Nadie puede negar la profunda nostalgia que le produce estar fuera de su país o ciudad donde hubo crecido.
Puerto Rico es un país muy hermoso. Sus playas son cristalinas y llena de palmeras. Su comida rica en sabor y su música es vibrante y con mucho ritmo. Extrañar su naturaleza y sus tradiciones es algo especial. Sin embargo, lo que más nostalgia me dá de ese lindo país no es su geografía, o ricos platos o su música o el agua de coco. Es mi familia. Cuando anhelo ir de regreso a la isla lo hago porque mi familia está allá. Ese lugar se hace extra especial por esa linda reunión familiar.
Cuando se piensa en el cielo se hace gran énfasis en las calles de oro, el mar cristalino, angeles o la gran boda del cordero. Eso esta lindo y muy correcto pero, ¿donde queda Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo? ¿Donde queda la familia de Dios, nuestros hermanos y hermanas espirituales?
Si deseo y extraño el cielo es por la familia en Cristo Jesús y por nuestro Padre que está en los cielos. Amén.