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¡el Año Agradable Del Señor!
Contributed by Fernando Ocampo on Aug 2, 2005 (message contributor)
Summary: Empecemos este año en el poder que Dios nos ha dado a través de Su Espíritu.
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EL AÑO AGRADABLE DEL SEÑOR
Lucas 4:14-19
Introducción:
Hemos llegado a otro año más. Me emociono mucho al saber que una vez más Dios nos está dando una gran oportunidad, no solo de vivir sino también para hacer la diferencia.
Hoy me siento muy optimista y enfoco mi atención en la esperanza que Dios nos ha puesto por delante. Por eso amados hermanos, les animo a que juntos sigamos hacia delante animándonos unos a otros en la carrera de la fe. Empecemos este nuevo año con Dios. Empecemos este año en el poder que Dios nos ha dado a través de Su Espíritu.
Para los chinos este año es el año del gallo (rooster). El gallo representa el trabajo y firmeza de carácter. El 2005 no es el año de gallo, sino el año del favor del Señor.
El texto que hemos leído nos dice que el Señor Jesús después de pasar por un período de prueba en el desierto regresó al lugar de su crianza para llevar a cumplimiento el propósito de Dios en el poder del Espíritu. No es que Dios tenga varios propósitos sino que en el propósito de Dios cada una de nuestras vidas tiene una tarea específica que cumplir. No en nuestras fuerzas sino en el poder y plenitud del Espíritu de Cristo.
Transición: La situación de nuestro mundo demanda de nosotros primero, una vida de oración y segundo una vida sometida al señorío de Cristo. Es allí en donde el propósito de Dios se cumple en nuestras vidas.
1. EL SEÑOR JESÚS DA INICIO A SU MINISTERIO NO SOLO EN EL PODER DEL ESPÍRITU SINO TAMBIÉN TENIENDO A SU ALREDEDOR UN PUEBLO CON GENTE DIFÍCIL.
El año agradable del Señor significa que Dios todavía está prolongando su paciencia para nuestro mundo y que en medio de todos los obstáculos, él cumplirá su plan redentor para la humanidad. El año agradable del Señor significa que Dios nos da otra oportunidad para comenzar de nuevo, reevaluar nuestra vida, prioridades y metas.
En el cumplimiento de su misión y la voluntad de Dios, Jesús se aleja de su familia inmediata, deja la ciudad en donde se crió así como la tradición de la religión. El Espíritu de Dios no puede obrar con libertad cuando su pueblo está restringido por el tradicionalismo.
Fue el poder del Espíritu que llevó a Jesús a lugares que ninguno se atrevió a ir, estuvo con gente con las cuales nadie se atrevía a juntarse, Jesús hizo cosas que ningún rabí de su calibre haría. Fue por el poder del Espíritu que Jesús encontró discípulos en lugares que eran los menos prometedores.
La visión del Señor no era la misma que la de los líderes de su tiempo. Ellos hacían distinción entre los “justos” y los “pecadores”. Pero para Jesús todos eran pecadores; por eso les ofreció el mismo trato y la misma salvación a todos.
“El Espíritu del Señor está sobre mí” más que una afirmación, ésta es la base sobre la cual Jesús llevaría a cabo su ministerio. Esa sería la base del éxito de la misión de la iglesia: “Y recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.” Hch. 1:8
2. JESÚS HABLA DE UN MINISTERIO A LAS NACIONES
Si este es el año del Señor, si el Señor se ha agradado de nosotros, si el Señor nos ha dado otra oportunidad, si el Señor nos extiende la invitación a responder a su llamado, no es para quedarnos sentados aquí esperando. Sino para salir y cruzar la frontera de la comodidad.
En su ejemplo de la viuda de Sarepta y Naamán el sirio (v.25-27), Jesús ilustra un ministerio que se extendería más allá de Israel.
¿Por qué ir a Buffalo, NY? ¿Por qué ir a Chile o cualquier otro país? Porque en la visión de Jesús se contempla un ministerio más allá de Israel basado no en estrategias, métodos evangelísticos o la denominación. Sino en esta gran verdad: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido…”
El interés de Jesús era y sigue siendo la gente y sus necesidades no la institución o denominación. Dios ha ungido a cada uno de los que hemos creído en Cristo por fe, con su Espíritu. Así lo expresó el apóstol Juan en su carta: “…vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.” – 1Jn. 2:20
La unción nos ha sido dada para: DAR las buenas nuevas que en Cristo hay propósito y plenitud de vida. RESPONDER al llamado de Dios y vivir de acuerdo al estándar divino. SERVIR a nuestra comunidad mostrando así el amor de Dios de una manera práctica, restaurando la vida de cada persona que Dios pone en nuestro camino.
Conclusión:
La necesidad actual de nuestro mundo y nuestra nación demanda que nosotros actuemos. No nos apresuremos a los resultados. Dejemos que Dios actúe como él considere oportuno y conveniente.