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Summary: Uno de los papeles importantes en la familia de Dios es animar a nuestros hermanos o hermanas en Cristo cuando tienen miedo o están deprimidos.

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1 Tes 5:14b: También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.

Introducción:

Shoichi Yokoi fue un soldado japonés que peleó en la II Guerra Mundial; vivió oculto en las selva de la isla de Guam en el Pacifico por 28 años. El no sabía que la guerra había terminado. Él había leído los folletos que dejaban caer de los aviones para los soldados que como él estaban escondidos. ¿Por qué no quiso aceptar la verdad? Él fue un prisionero de sus propios temores.

Hoy continuamos el ciclo basado en el pasaje leído y queremos meditar acerca de nuestros temores, de cómo vencerlos y de cómo ayudar a otros a vencer sus propios temores.

Muchas veces nos dejamos llevar por nuestros temores que incluso nos pueden paralizar o limitar en el uso que demos de los dones que el Señor nos ha dado por lo que el servicio a Él y a los demás se ve afectado. Un cristiano temeroso o desanimado es un cristiano derrotado.

Uno de los papeles importantes en la familia de Dios es animar a nuestros hermanos o hermanas en Cristo cuando tienen miedo o están deprimidos. Tenemos que distinguir entre el hermano que es rebelde y el que está desanimado.

I- Corazón débil:

El apóstol Pablo habla cosas duras a los de Tesalónica (ver 2 Tes 3:10: Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Ya vimos que les llama rebeldes; ahora usa el termino griego “oligopsuchos” que significa espíritu pequeño, escaso o débil. La idea griega de oligopsuchos es que algo en la vida real o imaginario está causando el alma

contraerse o encogerse. La causa puede ser externa o interna y física y mental (Jonás 4:8; Ex.6: 9). En la antigüedad el centro del espíritu se ubicaba en el corazón por lo que también puede traducirse como “corazón débil”. ¿A quién no se le han caído “las alas del corazón’?

a) ¿Qué debilita un corazón?

- Físicamente: enfermedades como la diabetes e hipertensión.

Malos hábitos como fumar o comer mucho.

Extremos como el stress o fatiga constante.

- Espiritualmente:

El pecado: nos hace ocultarnos de Dios (Adán y Eva, David). Salmo 32:3-4: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el día. 4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano.

Frutos de la carne: tal y como las describe el propio Pablo en Gálatas 5: 19-21 entre las que se mencionan: adulterios, hechicería, ira, celos, contiendas, envidias. Todas ellas debilitan nuestro espíritu pues hacen disminuir nuestra relación con Dios y su Espíritu se contrita en nosotros. (Efesios 4:10).

Desconocimiento de la Palabra de Dios: no conocemos los principios básicos (la doctrina) y podemos caer en las “garras del error” pues nuestra fe depende de sensaciones y no relaciones.

Ver a Dios como un Castigador y no como un padre Amante: recordemos en la parábola de los talentos como aquel que tenia uno solo lo escondió pues sintió temor infundado por el castigo: “Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. (Mateo 25:24-25). Mentalidad de victima aun antes de serlo.

Dificultades y pruebas: muchas veces somos afectados por decisiones propias o ajenas o enfrentamos pruebas que nos tocan no por nuestra culpa sino como resultado de la desobediencia. Las personas en estas condiciones tienen dificultad en tomar decisiones, tener amistades y mantener relaciones con los demás. Algunas veces sus temores las afectan físicamente.

II- Fortalecer un corazón débil.

Para el temeroso, tímido o desaminado, la Escritura aquí nos señala que debemos alentarlos, consolarlos. Pablo usa aquí el griego paramutheomai que significa “correr al lado de”, hablar, ejercitar una apacible influencia mediante palabras, aplacar, calmar, aliviar, confortar, consolar.

El que anima hace siempre lo necesario para tratar que el amigo siga adelante. Debe estar a su lado para estimularlo, fortalecerlo, aliviarlo de las cargas y curar heridas causadas por si mismo u otro. ILL: Josh Ripley.

A- Un corazón se fortalece físicamente con:

- Ejercicios adecuados: baja el colesterol, la presión arterial, desarrolla arterias colaterales que disminuye el daño de un infarto.

- Medicamentos: aumentan la contracción del corazón, restablecen el ritmo cardiaco, dilatan arterias.

- Cirugía: bypass, reemplazos, trasplantes.

B- Un corazón espiritualmente débil, desanimado, temeroso también puede fortalecerse. Ezequiel 36:27: Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos.

¿Cómo podemos “levantar los corazones”?

1)- Poniendo un corazón nuevo cuyo centro sea Cristo. Salmo 51:10: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. Observemos que el cambio lo tiene que hacer Dios, nosotros solo nos ponemos bajo su dirección.

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