaba Dios”.

Es en la oscuridad de la fe que podemos demostrar nuestra completa confianza en Dios y recibir torrents abundantes de su gracia.

En la oración, pedimos al Señor que nos ayude. Por ejemplo: En el Salmo Responsorial de hoy hemos dicho:

“Crea en mí, Señor, un corazón puro,” Que es una llamada de interna renovación que restaurará nuestra paz con Dios y traerá alegría y regocijo a nuestras vidas.

Y en nuestra Primera Lectura, de Jeremías 31, vemos como una nueva alianza convierte la fidelidad en causa y efecto a la vez:

“ Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones…. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole: 'Conoce al Señor', porque todos me van a conocer, desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados."

CONCLUSIóN – COSECHANDO:

San Pablo hace mención de algunos de los frutos que la acción del Espíritu Santo puede producir en nosotros: ‘amor, alegría, regocijo, paciencia, bondad, amabilidad, fidelidad, gentileza y control de si mismo”. (Gal. 5:22).

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