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El Poder Transformador De La Oración
Contributed by Felix Ramirez on Nov 8, 2005 (message contributor)
Summary: Las cualidades de un corazón que busca a Dios en oración
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EL PODER TRANSFORMADOR DE LA ORACIÓN
Mateo 6:5-15
Introducción
1. Las supuestas cartas “personales” de los candidatos políticos que te hacen llegar antes de las elecciones. Parece que de verdad lo conocen a uno. Sin embargo, hay una enorme diferencia entre un formato de carta –donde sólo se rellena un nombre- y una carta escrita personalmente. En términos sencillos, la diferencia está basada en un asunto de sinceridad.
2. De igual manera, una de las grandes diferencias entre la verdadera religión cristiana y las demás religiones del mundo es la oración. En la vida cristiana, la oración es un asunto del corazón; es viva, dinámica. En las demás religiones, la oración es estática y muerta.
3. La razón de esta diferencia es que la oración tiene como meta final la misma que tiene Dios para toda nuestra vida: transformarnos, renovarnos en la imagen de Cristo.
4. Por ello el tema de la oración es crítico en la vida del creyente. En este pasaje encontramos, pues la verdad de que…
Proposición: Dios quiere transformar nuestros corazones, a través de la oración.
Pregunta: ¿Cómo es el corazón que Dios pretende formar en nosotros?
Respuesta: En esta sección del Sermón del Monte vemos tres cualidades del corazón que el Señor desea desarrollar en nosotros a través de la oración.
En primer lugar, Dios desea desarrollar…
I. UN CORAZÓN HUMILDE ANTE LA MIRADA DEL SEÑOR (5-8)
A. La falsa humildad
1. Esta sección del sermón es la segunda aplicación de la advertencia de Jesús en el vr. 1, cuando dijo: Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres. Nuestro Señor está hablando desde la perspectiva judía acerca de las tres expresiones básicas de una vida piadosa: obras de caridad, la oración y el ayuno. En la porción anterior, Jesús había aplicado la advertencia al campo de las obras de misericordia. Ahora es el turno de la oración.
2. Tomado este pasaje a la ligera, parece que Jesús está en contra de estas prácticas. Sin embargo, lo que el Señor nos quiere decir con sus palabras es todo lo contrario: él está totalmente a favor de estas disciplinas piadosas, pero siempre y cuando sus verdaderas intenciones sean correctas: que sean hechas para honrar sinceramente a Dios, pues surgen de un corazón lleno de amor hacia él. Es por ello que estos religiosos son criticados duramente por Jesús por las intenciones de su corazón: ser vistos por los hombres.
B. La auténtica humildad
1. Por el contrario, el Señor enseña a sus discípulos que un corazón humilde y sincero no busca la aprobación, ni el reconocimiento egoísta de la gente, sino busca al Señor en lo íntimo, en lo secreto, donde sólo los ojos del Señor escudriñan imparcialmente no sólo las acciones, sino también los verdaderos anhelos y deseos del corazón humano.
2. Es por ello que Jesús nos aconseja que a diferencia de los hipócritas, el verdadero discípulo se humilla ante la incómoda, pero compasiva mirada de nuestro Dios.
3. No nos resulta atractiva la humildad, pero no olvidemos que esa es una de las virtudes más apreciadas por el Señor:
a. Miqueas: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Miqueas 6:8
b. Salomón: El temor de Jehová es la enseñanza de la sabiduría, y antes de la honra está la humildad. Proverbios 15:33
c. David: Bueno es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos. Salmo 119:71
d. Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra. Salmo 119:67
C. Aplicación
1. Entonces, la oración no consiste en cumplir con un rito religioso, totalmente externo; no es para evitar la vergüenza pública de que no oramos; no es para impresionarnos a nosotros mismos o a los demás; tampoco es un medio para medir tu superioridad a otros. Muchos creen que como oran mucho tiempo, son más espirituales que otros.
2. ¿Cuál es tu actitud básica al acercarte a Dios en oración? El hipócrita confía en sus propios medios para acercarse a Dios. Recuerden al fariseo y el publicano. El fariseo tenía una muy alta opinión de sí mismo. Él miraba lo que había logrado con sus esfuerzos, con sus méritos, y dicho sea de paso, creo que hacía mucho más que varios de nosotros: (diezmar de todo, ayunar dos veces por semana). Sin embargo, lo que pretendía hacer era presentarse a Dios con sus esfuerzos y sacrificios personales. Y así nos acercamos muchas veces a Dios: pensando que él nos va a oír porque cumplimos con lo que nos pide. El problema consiste en nuestra verdadera intención de llamar la atención de los hombres. Por eso Jesús les llama hipócrita a este tipo de gente.
3. Por ejemplo, piensa en los momentos cuando oras, en público o en privado. ¿Estás más consciente de Aquel que no solamente te está escuchando, sino que también observa con suma claridad la profundidad y la intención de tus pensamientos? ¿O estás más consciente de los oídos de la gente que te escucha?, ¿de lo que vayan a decir de ti?