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En Cristo, No Hay Divisiones
Contributed by Major Gerardo Balmori on Mar 22, 2010 (message contributor)
Summary: Divisiones... ¿No es esto lo que sucede muchas veces en la Iglesia? Tenemos divisiones entre nosotros. Divisiones entre los ancianos, divisiones entre los diáconos, divisiones entre las damas, entre los jóvenes, entre los maestros y maestras de escuela do
Mayor Gerardo Balmori
El Ejército de Salvación
EN CRISTO, NO HAY DIVISIONES 1 Corintios 1:10-17
INTRODUCCIÓN
En la salutación de la carta a los Corintios, notamos que pablo se dirige a ellos como “la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos” (1:2). Luego da gracias a Dios por ellos (1:4-9) por cuanto han sido receptores de la Gracia de Dios en Cristo y por cuanto ha sido enriquecidos en toda palabra y ciencia en El. Da gracias también por cuanto sobreabunda la presencia de los dones espirituales en su medio.
Es decir, eran una Iglesia que poseía un sano conocimiento del Señor y también gozaban de las manifestaciones carismáticas del Espíritu Santo.
Una iglesia ideal ¿no? Ni tanto, porque aquí pero viene el problema: Hay divisiones internas. Ellos, como iglesia tenían los fundamentos de la doctrina cristiana y eran fieles seguidores de Cristo... pero estaban divididos... Lea el v. 10
Estoy seguro de que han escuchado aquella celebre frase de divide y vencerás...
Divide et vinces, es una de esas citas históricas atribuidas a todo el mundo: desde Julio César hasta Napoleón Bonaparte. Sin embargo, su autor es desconocido. Fue popularizada por Nicolás Maquiavelo, y no podemos dudar del hecho que es una triste realidad, pero más triste aún cuando se da en el seno de la iglesia...
¿No es esto lo que sucede muchas veces en la Iglesia? Tenemos divisiones entre nosotros. Divisiones entre los ancianos, divisiones entre los diáconos, divisiones entre las damas, entre los jóvenes, entre los maestros y maestras de escuela dominical...
En la Iglesia de Corinto habían cuatro facciones: “Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo”. ¿Por qué habían llegado algunos a identificarse con estos líderes? Veamos las posibles razones...
- Pablo. Pablo había plantado la iglesia de Corinto (3:6). Como el fundador de la iglesia y defensor de las doctrinas de la gracia, no es de extrañar que tuviera fuertes adherentes dentro de esta iglesia.
- Apolos. Apolos había regado lo que Pablo plantó (3:6; 4:6). Apolos era de Alejandría y pudo haber tenido un trasfondo de apelación intelectual, el cual, unido a su capacidad oratoria, habrían hecho de él un predicador magnético. Es de suponer que este era el motivo por el que muchos lo preferían. Quizá también él se rehusaba a regresar a Corinto (16:12) precisamente para no causar más división entre los hermanos.
- Cefas. Cefas es el nombre arameo de Pedro. Tal vez era percibido como el más apegado a la ley, y a las tradiciones y ceremonias judías. Es de suponer que era la elección de los hermanos judíos de Corinto.
- Cristo. Es interesante notar que había un partido que alegaban ser los verdaderos seguidores de Cristo. Posiblemente declaraban que no se querían someter a maestros humanos, sino que toda su fe se basaba en las palabras de Cristo. Pero contrariamente a lo que suponían, el apóstol Pablo, al mencionarlos, está haciendo notar que aún ellos están equivocados en su partidismo y divisionismo "en nombre" de Cristo.
¿Por qué son peligrosas este tipo de divisiones en la Iglesia? Permítanme darle tres razones:
I. Faltamos a la verdad y al amor (v.13a).
Proclamamos que somos el Cuerpo de Cristo. Que somos UNO en El, que somos miembros de dicho cuerpo unidos los unos a los otros en el vínculo del amor. Eso lo decimos, lo predicamos y lo cantamos; pero cuando tenemos divisiones entre nosotros estamos mintiendo.
Este problema es muy común en la vida de la Iglesia y debemos combatirlo. ¿Cómo? Pablo nos lo dice (v.10)
II. Nos constituimos en seguidores de hombres (v.13b).
Pablo de manera enfática les pregunta: ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? En otras palabras: ¿quién dio su vida por ti? ¿A quién estas unido por la fe? ¿Al pastor? ¿A tal o cual hermano? ¡POR SUPUESTO QUE NO!
Este es otro peligro para nosotros en nuestra congregación. “Ah, yo soy de fulano, yo de mengano. “Ese sí es mi líder favorito, sólo a él le obedezco... “Tengamos cuidado de no crear divisiones entre nosotros. ¿A quien seguimos en último instancia? ¡Debemos seguir al Señor!
III. Evidenciamos mal testimonio (v.11).
“He sido informado acerca de vosotros de los de Cloé...”
No sabemos quienes eran los de Cloé, pero es obvio que ellos llevaron el reporte a Pablo. Lo que estaba sucediendo en la Iglesia – las fracciones - eran del conocimiento de muchos aún fuera de “casa” Cuando nosotros mantenemos malas relaciones y nos dejamos llevar por la división estamos predicando lo opuesto de la enseñanza bíblica en cuanto a la comunión cristiana.
Salmo 133: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!”. Credo de los Apóstoles dice: “Creo en la comunión de los santos”. Sin embargo es posible que muchos no estemos viviendo esas declaraciones. Tenemos celos, envidias y resentimientos. Damos mal testimonio hacia el mundo que observa, atento para ver cómo vivimos. Un mundo que observa atento para ver si practicamos lo que predicamos.
¿Ha oído alguna vez a alguien decir: para qué voy a hacerme cristiano si ellos son hipócritas? ¡Mejor sigo como estoy!
Hagamos la diferencia hoy…