Miqueas 2
¡Ay De Los Opresores!
Los que traman el mal en sus camas!
Al clarear la mañana lo ejecutan,
Porque está en el poder de sus manos.
Codician casas, y las toman.
Roban al dueño y a su casa,
Al hombre y a su heredad.
“Estoy planeando traer contra esta familia un mal,
Del cual no librarán su cuello.
No andarán erguidos,
Porque será un tiempo malo.
Y se proferirá esta amarga lamentación:
‘Hemos sido totalmente destruidos;
Él ha cambiado la porción de mi pueblo.
¡Cómo me la ha quitado!
Al infiel ha repartido nuestros campos’.
Por sorteo en la asamblea del SEÑOR.
Aunque ellos no profeticen acerca de estas cosas,
No serán retenidos los reproches.
‘Es impaciente el Espíritu del SEÑOR?
¿Son estas Sus obras?’.
¿No hacen bien Mis palabras
Al que camina rectamente?
De sobre las vestiduras arrebatan el manto
A los que pasan confiados,
A los que vuelven de la guerra.
De la casa de sus delicias;
De sus hijos arrebatan Mi gloria para siempre.
Pues este no es lugar de descanso
Por la impureza que trae destrucción,
Destrucción dolorosa.
Hablara mentiras, diciendo:
‘Les hablaré del vino y del licor’,
Ese sería el profeta para este pueblo.
Ciertamente recogeré al remanente de Israel,
Los agruparé como ovejas en el redil;
Como rebaño en medio de su pastizal,
Harán estruendo por la multitud de hombres.
Abrirán brecha, pasarán la puerta y saldrán por ella;
Su rey pasará delante de ellos,
Y el SEÑOR a su cabeza”.